martes, 18 de septiembre de 2012

Se publica libro que recoge el conflicto mapuche.



El libro “Solo por ser indios y otras crónicas mapuches” del periodista Pedro Cayuqueo que recoge artículos sobre el conflicto mapuche será publicado próximamente por Editorial Catalonia.

En este libro, aparecen  la historia  de este conflicto que enfrenta a nuestros dos pueblos y cuyo origen se remonta a menos de un siglo. 

En un momento en que  las voces se han levantado para mostrar la indignación de la sociedad chilena ante el endeudamiento, los abusos de confianza de la fe pública e institucional, este libro muestra lo que ocurre en la Araucanía a través de la voz de Pedro Cayuqueo.

Los relatos incluidos en este libro, nos dan a conocer un nuevo actor social que introduce el tema de la territorialidad y la autonomía.

Se denomina “conflicto mapuche” al surgimiento de organizaciones  mapuches que reclaman por una serie de de reivindicaciones érnicas cuyas demanda, giran en torno a varios ejes: la autonomía jurisdiccional (derecho propio); recuperación de tierras; pretenciones económicas (subsidios, indemnizaciones) e identidad cultural.

Sus críticos sostienen no sólo la ilegitimidad jurídica de sus pretensiones sino que además señalan que la "identidad mapuche" usada por las organizaciones activistas carece de validez cultural significativa en el mundo contemporáneo -en base al común denominador mapuche moderno- y que más bien se trataría de una etiqueta instrumental para alcanzar objetivos políticos por parte de tales organizaciones.

Pedro Cayuqeo (1975, Puerto Saavedra, Región de La Araucanía) es periodista y escritor. Ha fundado y dirigido los periódicos Azkintuwe y MapucheTimes. Es columnista de The Clinic, El Post, Diario Austral de Temuco y El Mostrador y corresponsal para Latinoamérica del periódico Indian Country Today (EE.UU) y colabora con Berria, Pagina12 y The Independent, entre otros medios extranjeros.

Forma parte del Consejo Editorial de la Agencia Internacional de Prensa Indígena (RED-AIPIN) y del Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). En 2011 se le otorgó el premio del Colegio de Periodistas de Chile en la categoría “Aporte al Periodismo Regional”. Padre de una hija, reside en la ciudad de Temuco.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Roberto Parra: La vida que yo he pasado

El libro Roberto Parra. La vida que yo he pasado”, un compendio de la vida del talentoso músico, cantautor y folclorista, el quinto de la dinastía Parra, después de Nicanor, Hilda, Violeta y “El tío Lalo” será  presentado en la próxima Feria Internacional del Libro de Santiago por Pehuén Editores .

Este libro, entrega material inédito y detalles poco conocidos de la vida y obra de este cuequero de tomo y lomo cómo por ejemplo, de sus comienzos, cantando en las calles de Chillán junto a Violeta, Eduardo e Hilda; de su oficio de “guitarrero” en cabarets, circos y boliches; de la creación del dúo “Los hermanos Parra” junto a Lalo; de sus múltiples oficios como enfierrador en el dique de Valparaíso, lazarillo, diarero, lustrador, acarreador de viandas para un preso de cárcel, soldador, ayudante de mecánico, carpintero y dueño de una mueblería; y de su trabajo como músico ambulante en la Vega Central en la época de la dictadura.

“La vida que yo he pasado”, es un completo registro de la magistral obra de Roberto Parra.

El mismo que una noche de 1958 conoce a la “Negra Ester” en una boite de Valparaíso, para luego enamorarse y después inmortalizarla en su libro “Décimas de la Negra Ester”, las cuales, más tarde, fueron puestas en escena por la compañía Gran Circo Teatro, de la mano de Andrés Pérez .

Esta obra teatral,   que estuvo en cartelera por más de 20 años, fue la consagración nacional e internacional de Parra como músico,  compositor  y dramaturgo. 

Décimas, cuecas, prosa, fotografías, partituras y un Cd con grabaciones inéditas de su madre, doña Clarisa Sandoval, y de Roberto tocando junto Catalina Rojas, también folclorista.

Roberto Parra. La vida que yo he pasado” ya está en librerías ($20.000) y será presentado, oficialmente, en la próxima edición de la Feria Internacional del Libro a realizarse en noviembre en la Estación Mapocho, en donde se espera, contar con la presencia de “La Regia Orquesta” y Catalina Rojas, viuda de Roberto Parra. Este lanzamiento, se realizará, el 8 de noviembre a las 19hrs.

jueves, 13 de septiembre de 2012

A próposito de las Fiestas Patrias.

