Los recientes terremotos en el
mar de Drake y las consecuentes alertas de tsunami para las bases chilenas en
la Antártica, nos muestran que este continente tiene una vida propia que va más
allá de pingüinos, albatros, ballenas y focas, sus aves y mamíferos más
reconocibles y carismáticos.
Esta “vida”, más telúrica y
desnuda, es estudiada por un amplio conjunto de disciplinas agrupadas en las
llamadas ciencias de la Tierra y que incluye a la geología, la meteorología,
las ciencias atmosféricas, la paleontología y la geografía física, entre otras
disciplinas.
De hecho, las geociencias, la
oceanografía y las ciencias atmosféricas antárticas son las principales áreas
de publicación de artículos científicos a nivel mundial, según un estudio
publicado en la prestigiosa revista Antarctic Science (“Analysing the
trends of research contributions and scientific collaboration networks working
in Antarctic science: a look to the production of the Spanish programme
honouring the memory of Andrés Barbosa”).
El Simposio Internacional en
Ciencias de la Tierra en la Antártica (ISAES) deriva de los antiguos simposios
de geología organizados por el Comité Científico de Investigación Antártica
(SCAR) desde el año 1963 (curiosamente el mismo año en que se crea legalmente
el Instituto Antártico Chileno, INACH, como un organismo técnico del Ministerio
de Relaciones Exteriores). Desde 1987, ISAES se organiza cada cuatro años, pero
la pandemia puso un largo hiato desde la última reunión en Incheon, Corea del
Sur, en 2019.
Por eso, había mucha
expectativa de lo que podrían ser los cinco días de ISAES 2025 en Punta Arenas,
luego de que Chile postulara exitosamente como sede de este encuentro, tal como
sucedió con la Conferencia Abierta y la Reunión de Delegados de SCAR en Pucón y
Punta Arenas, respectivamente, el año pasado. Era también el primer ISAES que
se organizaba en Latinoamérica con SCAR, INACH y el Comité Nacional de
Investigaciones Antárticas (CNIA-SCAR Chile) como anfitriones.
Kia ora tātou
El lunes 18 de agosto amanece
en una Punta Arenas soleada, pero fría. El salón principal del centro de
conferencias del Hotel Dreams está repleto y brillan en los ventanales las
aguas del estrecho de Magallanes y se aprecian atracados en el puerto los rompehielos Almirante
Viel, de Chile, y Nathaniel B. Palmer, de Estados Unidos.
El Dr. Gary Wilson saluda a la
audiencia: “Buenos días, kia ora tātou, welcome everyone”. El tradicional
saludo maorí revela, junto con su acento, el origen neozelandés de Wilson,
quien asumió la presidencia de SCAR en la Conferencia Abierta del año pasado,
en esta misma ciudad.
“El trabajo que todos ustedes
realizan ha evolucionado drásticamente desde aquella primera reunión poco
después del Año Geofísico Internacional. En sus inicios, observamos algunas de
las primeras evidencias de la tectónica de placas gracias al registro de las
secuencias de rocas en las Montañas Transantárticas; la Antártica jugó un papel
clave en ello.
Hoy en día, contamos con una
geofísica altamente sofisticada para cartografiar el subsuelo, modelos
avanzados para comprender la respuesta de la corteza, el manto y la cambiante
masa de hielo, así como potentes técnicas analíticas para calcular edades y entornos
únicos en la Tierra”, expone Wilson.
En la ceremonia de
inauguración también participó el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich,
quien destacó el patrimonio científico y cultural de la ciudad al ser un
territorio visitado por los más insignes exploradores y naturalistas como
Magallanes y Darwin, animando a las y los asistentes a continuar ese
legado.
El simposio agrupó una serie
de conferencias plenarias a cargo de reconocidas y reconocidos especialistas en
el ámbito de las ciencias de la Tierra, presentaciones de posters y sesiones
temáticas.
Fueron nueve las conferencias
plenarias, con Wilson abriendo los fuegos y contextualizando la ciencia
antártica en un mundo con tensiones políticas no menores, donde se necesita una
voz que entregue información confiable sobre lo que sucede en el planeta,
especialmente en los polos. También destacó el rol de SCAR como un organismo
articulador de la ciencia polar y su rol asesor en diversos foros.
Laura de Santis (Italia)
revisó los factores que afectan la estabilidad de las enormes plataformas de
hielo, generalmente asociados al cambio climático, para resaltar la importancia
de las condiciones geológicas de base y su transformación a lo largo del
tiempo.
Marcelo Leppe (Chile) presentó
la increíble historia natural del género Nothofagus, copiosamente presente
en los bosques del sur de Chile, y cuyo estudio aún tiene mucho que aportar al
conocimiento de la vida que existió en la Antártica y cómo está vinculada a los
otros continentes.
