El hundimiento del Dresden; derribos de
helicópteros en la selva; una balacera en pleno centro de París; ataques con
drones artillados con misiles a un avión comercial sumados a ataques con
metralla a un minisubmarino son los ingredientes que hacen de la novela “El
secreto del Dresden” un thriller en el que están presentes todos los
ingredientes del género para que los lectores lo disfruten.
Esas situaciones, son el contexto en que los
personajes se ven involucrados en una guerra entre dos imperios en la cual,
ninguno está dispuesto a permitir que los otros ganen y menos a tomar
prisioneros lo que pone en peligro al vida de todos los personajes.
La historia comienza el 5 de octubre de 1907 cuando el barco es botado al mar en el astillero Blohm und Voss en Hamburgo. En 1914, tuvo una destacada participación en la evacuación de alemanes radicados en el puerto de Veracruz, México llevando entre sus pasajeros al deportado dictador Victoriano Huerta y a su familia a República Dominicana.
Luego, el barco bajo el mando del capitán Emil
Fritz Lüdecke inició el viaje a Alemania y en el trayecto, recibieron las
noticias del inicio de la I Guerra
Mundial cambiando rumbo hacia la colonia alemana de Tsingtao, China y de
allí navegó en busca de la flota del almirante Maximilian von Spee a la
que se unieron en Isla de Pascua zarpando con el objetivo de atacar Puerto
Stanley en las Islas Falkland o Malvinas
En el trayecto, se enfrentaron a la marina
inglesa en la bahía chilena de Coronel el 1º de noviembre de 1914 resultando
victoriosos. Luego de aprovisionarse en la bahía de Valparaíso, la flota
alemana zarpó nuevamente hacia el sur. El 8 de diciembre, en la batalla de las
Islas Malvinas nuevamente se enfrentaron las dos flotas resultando vencedores,
esta vez, los ingleses. En la ocasión, la flota alemana fue destruída salvo
el Dresden que gracias a
sus turbinas, pudo escapar hacia el norte.
El Dresden navegó busca de refugio encontrándolo,
en el fiordo de Quintupeu, en el cual gracias a la ayuda recibida por colonos
alemanes más las condiciones naturales del lugar, permitieron que la nave y su
tripulación se repusiera iniciara su viaje, tratando de escapar de las naves
inglesas que le buscaban.
Sin embargo, el 2 de marzo debió fondear,
obligadamente, en bahía Cumberland de la isla Robinson Crusoe porque ya no
tenía carbón para sus calderas. En ese lugar fue localizado por varios buques
ingleses el 14 de marzo de 1915.
Imposibilitado de escapar o hacerles frente,
el capitán Lüdecke trató de ganar tiempo para preparar el hundimiento del
buque. Sin embargo, los buques ingleses hicieron fuego estallar una batería de
popa muriendo siete tripulantes.
El capitán Lüdecke ordenó desembarcar la
tripulación y miembros de la tripulación, hicieron explotar la santabárbara de
proa y abriendo las válvulas de fondo, hundieron el barco a las 11:35 de ese
día.
Hasta ahí la historia.
La leyenda comienza cuando el buque se
escondió en el fiordo de Quintupeu y comenzó las reparaciones. Según relatos,
durante la estadía del buque una misteriosa caja fue impermeabilizada para ser hundida
y que desapareció misteriosamente de la vista de los marineros sin que nadie
pudiera dar noticias.
Desde entonces, los relatos dicen que la caja
contenía las joyas de los ciudadanos alemanes que huyeron de México durante los
días en que el Dresden estuvo fondeado en Veracruz. Lo cierto es que nadie ha
podido explicar la presencia de esa caja y menos su contenido.
Desde entonces, todo el mundo ha dado por
sentado que el tesoro que trasladaba la nave eran oro o joyas. Pero, ¿se han
puesto a pensar que podría ser otra cosa lo que fue guardado tan celosamente
bajo las aguas del fiordo pensando seguramente que volvería a buscarlo?.
Respondiendo a esa pregunta y a muchas otras formuladas en miles de sobremesas desde su hundimiento, Alberto Rojas escribe
el libro “El secreto del Dresden” un thriller histórico publicado por Ediciones
B, en el cual convergen las emociones humanas más oscuras que llevan a
traiciones, a la búsqueda del poder, del dinero sin limitaciones éticas que
llevan solo a la muerte y a la destrucción.
Santiago, el fiordo de Quintupeu, Concepción,
París son los lugares en que el autor hará que los personajes y el lector,
viajen para desentrañar este misterio sobre el tesoro del Dresden.
Los restos de esta nave todavía reposan bajo
las aguas de la bahía Cumberland, en el archipiélago de Juan Fernández. Todo
este fierro corroído por el agua de mar que hoy es el hogar de erizos, coral y
cardúmenes de peces permiten escuchar el silencio de esos restos que en la
imaginación, se combinan con el estruendo de los combates acaecidos hace ya un
siglo y un tesoro, que hicieron que la historia de dos países y una guerra se
cruzaran para siempre.
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