A partir del 1º de septiembre, los chilenos comenzamos a celebrar nuestras Fiestas Patrias, oportunidad en que hacemos un alto en nuestra rutina para recordar las luces y sombras de nuestra historia.
Los españoles que fundaron Santiago de Nueva Extremadura el 12 de febrero de 1541, nunca pensaron lo difícil que sería para la Corona española este territorio. A las dificultades propias de instalación, prontamente se les unieron las hostilidades de los mapuches, indígenas nada pasivos como sus vecinos los Incas. Justamente, el 11 de septiembre de ese año, destruyeron la naciente ciudad en un intento por recuperar su tierra y expulsar a los invasores.
Sin embargo, los españoles, luego de vencerlos, se quedaron en una tierra con la que aún no tenían vínculos y teniendo la posibilidad de irse, se quedaron a reconstruir una ciudad y a construir una Nación.
El camino de estos doscientos años de vida republicana, no ha sido para nada fácil.
El siglo 19 fue el de la Independencia,  de la  construcción del Estado chileno, con sus características propias y diferentes a la de nuestros vecinos y de la consolidación territorial, que nos hizo enfrentarnos en dos oportunidades  a Perú y a Bolivia y el siglo XX, fue el de la construcción de la identidad política.
Siglos de grandes hombres y mujeres que nos dieron su saber, su intelectualidad, su poesía, sus dolores, sus alegrías. Siglos de conquista de derechos y deberes, de seísmos, de reconstrucción continua, lo que pavimenta el camino para que en este nuevo siglo logremos mucho más.
Chile nació junto con la primavera y es por ello que hacemos nuestras, las promesas de renovación que trae esta estación. Mejoran las temperaturas, empiezan a soplar los vientos alisios y el cielo se llena de volantines y las banderas puestas en los mástiles, flamean al viento.
Trompos, emboques, carreras a la chilena, comidas típicas, música tradicional sonando en las radios. Árboles llenos de brotes y  flores nuevas aparecen en los jardines que llenan de color la mirada. Después de seis meses de frío, septiembre es la promesa del verano que ya se acerca.
Antiguamente,  los chilenos durante agosto y comienzos de septiembre, se preparaban para el 18. Pintaban sus casas y se compraban ropa y zapatos nuevos para lucirlos durante las fiestas, se cachampeaban. Se cerraban las calles y se organizaban competencias de juegos tradicionales para los niños.
Para los chilenos, ir a las fondas, siempre ha sido, una instancia de encuentro social con  los amigos, familia, compañeros de trabajo donde al igual que la canción Fiesta, interpretada por Joan Manuel Serrat, en las fondas “el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha”.
Son momentos en que todos somos iguales, en que sin importar la situación económica, política o familiar y mucho menos las dietas, los problemas se dejan de lado, incluso la prisa porque en esos días, hay tiempo para un almuerzo conversado o si no hay mesas disponibles, se pone un chal o un mantel en el pasto y se come allí, mientras los niños juegan y visten los trajes típicos que usaron en la presentación del colegio o que fueron comprados para la fiesta.
 En estas fiestas no solo participan los chilenos, también lo hacen aquellos que convirtieron nuestro país en su hogar, Son tiempos de trompos, emboques, volantines, manzanas confitadas y algodón de dulce, carreras a la chilena, carreras de ensacados, de subir al palo ensebado, asados, vino, chicha, mote con huesillos, alfajores y mil cosas que no haríamos y/o comeríamos en otro momento del año.
Recuerdo el 18 de septiembre de 1973. No hubo fondas  pero,  mis padres  llenaron de guirnaldas de banderitas pequeñas la casa,  pusieron música folclórica, consiguieron empanadas para el almuerzo del 18 e hicieron que mi hermano y yo, sintiéramos que estábamos en  nuestra propia fonda.  Aún recuerdo la sonrisa de mi hermano cuando bailaba cueca conmigo, en el living de la casa y la cara de alegría de mis padres al ver que nosotros estábamos felices a pesar del ambiente de apesadumbrado que se vivía ese año.
 Porque justamente esa es una de nuestras fortalezas porque por muy duro que sea el año, en septiembre siempre existe la posibilidad de juntarse en casa con la familia para comer juntos un asado y brindar por la Patria, porque tenemos la esperanza de que el próximo 18 será mejor.
Septiembre es todo para nosotros. Todo lo bueno y lo malo nos sucede en ese mes, por ello es tan importante en nuestras vidas. Crisis económicas y políticas se desatan  con fuerza en este mes y hasta el año 1970, la elección de los presidentes se realizaba el cuatro de septiembre. Así, el presidente en ejercicio y el electo,  concurrían a la celebración del 18 de septiembre.
Y cuando nos toca pasar un18 en el extranjero,  nos llenamos de nostalgia, pues añoramos todo lo que hemos vivido  junto a los nuestros. Extrañamos ver a la Cordillera de Los Andes como marco del vuelo de los volantines y que en estas fechas, todavía luce cumbres nevadas y el jolgorio de estos días en que todos los problemas parecen desaparecer Eso es lo que uno evoca cuando toca pasar las Fiestas en el extranjero ya que son esos recuerdos los que acompañan y abrigan la ausencia.
Es cierto que la construcción de la Nación ha provocado rivalidades políticas, sociales, económicas e incluso familiars y que  no hemos podido cerrar las grietas de nuestras heridas que, como muchas cosas en esta tierra querida, son sutiles, siendo esto su  mayor peligro pues son heridas  vigentes y a la más mínima sacudida, tanto de la tierra como de la política, salen a relucir como si estuvieran agazapadas, esperando su oportunidad para saltar sobre nosotros. 
En todo caso, los chilenos tenemos una enorme capacidad para enfrentar nuestros problemas y salir adelante. Y si hay algo que hemos aprendido en más de 500 años de historia y más de 200 de vida reublicana, es que no hay dificultad que no se pueda superar. Para ello sirven las derrotas, para recordarlas por el  esfuerzo y el sacrificio que se tuvo que hacer para empezar de nuevo. En ese sentido, Chile es un país, que está en constante reconstrucción porque como dijera Gabriela Mistral nos anima "la voluntad de ser a pesar de todo".
Quisera invitarlos, a que en estos días, pongamos dentro de un paréntesis  toda las rabias, las penas, las frustraciones, los dolores y celebremos con alegría ya que estamos en un momento de nuestra historia y de nuestra vida, en que podemos mirar hacia atrás y distinguir los errores y los aciertos  cometidos y aprender de ellos, para construir una vida mejor.
Viva Chile.

