Estas vacaciones de invierno serán una buena
oportunidad para acercarnos y compartir una actividad de las favoritas y por
qué no decirlo de nosotros cuando niños(as).
Invitemos a dibujar a los más pequeños de casa, pero
antes importantes características de la expresión plástica según su edad, ya
que las primeras experiencias con el dibujo son aquellas en las que solo
realizan movimientos y que poco a poco van a ser controlados e intencionados,
hasta lograr representaciones reconocibles.
Los primeros trazos que realizan a partir del año y
medio son denominados “garabatos”, porque suelen ser a modo exploratorio y
dependen del nivel de maduración de la vista y el sistema motor, no hay
intención de representar algo, simplemente disfrutan con su movimiento.
A los 2 años los “garabatos” son más controlados, no
representan formas, figuras u objetos, aún dibujan por el movimiento que puede
ser en forma circular o de vaivén.
A los 3 años controlan más la fuerza y dirección que
ejercen, realizan trazos repetitivos y asignan nombre. A los 3 y medio,
conectan movimientos, dedican más tiempo a dibujar, y lo hacen como un
“renacuajo” o sea, cabeza destacada.
Sus movimientos son más intencionados y variados a los
4 años, ya que han mejorado su coordinación, dibujan en un espacio determinado
y se preocupan de la forma, detalles y proporciones.
Dra. Sandra Castro Berna |
sugerencias:
Facilitar espacio y materiales acorde a su edad
(block, crayones, tiza, lápiz de cera), compañía y buena música.
Pregunte si puede participar de sus dibujos, la niñez
se caracteriza por estar centrados en ellos.
Es conveniente preguntar por lo que dibujó o que
comente de qué trata y no interpretar como adultos, ya que lo más probable, es
que no coincidan las interpretaciones y el niño(a) se incomode.
Incentive a que dibujen, valore sus esfuerzos y felicite sus “obras”.
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