Según una encuesta británica, uno de cada dos profesores desearía
dejar la profesión a la menor oportunidad. Algo parecido parece ocurrir en
otros países, entre ellos el nuestro.
¿Qué está pasando? ¿Merece la pena dedicarse a esta tarea
hoy?
A fines del año pasado, Editorial Universitaria presentó el
libro “¿Héroes o villanos? La profesión docente en Chile” de la profesora
Beatrice Ávalos, profesora de Historia y Geografía y Ph.D. Education (St. Louis
University, usa) y actual Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2013.
El libro fue escrito en conjunto con Cristián Belleï,
sociólogo de la
Universidad de Chile; Danae de los Ríos es socióloga de la Universidad Católica
de Chile, Magíster y Ph.D. en Educación de la Universidad de
Michigan-Ann Arbor; Alejandro Sevilla, economista de la Universidad Mayor
de San Simón, Cochabamba-Bolivia; Carmen
Sotomayor, profesora de Castellano de la Universidad de Chile y con Juan Pablo Valenzuela es economista de la Universidad de Chile,
Magíster y Ph.D. en Economía de la Universidad de Michigan-Ann Arbor.
Para el equipo autor de este libro, el protagonismo e
importancia de los profesores y profesoras tiene una larga historia de
reconocimiento público expresada de muchas maneras: en la literatura, en la
filosofía, en la historia de la educación y en tantos testimonios personales
sobre el rol que jugó en sus vidas algún maestro o maestra.
Ese reconocimiento persiste hoy día, pero marcado por
expectativas sociales complejas a las cuales los maestros, en cuanto
individuos, no siempre pueden responder. El gran avance que ha significado la
profesionalización de los docentes como efecto del nivel universitario de su
formación inicial y el reconocimiento público de su campo específico de acción
en la enseñanza y el aprendizaje es afectado, a su vez, cuando los docentes
parecen no responder adecuadamente a las expectativas sociales, o se les hace
difícil hacerlo debido a la calidad de los contextos y condiciones en que
trabajan.
Hay motivos para el pesimismo entre otras cosas porque la formación
pedagógica es corta y deficiente, poco valorada en la sociedad, en muchas
oportunidades el contexto organizativo deja mucho que desear, existen
competidores sociales potentes (los medios de comunicación, las nuevas
tecnologías; las autoridad tradicional se triza; hay alumnos que se resisten a
estudiar y son insolentes, etc.
Para fortalecer su capacidad de respuesta se mejora su
formación docente inicial y continua, se evalúa su desempeño y se los estimula
mediante incentivos diversos. Pero el efecto de estas acciones, realizadas
desde las políticas públicas, se debilita por la ausencia de la voz de los
docentes en su configuración y aplicación y, tal vez, por un inadecuado
reconocimiento de lo que se necesita para alcanzar un buen ejercicio
profesional docente.
Este libro, quiere ser la voz de los profesores y profesoras
chilenos para relevar la importancia de su trabajo y la forma cómo asumen su
profesionalismo en cuanto docentes en una diversidad de escuelas y de grupos
sociales, y para conocer sus respuestas a las expectativas y demandas que
provienen de la sociedad más amplia, y de las autoridades educacionales que los
rigen.
El libro, que consta de ocho capítulos, se basa en los
resultados de un conjunto de estudios realizado en 2009-2011 que cubrió a cerca
de dos mil profesores que participaron en una encuesta nacional, y a un grupo
menor de ellos que fueron entrevistados en seis establecimientos escolares de
cuatro regiones del país, o que participaron en siete grupos focales en la Región Metropolitana
de Chile.
Si bien existen muchos estudios referidos a profesores
chilenos, no se contaba con un estudio reciente de cobertura nacional que
recogiera la voz de los docentes y este libro procura contribuir a llenar este vacío
centrándose en cuatro grandes objetivos: (a) analizar las visiones e
interpretaciones personales de los docentes respecto a su identidad profesional
y su enseñanza; (b) recoger sus percepciones acerca del efecto de políticas
sobre las prácticas docentes y acerca de los procesos de mediación de reformas
que ellos realizan; (c) conocer más de cerca sus condiciones de trabajo y
comprender cómo las evalúan en relación con sus responsabilidades docentes, y
(d) conocer cómo perciben el lugar de la profesión docente en el conjunto de la
sociedad y el grado de satisfacción con el reconocimiento social de su labor.
El capítulo 1 se centra en la metodología de investigación
utilizada y presenta las características generales de la población docente
estudiada tanto en la encuesta nacional como en los estudios de caso y los grupos
focales. El capítulo 2 los diversos temas de interés del estudio y también, revisa
investigaciones pertinentes a estos temas y sus resultados. El tercero, da un
marco amplio respecto a la profesión docente en Chile, analizando un conjunto
de datos demográficos, sociales, culturales y educacionales de los docentes
chilenos, recogidos de bases de datos existentes. Además considera los temas de
demanda y oferta de profesores y, en particular, respecto a esto último, la
situación de la formación docente inicial.
El capítulo 4 entra
de lleno al análisis de cómo definen su identidad los docentes chilenos,
analizando temas relacionados con la vocación, misión, percepción de
autoeficacia e importancia de la formación y el aprendizaje docente continuo.
En el quinto, se examinan los diferentes contextos de trabajo de los docentes
estudiados, sus condiciones laborales y de políticas y el efecto que ellos
tienen sobre su satisfacción personal y profesional, como también la
importancia de las comunidades escolares y el trabajo colaborativo entre
docentes.
El Capítulo VI se ocupa de la percepción de los docentes
sobre las distintas reformas educacionales que los han afectado a partir de los
años 1990, el impacto de estas reformas en la situación cotidiana de los
docentes, el grado de su participación en ellas y la forma cómo las han mediado
en sus aulas. En séptimo, se analiza la percepción de los docentes sobre el
estatus social de la profesión, el grado de respeto que les otorgan diversos
actores sociales y se examinan las diferencias referidas a estos temas según el
tipo de establecimiento escolar en que trabajan y los años de experiencia de
los docentes estudiados.
Finalmente, el capítulo 8º presenta una visión de conjunto
acerca de cómo los profesores entienden y viven su profesión, distinguiendo
entre su propia interpretación del profesionalismo docente, y las definiciones
externas de ella que se encuentran en políticas y mensajes públicos
relacionando, a su vez, estas percepciones con lo que se observa en el marco
global de políticas hacia docentes. El capítulo ofrece un conjunto de
conclusiones amplias sobre la profesión docente en Chile y algunas indicaciones
para políticas y trabajo académico sobre el tema.
El libro, servirá de apoyo tanto a las nuevas generaciones
de jóvenes que en un mes más entrarán a estudiar Pedagogías en las distintas
universidades del país, como a los docentes entregándoles un material de apoyo
a su labor y a su realización personal, porque les otorga una visión global de trabajo
y una revalorización de su rol en la sociedad.