martes, 11 de septiembre de 2012

“La escuela no ha estado a tono con los avances sociales y tecnológicos”



La docente Juana María Sancho Gil, investigadora en el Departamento de Didáctica y Organización Educativa de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Barcelona llegó al país invitada por la Iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile.

Durante su permanencia, que se extenderá hasta el 13 de septiembre, realizará variadas actividades como seminarios, talleres y una conferencia abierta. Esta última, se titula “Del aprendizaje de la reproducción al aprendizaje para la comprensión” y se realizará el miércoles 12 de septiembre en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

Para la docente “los niños y jóvenes que actualmente llenan las salas de clases las escuelas, institutos o universidades viven una realidad muy distinta a la que vivieron sus profesores ya que mientras los primeros están inmersos en un mundo digital, gran parte de sus docentes se formaron como tales en uno completamente analógico”.

Para el profesorado actual, la clave del éxito académico y profesional era aprender a leer y escribir textos para responder de forma adecuada a las preguntas de los sucesivos exámenes y para trasmitir el contenido a los estudiantes.

“Hoy se valora no sólo el saber qué, sino también el saber cómo. El objetivo de la enseñanza y el aprendizaje no es transmitir lo que uno sabe sino posibilitar que el otro aprenda a la vez que los niños de hoy viven en entornos literalmente bombardeados de estímulos orales, visuales y sensoriales que les proporcionan experiencias de aprendizaje muy características que en general se ven descuidadas o rechazadas por los centros de enseñanza”, manifiesta la profesora catalana.

Los cambios que han tenido lugar en la sociedad y el alumnado en los últimos años, no han ido en consonancia con las transformaciones de la escuela ya que el modelo de enseñanza actual está basado en premisas como aquella que dice que el conocimiento es una colección de hechos sobre el mundo y de procedimientos para resolver problemas.

“La finalidad de la escuela es meter estos hechos y procedimientos en la cabeza del alumnado. Otras premisas son que se considera educado a quien posee una buena colección de estos datos y procedimientos y que la labor del profesorado es trasmitírselos al alumnado”, afirma Sancho Gil

Para la investigadora catalana la adquisición y el desarrollo de competencias digitales van mucho más allá del aprendizaje de programas informáticos, de la enseñanza asistida por computador o de la búsqueda de información en Wikipedia o el “Rincón del vago” ya que hay que poder entender la lógica de los medios actuales con sus diferentes formatos, lenguajes y formas de funcionamiento”.

En una buena educación digital, la información que se maneje ha de ser sobre algo y ha de tener algún propósito y para poder decidir qué tipo de información necesitamos hemos de tener un objetivo, un problema o tema de estudio y una mínima noción del sentido que tiene la búsqueda de la información. En ese sentido, dada la multiplicidad de información disponible, hay que ir adquiriendo criterios que nos permitan pronunciarnos sobre la fiabilidad y legitimidad de la información.

Una vez recogida la información, hay que analizarla, establecer conexiones, interpretarla y llegar a algunas conclusiones ya que la posibilidad de acceder a diferentes fuentes de información y de contar con herramientas que facilitan el “cortar y pegar” conlleva tener que plantearse la ética del uso de la información y no menos importante, el tratamiento de la información y la competencia digital también implican la capacidad  para representar el resultado de la investigación y comunicarlo utilizando distintos medios y formatos.

Arquitectura moderna en Chile: respondiendo a los desafíos de su tiempo

El libro “La arquitectura moderna en Chile (1907-1942). Revistas de arquitectura y estrategia gremial” del arquitecto Max Aguirre González será presentado próximamente por Editorial Universitaria para dar a conocer como una realidad implacable hizo que la arquitectura respondiera a los cambios históricos que se produjeron en Chile.

La tesis del trabajo es que más allá de un proceso de transculturización, la modernización de la arquitectura en Chile estuvo “claramente vinculada a la afirmación de una clase profesional que, apoyada en el conocimiento científico de los procesos constructivos  intentó, simultáneamente, afianzar su propia identidad y resolver problemas sociales concretos”.

Este estudio tiene el mérito de buscar el impulso del desarrollo de esta profesión no en factores externos, que de hecho contribuyeron a su modernización, sino que buscó los orígenes en causas internas en un espacio geográfico y circunstancias históricas y sociales muy concretas. 

