El libro “Memorias, patrimonio y terremoto en haciendas y
pueblos de Chile central” busca estudiar la construcción del imaginario
cultural de Chile desde donde, apareció el imaginario del pueblo, de lo que el país es y lo que sería como sociedad y cultura.
Para los autores “estudiar el Valle Central es
una suerte de arquelogía cultural de Chile. Allí estaban las grandes haciendas
que sellaron Buena parte de las costumbres y modo de vivir de los chilenos y
también los pueblos de donde provienen la mayor parte de las personas que hoy
habitan en las ciudades y en la capital, Santiago, que hoy concentra a la
mayoría”.
El
libro, publicado por Editorial Catalonia, está ordenado en torno al valle
central y todo lo que llega a estructurar y definer la memoria y la identidad
de sus habitantes.
El contenido profundo y no siempre declarado de
este concepto tan complejo de analizar surge de la experiencia de contacto y
vida en común experimentada en los pequeños pueblos y haciendas del Valle
Central durante siglos; en la homogeneidad étnica, real o atribuida, en la
homogeneidad religiosamente católica de su gente, en los rituales festivos y el
gusto de sus comidas, el vino que alegra el corazón, las guitarras y todo ello
que constituye en definitivas cuentas “la cultura” o la así denominada “cultura
chilena”.
El Valle Central, era “el lugar sin límites”. No
habría habido país real si no hubiese existido un imaginario de un pueblo
realmente existente. Y ese, el único que existía en este territorio, era el que
habitaba el Valle Central de Chile.
Para poder realizar este estudio, el equipo
de investigación dirigido por José Bengoa y compuesto por Iván Aguilera ,
Yuri Daber, Cecilia Delgado, Cristal
Mora, Diego Planells, Nicolás Silva,
Joan Sotomayor y Carol Valdivia, se instaló durnate un año en un caserí contiguo
a la Antigua hacienda EL Huique, cuna de los Presidentes de la República en el
siglo XIX; luego el equipop pasó otro añ en la localidad vecina de La almilla,
la que hoy es la zona de producción de vinos finos más importantes del Valle
Central donde los antiguos caserones se han transformado en elegantes viviendas, bodegas y oficinas de
vinos de exportación. Y luego, estuvieron otro largo año en Cobquecura, pueblo
de la costa en el valle del Itata, con
un equipo de investigación social y cultural estable.
Un gran terremoto sacudió al Vale Central el 27 de febrero de 2010 y
buena parte de los pueblos se destruyeron. Las casas de hacienda también
sufrieron.
En ese contexto, surge el tema atrimonial respecto a la regunta de si
acaso vale la pena mantener estos paisajes, casas, iglesias lo que este
equipo ha denominado “ese pequeño
recuerdo del pasado”.
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