El resto de las plenarias
abordó la historia tectónica del mar de Drake (Gao Ling), las interrelaciones
de la Antártica con el sistema global de la Tierra (Sebastián Marinsek), la
geología subglaciar de la plataforma Amery (Naresh Chandra Pant) y general
(Weisen Shen), el uso del ADN sedimentario del pasado para entender los
ecosistemas (Linda Ambrecht) y la evolución geológica de la península Antártica
(Joaquín Bastías). Gao Ling dijo una frase que sintetiza bien el espíritu
detrás de los estudios que buscan en el pasado las claves del mañana: “la
historia es un espejo del futuro”.
No todo fue ciencia
Durante ISAES también se
destacó la participación de diez emprendedoras ligadas al Fondo de Solidaridad
e Inversión Social (FOSIS) de la región de Magallanes y de la Antártica
Chilena, capacitadas por INACH a través de la iniciativa Antartikanos.
Durante el evento ellas exhibieron sus
creaciones inspiradas en la Antártica, vinculando la ciencia con el talento
local y la identidad regional. Esta iniciativa continuó lo “sembrado” en la
Conferencia de Pucón y en la reunión de delegados en Punta Arenas, donde
también se capacitó y se ofrecieron espacios a artesanas y artesanos.
Este evento contó con el apoyo
y participación de diversas organizaciones, como la asociación gremial
Antarctic Punta Arenas Logistics (APAL), la revista Nueva Diplomacia, la
Coalición de Jóvenes Antárticos (AYC-Chile), la Universidad de Magallanes, y el
Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de Chile.
Gino Casassa, director del
INACH, sostiene en sus manos el último número de la revista ILAIA.
Advances in Chilean Antarctic Science, que vino con un especial dedicado al
análisis del terremoto ocurrido en mayo en el mar de Drake. “Muy oportuno
dice”, refiriéndose a que, en la medianoche del 24 de agosto, en medio del
simposio, se registró un sismo de magnitud 7,5 en el Drake.
“Los terremotos de anoche nos
recuerdan la relevancia de estar en una Tierra dinámica, donde se mueven las
placas tectónicas y hay efectos volcánicos. En la Antártica, aunque está casi
en un 100 % cubierta por hielo, debajo hay rocas que condicionan su movimiento.
Todo está en evolución, todo
es dinámico y eso nos ayuda a entender el presente, proyectar el futuro y ver
cómo el cambio climático y el calentamiento global afectan el derretimiento y
el colapso de los hielos”, comenta Casassa, glaciólogo de formación.
Hora de balances
Para Jorge Carrasco,
climatólogo y presidente del CNIA, “la organización de este evento en Punta
Arenas representó una oportunidad estratégica para posicionar al país en el
liderazgo regional en ciencia polar y permitió que destacados científicos
compartieran sus investigaciones con los más jóvenes e intercambiaran
información e ideas.
Para el CNIA resulta
interesante que el proyecto RINGS (estudios en los márgenes de las plataformas
de hielo) haya invitado a Chile para extender sus investigaciones en la
península Antártica”.
Liderando el equipo
organizador de ISAES, estuvo Isabel Giménez (INACH). Nos dice que era un
desafío mayor realizar este simposio un año después de la Conferencia Abierta
en Pucón, considerando que un número importante de los asistentes ya había
participado ahí y que tal vez no iban a venir a Punta Arenas, una ciudad más
lejana aún. “Felizmente, estuvimos dentro de las cifras”, afirma con algo de
alivio y mucha satisfacción.
Chile lideró la participación
con un 30 % de los trabajos enviados, seguido por Estados Unidos (20 %) y
Brasil (5 %). ISAES 2025 congregó a 220 participantes, de 21 países, con una
participación equitativa marcada por la presencia de un 53 % de mujeres y un 47
% de hombres.
Para finalizar, Giménez
destaca “la participación de jóvenes investigadores y la equidad de género,
tanto en los lineamientos propios de SCAR como en la participación de los
asistentes. También resaltaría la participación de organizaciones locales o
regionales que tanto en Pucón como en Punta Arenas tuvieron un rol
significativo al mostrar parte de su identidad local a través de exposiciones o
por medio de actividades dirigidas a la comunidad. Creo que, en conjunto, ambos
eventos contribuyeron significativamente al fortalecimiento de los vínculos
internacionales y al avance del conocimiento antártico, en un marco de
colaboración interdisciplinaria y de excelencia”.
El INACH es un organismo
técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo
relacionado con asuntos antárticos de carácter científico, tecnológico y de
difusión
El INACH cumple con la
Política Antártica Nacional incentivando el desarrollo de la investigación de
excelencia, participando efectivamente en el Sistema del Tratado Antártico y
foros relacionados, fortaleciendo a Magallanes como puerta de entrada al Continente
Blanco y realizando acciones de divulgación del conocimiento antártico en la
ciudadanía. El INACH organiza el Programa Nacional de Ciencia Antártica
(PROCIEN).