Los arquitectos chilenos, en el período que se analiza, contribuyeron a solucionar incipientes problemas sociales y económicos en un país frecuentemente sacudido por seísmos que han obligado a una continua reconstrucción. 

El libro, se estructura en torno a seis capítulos. En ellos, Aguirre muestra que la modernidad en la arquitectura llegó de manos de la revolución industrial, del seísmo, de las publicaciones y de la actividad gremial.

Para el autor, la transformación urbana y la aparición de las viviendas populares es uno de los factores que marcan la aparición de la modernidad en la arquitectura.

El impacto de lo cambios sociales, políticos y económicos que conllevó la revolución industrial (industrialización de la producción; incorporación masiva de la máquina como recurso principal de este proceso; la migración masiva desde el campo a las nuevas zonas industriales) llegaron a Chile de la mano de la explotación de los recursos mineros (cobre, carbón y salitre) de lo que emergieron nuevos requerimientos que llevaron a una transformación urbana.

En el libro se establece que en estos enclaves industriales se aplicaron criterios de planificación y trazado urbanístico ya que se dispuso de sectores de viviendas, zonas de esparcimiento, emplazamientos de edificios públicos (escuelas, iglesias, hospitales y otros), se abrieron calles, se crearon plazas. En estas construcciones se emplearon materiales de la zona como tierra y piedra y otros de avanzada tecnología para la época como fueron el acero, el hormigón armado, la plancha ondulada de acero zincado, la madera terciada como también sistemas constructivos en base a elementos estandarizados y de prefabricación.

Uno de los fenómenos culturales más evidentes de esta transformación fue la aparición de las viviendas populares, provocado por el explosivo aumento de la población y de su concentración en las ciudades en un tiempo relativamente corto. 

Aguirre expresa que este fenómeno congregó a los trabajadores en torno a sus actividades e indujo el nacimiento de una conciencia de clase inexistente hasta entonces, que hizo de estos problemas causa común para incentivar las asociaciones gremiales, políticas o simplemente reivindicativas, entonces la arquitectura va dejando atrás la tradición histórica, estética y clásica que venía de la Grecia antigua y pasa a ser una arquitectura en la cual, “el problema de la vivienda es un asunto de la época moderna” como diría Le Corbusier. 

Otro factor que empuja a la arquitectura hacia la modernidad fueron los grandes seísmos ocurridos en Chile a comienzos del siglo XX. El terremoto de Valparaíso, ocurrido en 1906, puso en crisis el adobe; el de Talca de 1928 impulsó la promulgación de la primera Ordenanza de Construcciones que exigió cálculo de las estructuras, uso de albañilería reforzada, permiso de edificación y planes reguladores. Con el de Chillán, ocurrido en enero de 1939, quedó al descubierto la falta de rigor en el cumplimiento de las normas vigentes y abrió la inusual posibilidad de reconstruir totalmente la ciudad, lo que coincidió con la primera generación de arquitectos titulados bajo la reforma de la enseñanza de la arquitectura. 

En otro capítulo, se destaca el rol de los arquitectos que agrupados en una agrupación gremial son capaces de impulsar, en un período de treinta y cinco años, cinco iniciativas como son: la creación del colegio gremial, el apoyo a la creación de facultades de arquitectura como centros universitarios independientes de los de ingeniería; la participación en los congresos continentales; la propuesta de reglamentos de edificación y la publicación de revistas. 

En otro acápite, se toca la aparición de manifestaciones de cambios culturales que comprometen el quehacer de los arquitectos. También se expone como los arquitectos en las revistas, se hacen cargo del impacto que tiene la modernización cultural y finalmente como hay un cuestionamiento y crisis de los estilos y los ornamentos como recursos fundamentales de la generación arquitectónica. 

El libro de Max Aguirre, nos introduce al aporte de los profesionales de esta área a la modernización de la arquitectura en Chile y cómo se responde a los cambios poblacionales que se producen, especialmente, en las ciudades y que marcan el desarrollo de los acontecimientos históricos del siglo XX.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Se exhiben obras de Nemesio Antúnez

