Una revelación constituye la primera
exhibición individual del artista chileno James Smith (1924 - 2012) en el Museo
Nacional de Bellas Artes, quien tuvo una relevante participación en el
abstraccionismo geométrico derivando en el desarrollo de obras de carácter
constructivo durante su exilio.
La muestra, que se mostrará en la
Sala Matta del Museo entre el 11 de mayo y
el 1º de julio de 2018, está compuesta por documentos, bocetos y más de 70
dibujos y pinturas y es fruto de la gestión, pesquisa y curatoría de Gustavo
Poblete B., hijo del destacado artista geométrico Gustavo Poblete C., quien
compartió con Smith una estrecha amistad.
Se trata de un largo trabajo de investigación
para dar con el paradero de las obras dispersas en Chile y en el extranjero,
con el fin de dar cuenta de los períodos y procesos creativos del autor.
el director del Museo Nacional de Bellas
Artes, Roberto Farriol expresa que “esta muestra se enmarca en la misión del
Museo de relevar la obra de los artistas chilenos. A 6 años de la muerte de
James Smith, es un ejemplo de cómo es posible revertir con éxito la amenaza de
la desmemoria en torno a legados artísticos que no han sido lo suficientemente
investigados y difundidos”.
“A la vez, es un reconocimiento a la labor del
coleccionismo nacional que hizo posible el rescate integral de la obra de este
artista”, añade Farriol.
Por otra parte, el curador Gustavo Poblete explica
que “la presencia de Smith en nuestro país ha sido un largo silencio, lo que ha
llevado a un desconocimiento total de su obra para el público en general e
incluso para muchos entendidos en la materia de nuestro país. El eje en la
curatoría, es entregar información amplia de su vida, sus pensamientos y su
obra, no tan solo la que desarrolló en su estadía en Holanda, sino también la
que creó en Chile”.
Así, se releva la obra de un artista que
siguiendo el paradigma de la modernidad, Smith se dedicó a la
investigación-creación de corte constructivista con un alto nivel y rigurosidad
en el análisis de los elementos gráficos y sus configuraciones.
“Como todo creador producto de su historia,
fue consecuente con su postura ideológica sobre la función que debía cumplir el
artista, como agente integrador de lenguajes y códigos permeables entre el
arte, el diseño y la arquitectura”, acota Roberto Farriol.
Nacido en Mejillones (Antofagasta) en 1924,
James Smith ingresa a la
Academia de Bellas Artes en la década de 1950, para luego
dedicarse a la pintura y el diseño. En ese momento pasa a integrar el Grupo
Rectángulo y posteriormente el Movimiento Forma y Espacio, desarrollando un
cuerpo de obra cercano a la abstracción geométrica, que finalmente deriva en
obras de carácter constructivo.
Por su militancia y su visión artística James
Smith forma parte del equipo directivo de Quimantú, editorial gestada durante
el gobierno de la
Unidad Popular, que pretende poner el libro al alcance del
pueblo chileno.
Tras su detención y el exilio a Holanda en
1976, arranca el segundo periodo creativo del autor, etapa en la que se
concreta su expresión constructiva y con ello la consolidación de su lenguaje
pictórico.
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