Desde el 3 de noviembre se presentará en
el Museo de Arte Contemporáneo la exposición Hechizas del artista chileno Demian
Schopf. La muestra consiste en un impactante montaje de aproximadamente 1.600
armas hechizas, tipo estoque, que fueron incautadas en cárceles de Santiago.
Mediante la apropiación de este peligroso objeto carcelario, el artista alude a la violencia y a la precariedad estructural en que está sumida la mayor parte de la población.
A su vez, subvierte el estatus
original de estas armas ilegales, para constituirse en obras de arte por el
hecho de presentarse en el Museo de Arte Contemporáneo, enunciando que un
objeto ilegal y letal, en el código del arte se puede apreciar como una obra de
arte objetual, un ready made o ensamblaje.
La mayoría serán desplegadas en la sala a
manera de murales de grandes dimensiones, que en su visualidad recuerdan un
textil o un quipu. Otras se mostrarán en vitrinas como objetos museísticos.
Una pequeña parte estas armas,
corresponden a copias de un modelo anterior, trabajo encargado a un presidiario
con el mismo tipo de materiales, es decir, cualquier elemento que se encuentre a
mano al interior de la cárcel.
Junto con las armas, la muestra contempla
la exhibición de teléfonos celulares de segunda mano, con evidentes desperfectos
como pantallas trizadas. Estos dispositivos emitirán videos consistentes en textos
que corren, a modo de loop, en la pantalla en negro, tan solo con la indicación
horaria.
En uno de los videos se verá una
colaboración original del cineasta Cristián Sánchez, con escenas de segundos
extraídas de una película de ficción de su autoría, sobre una riña en la cárcel.
Además, durante todo el transcurso de la
exposición, un teléfono celular dará cuenta de la geolocalización del propio
Demian Schopf en un mapa de Google que se verá en su pantalla, mediante un
sistema de GPS conectado con el teléfono del artista. Con esta acción se busca
emular el sistema de vigilancia de las tobilleras electrónicas, utilizadas para
controlar y restringir el desplazamiento de algunos condenados por la justicia
mediante el monitoreo a distancia.
El artista inició la colección de estas
armas el año 2010, cuando compró un cuchillo segador hechizo en una acera de la
Avenida Argentina, en Valparaíso. Luego de este hallazgo, contactó a ex reclusos
para encargarles la fabricación de algunas armas hechizas.
Para este proyecto, Schopf gestionó con
Gendarmería el préstamo (en comodato) de una gran cantidad de armas punzantes, incautadas
en los allanamientos que se realizan periódicamente en algunos centros
penitenciarios. Al término de la exposición, estas armas volverán a manos de la
institución para ser fundidas y convertidas en herramientas de trabajo, para el
uso de los mismos reclusos en talleres de carpintería y otros, destinados a
contribuir a su reinserción social.
Este mismo hecho permitió la paradoja de
que una de estas armas viajara por valija diplomática a España, en 2015, para
ser parte de una exposición a la que Demian Schopf fue invitado. El certificado
que clasifica el arma (o la obra) como objeto encontrado y el registro
fotográfico de cómo fue expuesta en esa ocasión forman parte también de la
muestra Hechizas.
Las armas hechizas responden a la característica
manufactura carcelaria, en la cual se utilizan diversos objetos de uso
corriente y fabricados en serie, mutilándolos, deformándolos y combinándolos, cambiando
su función original para producir un arma artesanal punzante, que permite el
ataque, la defensa y, en definitiva, la sobrevivencia en el brutal mundo
presidiario.
La muestra establece un paralelo entre
este objeto nacido de una estrategia de transgresión del uso de objetos
industriales y el Ready Made, que significó una transgresión a la institución
del arte, para luego ser absorbida por esta y por el mercado.
Su despliegue en el Museo, en una
disposición en que las armas adquieren un carácter estético, alude de cierta
forma a la “banalización del mal” imperante, que es un factor que promueve la
cultura de la violencia.
Los teléfonos celulares dispuestos en la
exposición, emitiendo videos textuales y permitiéndonos seguirle la pista al
artista, son objetos prohibidos en el régimen carcelario, pero ampliamente
utilizados clandestinamente, ya sea para la comisión de delitos desde la cárcel,
como para mantener una comunicación, que en muchos casos también es un factor
de sobrevivencia.
En esta exposición los teléfonos permiten
ver los videos y al mismo tiempo se presentan a sí mismos como artefactos, aludiendo
a la idea de que “el medio es el mensaje”.
La analogía que se hace a las tobilleras electrónicas, mediante uno de estos celulares, es extrapolable a la vigilancia a la que se ve sometida toda la población, en la distopía del panóptico digital, donde todos somos observados, vigilados, e identificados por un big data.
Demian Schopf nació en 1975 en Frankfurt, actualmente vive y trabaja
en Santiago de Chile.
Ha expuesto en Chile y el extranjero individual
y colectivamente. Ha sido beneficiado con los Fondos de Cultura Fondart en
varias oportunidades y con la Beca Conicyt. El 2007 recibió el premio Altazor,
que otorgan los propios artistas de distintas disciplinas en Chile, por su
instalación Máquina Cóndor.
La exposición Hechizas del artista Demian Schopf podrá verse a partir del 4 de noviembre en el Museo de Arte Contemporáneo (Parque Forestal, Ismael Valdés Vergara 506).
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