La  muestra "Volantúnez, dos artes en el cielo", quince obras, entre grabados y acuarelas, realizados por el pintor desde los años 50 hasta fines de los 80 es la  exposición organizada conjuntamente por el Taller 99 y Codelco e inaugurada ayer en la Galería Cultural de Huérfanos 1270.
Además, se exhibirán grabados en volantines, realizados por destacados artistas como Roser Bru y Eduardo Garreaud. El artesano volantinero Boris Prado, con su talento y técnica, da vida a estas obras.
Patricia Velasco, viuda de Antúnez  expresó que “me encantó que incorporaran al Taller 99 en esta exposición. Estoy muy agradecida de que se presente a Nemesio con sus cuadros y sus volantines. A él le gustaba todo lo chileno, valoraba las tradiciones, y conoció y compartió con Guillermo Prado, abuelo de Boris, quien expone sus volantines en la muestra".
La muestra se exhibirá hasta mediados de octubre y recoge las mejores obras del destacado artista nacional Nemesio Antúnez, inspiradas en los volantines, que también fueron plasmados en sus cuadros como muestra de su permanente anhelo de libertad.
"En esta exposición tenemos el espíritu del Taller 99 que fundó hace tantos años Nemesio, y que ahora se nos hace presente en la temática de los volantines. Revivimos el sentido de lo que Antúnez descubrió y destacó, el arte de los volantines, y en el que se inspiró para crear muchas de sus obras," aseguró Rafael Munita, director del Taller 99.
La temática de los volantines cuajó naturalmente con la estructura composicional de la obra de Antúnez y es por eso que se integran a esta exposición algunos grabados donde nos muestra manteles, vestidos, banderas y camas que se organizan desde esta perspectiva lúdica y aérea, transformando los elementos y sus circunstancias en volantines y su dinámica de vuelo. "Volantines en Lo Curro", "La Mesa", "La Hija será Madre", "Golpe de Viento" develan la pasión de Antúnez por el viento, el movimiento y la libertad. 
La exposición Volantúnez, dos artes en el cielo, se enmarca en septiembre, Mes de la Patria y época cuando los volatines  aparecen en plenitud, con sus múltiples colores por los cielos chilenos.  
En la muestra, además, participa el artista visual Boris Prado, artesano volantinero, que presentará verdaderas obras del aire realizadas con grabados de artistas del Taller 99 y también expondrá sus propias creaciones que resaltan el espíritu patrio.
Únicos en Chile son los volantines que fabrica Boris Prado, un arte heredado de su abuelo Guillermo Prado, famoso volantinero que inventó el carrete del volantín, e inspiró a Nemesio Antúnez y llegó a mostrar su obra en el Museo Nacional de Bellas Artes. Para esta exposición,  realizó especialmente más de 30 volantines con grabados de artistas del Taller 99, entre ellos Roser Bru y Eduardo Garreaud.
Asimismo, Prado exhibirá sus propias creaciones, que se destacan por su tratamiento y técnica que para él “une dos artes en el cielo y reconoce en el volantín un arte, que Nemesio Antúnez había consagrado en sus cuadros. Creo que Antúnez y mi abuelo estarían muy contentos con esta muestra".
El joven artista relató la pasión que su abuelo sentía cuando creaba los volantinesy el deseo de que su familia heredara este oficio. "Yo lo ayudaba en su trabajo,  pero sólo después que falleció commence  a hacer los míos", recordó Prado.
A Chile, los volantines llegaron con los monjes benedictinos en el siglo XVII, período colonial y se hicieron rápidamente parte importante de la chilenidad, asociados a septiembre por los vientos que caracterizan ese mes y se asentaron como parte de los juegos tradicionales.
Nemesio Antúnez nació en Santiago en 1918 y falleció en 1993. Perteneció a una generación de pintores que integraron y adoptaron las tendencias de vanguardia, ampliando su horizonte visual y desarrollando trabajos cercanos al surrealismo.
En el año 1956 fundó el Taller 99, orientado especialmente a difundir las técnicas del grabado, transformándose en un referente importante en las artes visuales de Chile, siendo impulsor de muchos artistas  grabadores contemporáneos. A pesar de la muerte de su fundador, continúa funcionando y cobijando a artistas consagrados y emergentes, manteniendo vivo el espíritu de Antúnez de desarrollar colectivamente el lenguaje del grabado en niveles de excelencia y compartirlo con la sociedad.
L exposición Muestra Volantúnez, Dos Artes en el CieloLugar se exibe en la Galería Cultural Codelco (Huérfanos 1270, primer piso) entre el  4 de septiembre  y el 12 de octubre de 2012, de lunes a viernes entre las 09:00-13:00 y de 14:00-18:00 hrs. Fines de  semana y feriados, cerrado. La entreda es liberada. 

Se publican memorias políticas de José Musalem

El libro “Mi vida entre líneas. Memorias” de José Musalem será presentado mañana, jueves 6 de sept., a las 19.30 horas, en el Centro de Eventos Casa Piedra.
De la mano de Editorial Catalonia, Musalem se muestra como un testigo y protagonista de muchos de los acontecimientos que marcaron la vida política, económica y social del sigo XX en Chile.
 José Musalem Saffie es hijo de inmigrantes palestinos, nació en Santiago de Chile, el 30 de agosto de 1924. Hijo de Plácido Musalem Dueri y María Inés Saffie Dueri, su ambiente familiar estuvo marcado por una marcada formación católica que despertó en él la sensibilidad por temas sociales que lo motivarían a estudiar leyes y posteriormente a ingresar a la arena política.
Abogado, empresario, notario público y político chileno que ha militado en el Partido Nacional Conservador, la Falange y el Partido Demócrata Cristiano.
Senador por la 4ª Agrupación Provincial "Santiago", entre 1965 y 1973. Diputado por la 7ª Agrupación Departamental entre 1953 y 1965, por tres periodos consecutivos.
Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la Academia de Humanidades, en el Instituto Andrés Bello y en el Liceo de Aplicación en Santiago. 
Al finalizar la etapa escolar ingresó a la Universidad de Chile donde se tituló de abogado en 1950 con la presentación de la memoria “Los problemas de la alimentación mundial y la Conferencia de Host Spring”, jurando como abogado ante la Suprema Corte de Justicia el 4 de mayo de 1951. En 1969 se casó con Clemencia Sarquis Yazigi
Desde joven, participó en el servicio  público, marcado por un fuerte interés social. Fue  atraído por la figura de Eduardo Cruz-Coke, el representante más destacado del social-cristianismo conservador  iniciando  sus actividades políticas,  al ingresar al Partido Conservador  en el que permaneció cinco años hasta que lo dejo en  1951.  
Al año siguiente,  fundó el Partido Nacional Cristiano donde ejerció una labor política en apoyo a Carlos Ibáñez del Campo durante la campaña presidencial de 1952, permaneciendo en su gobierno y en la Presidencia de dicho partido hasta fines de 1953.
Luego ingresó a la Falange Nacional y posteriormente, cuando dicho partido se fusiona con una fracción del Partido Conservador, se incorporó al Partido Demócrata Cristiano, del que fue vicepresidente durante dos períodos y miembro de su comité parlamentario entre 1968 y 1969.
Políticamente, fue uno de los duros opositores al gobierno de la Unidad Popular.
Al referirse al pasado reciente de Chile, Musalem expresa que “el paso del tiempo lamentablemente ha distorsionado parte de nuestra historia y, hoy, cuando mis nietos y las nuevas generaciones se preguntan qué fue lo que en verdad sucedió, quiero hacer un aporte para que se conozca de primera fuente lo que muchos como yo, vivimos y sentimos en esos momentos tan duros”.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Las respuestas del mudo: radiografía a Julio Ramón Ribeyro

Julio Ramón Ribeyro Zúñiga (Lima, 31 de agosto de 1929- 4 de diciembre de 1994) fue un escritor peruano, considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana.

Es una figura destacada de la Generación del 50 del Perú, a la que también pertenecen Mario Vargas Llosa, Enrique Congrais Martin y Carlos Eduardo Zavaleta. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, holandés y polaco. Aunque el mayor volumen de su obra lo constituye su cuentística, también destacó en géneros como novela, ensayo, teatro, diario y aforismo. Unos días antes de su muerte ganó el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

La Generación del 50, buscó una renovación en la narrativa peruana, y que tuvo como tema preferente la descripción de los cambios producidos en la sociedad limeña, que comenzaba a sufrir por esos años un acelerado proceso de modernización.

Considerado uno de los mejores cuentistas hispanoamericanos, entre los volúmenes de cuentos que publicó destacan Los gallinazos sin pluma (1955), Cuentos de circunstancias (1958), Las botellas y los hombres (1964), Tres historias sublevantes (1964), La juventud en la otra ribera (1973) y Sólo para fumadores (1987), que fueron reunidos en las recopilaciones La palabra del mudo (1973-92) y Cuentos completos (1994).

El espacio acotado por el autor es el de una burguesía limeña empobrecida, aunque incursiona a veces en ambientes marginales, manteniendo el esquema básico de la expectativa frustrada de los personajes, burócratas, seres grises y olvidados, sin voz, víctimas de la trama cruel de la expansión urbana y de una incipiente modernización.

Los personajes de sus historias, pertenecen a la clase media establecida o ascendente, que se encuentran en situaciones de quiebre o fracaso, ante las pequeñas tragedias personales o cotidianas que se articulan con los discursos en constante pugna: el racismo, los rezagos de una Lima colonial anquilosada, la migración campo-ciudad en un intento por dar a conocer el fin del orden aristocrático en manos de una burguesía pragmática y vulgar. Lo anterior, si bien estas narraciones sencillas e irónicas ocurren en Lima, son un reflejo de lo que ocurría en la América Latina de su tiempo.

Las fuentes literarias de Ribeyro se encuentran en los cauces del realismo del siglo XIX, y especialmente en la escritura de Guy de Maupassant y nunca se esforzó por ocultar una abierta preferencia por la concepción tradicional de la estructura y el lenguaje narrativos.

Dueño de un estilo austero, calificado como tradicional por su afinidad con los modelos clásicos, evitó las técnicas experimentales de la novela moderna. Sin embargo, pese a este aparente conservadurismo formal, sus cuentos fueron una contribución decisiva para consolidar el paso de la narrativa indigenista a la narrativa urbana en el Perú.

Jorge Coaguila de la mano de Lolita Editores, nos presentó hace poco tiempo, Las respuestas del mudo una recopilación de las pocas entrevistas que Ribeyro dio a la prensa.

El especial carácter de Julio Ramón Ribeyro tal como los personajes de sus escritos, lo aleja del protagonismo; acostumbrado a una existencia algo marginal que en cierto modo privilegia. Es por eso que toma la decisión de separarse de los círculos literarios limeños y sacudirse de lo que más detesta: la popularidad, la fama. "Me molesta la fama en parte porque no me permite pasar desapercibido, me saca del anonimato en el cual me gusta vivir", decía el escritor peruano.

Pocas fueron las entrevistas que dio el escritor en su vida, pues él pensaba que a los lectores más les importaba lo que el autor pensara de sus obras que los libros ya que “una buena obra no tiene explicación, una mala no tiene excusas y una mediocre carece de todo interés. En consecuencia sobran los comentarios”. Ósea, las obras se explican más por si mismas que por las opiniones del autor. A lo mejor pensaba igual que Nabokov, cuando este decía que “sentir la pura satisfacción que trasmite una obra de arte inspirada y precisa, y esa satisfacción a su vez va a dar lugar a un sentimiento de auténtico consuelo mental, el consuelo que uno siente cuando toma conciencia, pese a todos sus errores y meteduras de pata, de que la textura interior de la vida es también materia de inspiración y precisión”.

Ahora bien, toda esa reticencia que tenía para habar con la prensa se evaporaba frente a la escritura con la que construyó, un mundo de poderosa coherencia interna, dominado por un profundo escepticismo y un fatalismo derivados de la observación de la realidad. Por otra parte, sus personajes, al final de cada historia, se encuentran siempre enfrentados a la frustración. Como en la novela Alienación, donde se narra la vida de un zambo que quería ser un rubio en Filadelfia y de una rubia limeña que terminó como “chola de mierda en Kentucky”.

Dueño de una personalidad retraída, se sentía cómodo en soledad, detestaba las entrevistas por timidez porque no le gustaba la figuración además, que las entrevistas y los reportajes le incomodaban porque siempre le preguntaban las mismas cosas. Ni siquiera le gustaba promocionar sus propias obras a pesar de la presión de los editores a cuya presión cedió y es por ello que podemos saber algo más de este autor.

Con su mirada en la literatura, Ribeyro intento que visualizáramos los contrasentidos de la vida común. Como expresara Carlos Yusti en su artículo Navobok y el buen lector de novelas. “La literatura apenas puede mostrar las contradicciones de la existencia, esos borrones apresurados de la vida que en las grandes novelas tratan de transcribirse limpios, transparentes y en muchos casos como una metáfora que puede permitir a cualquiera ver la vida sin ningún énfasis de barbarie, la vida con esa música sencilla que busca darle a nuestro mínimo espacio cierta armonía a pesar del ruido producido por los traficantes de sombras y sus burocráticos cómplices.”

sábado, 1 de septiembre de 2012

Betina sin aparecer: la trascendencia del amor.

Hace pocos días, bajo el sello de LOM Ediciones se presentó el libro “Betina sin aparecer. Historia íntima del caso Tarnopolsky, una familia diezmada por la dictadura militar argentina, escrito por Daniel Tarnopolsky único sobreviviente de una familia constituida por cinco personas. 

A las 3 de la madrugada del 15 de julio de 1976, un grupo de militares argentinos entraron en el hogar de la familia Tarnopolsky. Se llevaron a Hugo y a Blanca, padres de Sergio, Daniel y Betina. Mas tarde, secuestraron a Betina desde la casa de su abuela. Ya tenían preso a Sergio en la ESMA, en donde estaba haciendo el servicio militar y simultáneamente habían secuestrado a Laura, su esposa, desde su casa. El único que sobrevivió fue Daniel, quien a los 18 años perdió a toda su familia en una noche.

La narración cuenta lo que vivió Daniel, luego del secuestro de su familia, su exilio en Israel primero y luego en Francia; la búsqueda permanente de los familiares desaparecidos; la lucha de su abuela None por saber de su hija y nietos; la formación de la agrupación de las Abuelas de la Plaza de Mayo. 

No solo es la historia de una familia, sino de la de miles en toda América Latina durante el tiempo en que el horror campeaba por nuestras tierras y que vieron como, en pocos momentos, su vida se destrozaba para siempre. 

Daniel, nos relata como a los 18 años experimento la desolación de quedarse solo, sin los abrazos, ni caricias ni consejos de sus padres, sin su hermano mayor que siempre había sido su héroe sin saber bien hacia donde caminar en la vida. 

Por suerte, en un tiempo en que las lealtades flaqueaban ya sea por el riesgo para la propia vida o la de la familia o bien, por quedar bien con el poder, Daniel contó con parientes más cercanos y con amigos incondicionales que lo protegieron de su pena y desesperación y lo ayudaron a enfrentar momentos tan duros.

La narración está estructurada de tal manera, que a la par de contar su historia, Daniel narra la presunta forma en que sus padres, su hermano y su cuñada fueron torturados al interior de la ESMA y luego asesinados; todo esto reconstruido, a partir de los relatos de sobrevivientes de las torturas en ese centro del horror argentino. 

También relata las torturas y las vejaciones a las que pudo haber sido sometida su hermana en ese centro de detención y posterior encierro de parte de uno de sus torturadores que la embaraza y luego, sustrae al niño manteniéndola encerrada, todo el primer año luego de su detención. 

Daniel, se entera que su hermana podría estar viva por lo menos diez años más tarde de la pérdida de su familia estando en el París de los ochenta, que veía el regreso de la democracia y que contenía los anhelos de justicia de muchos en América Latina.

Me imagino que Daniel, en los años de exilio y luego en los que se indagaron la suerte de su familia, en muchas oportunidades debió sentir que la historia caía sobre su espalda. 

Pero, a la luz del relato, creo que lo que lo sostuvo en pie y con fuerzas para seguir adelante, fue el amor por sus padres, su hermano y su hermana. Amor, que lo protegió, lo cuidó, lo envuelve y trasciende hasta el día de hoy al igual que a su hermana, viva en su corazón.   

Atrocidades cometidas por hombres contra hombres tal como diría Thomas Hobbes al plantear que como la sociedad surge de un acuerdo artificial, basado en el propio interés que busca la seguridad por temor a los demás. Por este acuerdo surge el Leviatán, "dios mortal" o poder absoluto ya que en el estado de naturaleza el hombre vive una guerra de todos contra todos. El hombre es un lobo para el hombre ya que en la vida social la utilidad y el apetito de poder son los factores determinantes del movimiento. Lo anterior, llena la historia de los últimos cuarenta años de América Latina, sin excepciones 

El camino se hace duro y Daniel, tiene la posibilidad de elegirlo y como, físicamente faltaron sus padres, su abuela fue el nexo entre su vida anterior, el punto de partida para compartir lo esencial en su existencia. Ella y otras mujeres que se enlazaron en su vida, fueron el espacio privado y el lugar de la resistencia a los intentos de olvidar la intimidad y familiaridad perdidas. 

Además, este libro, fue un camino de sanación tanto para él como para su familia, que les permitió alejarse del dolor, del enojo para reencontrarse en el amor. 

El filósofo francés, Gustave Thibon escribe “En la hora suprema del amor, te amo como si me fuera a morir. Porque el amor nos eleva por encima del tiempo y de las sombras que lo habitan. El amor es “fuerte como la muerte”, aquello por lo que el hombre se eterniza. Por eso el que ha amado de veras ya no teme la muerte; vive en paz porque siente ese parentesco misterioso que liga las dos fuerzas que rigen nuestro destino: puesto que el amor es muerte, también la muerte tiene que ser amor”.

Betina no aparece es un canto al amor, a la paz, a la verdad, a la esperanza y a la determinación de un hombre por no dejar de amar a pesar del dolor en su vida y es el mensaje que Daniel nos quiere transmitir: que tenemos que lograr salir de las guerras intestinas, porque nada, absolutamente nada justifica la muerte y la tortura de los hombres en manos de hombres.

Se publica libro sobre la identidad social y cultural del valle central de Chle.



El libro “Memorias, patrimonio y terremoto en haciendas y pueblos de Chile central” busca estudiar la construcción del imaginario cultural de Chile desde donde, apareció  el imaginario del pueblo, de lo que el país es y lo que  sería como sociedad y cultura.

Para los autores “estudiar el Valle Central es una suerte de arquelogía cultural de Chile. Allí estaban las grandes haciendas que sellaron Buena parte de las costumbres y modo de vivir de los chilenos y también los pueblos de donde provienen la mayor parte de las personas que hoy habitan en las ciudades y en la capital, Santiago, que hoy concentra a la mayoría”.

El libro, publicado por Editorial Catalonia, está ordenado en torno al valle central y todo lo que llega a estructurar y definer la memoria y la identidad de sus habitantes.

El contenido profundo y no siempre declarado de este concepto tan complejo de analizar surge de la experiencia de contacto y vida en común experimentada en los pequeños pueblos y haciendas del Valle Central durante siglos; en la homogeneidad étnica, real o atribuida, en la homogeneidad religiosamente católica de su gente, en los rituales festivos y el gusto de sus comidas, el vino que alegra el corazón, las guitarras y todo ello que constituye en definitivas cuentas “la cultura” o la así denominada “cultura chilena”.

El Valle Central, era “el lugar sin límites”. No habría habido país real si no hubiese existido un imaginario de un pueblo realmente existente. Y ese, el único que existía en este territorio, era el que habitaba el Valle Central de Chile.

Para poder realizar este estudio, el equipo de investigación dirigido por José Bengoa y compuesto por Iván Aguilera , Yuri Daber, Cecilia Delgado,  Cristal Mora,  Diego Planells, Nicolás Silva, Joan Sotomayor y Carol Valdivia, se instaló durnate un año en un caserí contiguo a la Antigua hacienda EL Huique, cuna de los Presidentes de la República en el siglo XIX; luego el equipop pasó otro añ en la localidad vecina de La almilla, la que hoy es la zona de producción de vinos finos más importantes del Valle Central donde los antiguos caserones se han transformado  en elegantes viviendas, bodegas y oficinas de vinos de exportación. Y luego, estuvieron otro largo año en Cobquecura, pueblo de la costa en el  valle del Itata, con un equipo de investigación social y cultural estable.

Un gran terremoto sacudió al Vale Central el 27 de febrero de 2010 y buena parte de los pueblos se destruyeron. Las casas de hacienda también sufrieron.

En ese contexto, surge el tema atrimonial respecto a la regunta de si acaso vale la pena mantener estos paisajes, casas, iglesias lo que este equipo  ha denominado “ese pequeño recuerdo del pasado”.

Se lanzó el libro "Nuevas Plumas" 2024

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