Estas tesis no están restringidas a los
historiadores militares, tan proclives a mostrar amenazas inminentes en los
países vecinos para justificar sus reclamos de mayor presupuesto y carreras
armamentistas.
En efecto, estos mapas son publicados por
los más prestigiosos historiadores actuales de la Universidad de Buenos Aires y
de la Universidad de Chile. También circulan en los manuales escolares de nivel
básico y medio, avalados por los Institutos Geográficos Militares de Argentina
y Chile y por los respectivos Ministerios de Educación.
Además, han sido difundidos por las más
prestigiosas editoriales de ambos países, como Editorial Sudamericana, en la
Argentina, y la Editorial Universitaria, dependiente de la Universidad de
Chile.
Los mapas y manuales argentinos aseguran
que, hasta 1810, todo el actual sur de Chile pertenecía al Virreinato del Río
de la Plata.
Ello incluye los territorios ubicados al
sur del río Biobío, incluyendo la Araucanía, la ciudad de Valdivia, la isla de
Chiloé, todo el Estrecho de Magallanes y la Patagonia chilena.
De acuerdo al Tratado de 1856, que
estableció el principio de Uti Possidetis Iuris, todos estos espacios
debían pertenecer a la Argentina. Sin embargo, Chile desarrolló una política
fuertemente expansionista, con un hito clave en la fundación del Fuerte Bulnes
(1843), lo cual le permitió apropiarse de territorios que no le corresponden.
Por su parte, los mapas y textos chilenos
señalan que, hasta 1810, toda la actual Patagonia argentina pertenecía al Reyno
de Chile. Aseguran que la frontera pasaba por los ríos Diamante (en el centro
de la provincia de Mendoza), y por el río Negro.
De acuerdo al Tratado de 1856, que
estableció el principio de Uti Possidetis Iuris, todos estos espacios
debían pertenecer a Chile. Sin embargo, Argentina desarrolló una política
fuertemente expansionista que se reflejó en la Campaña al Desierto del general
Roca. El golpe de gracia se produjo en el Tratado de 1881, cuando Chile debió
comprar la neutralidad argentina en la Guerra del Pacífico a un costo de
1.000.000 de kilómetros cuadrados. Chile debió cederle la Patagonia a la
Argentina para evitar que esta se aliara con Bolivia y Perú.
Tras confrontar las dos premisas
anteriores se llega a una conclusión clara: alguien miente entre los
historiadores del Cono Sur. O mienten los chilenos o mienten los argentinos.
Pero es imposible que ambos digan la verdad. Tenemos entonces un problema,
porque existen afirmaciones falsas que se han difundido masivamente en ambos
países.
El periodista y escritor Guillermo
Parvex publicó el libro “La tormentosa historia limítrofe entre Chile y
Argentina” que, con una muy adecuada documentación histórica, narra la
evolución de las relaciones fronterizas entre Chile y Argentina desde la época
anterior a la independencia hasta la fecha.
Editado por Ediciones B, aborda
diversos puntos en conflicto: los límites coloniales de Chile desde 1554, los
acuerdos territoriales entre Chile y Argentina al independizarse, la gran
Crisis del Beagle, el Tratado de Paz y Amistad de 1984, Laguna del Desierto en
1985, Campo de Hielos Sur y el nuevo diferendo por la Plataforma Continental
Austral dejando la interrogante si este nuevo conflicto nos llevará a una corte
internacional o a un arbitraje.
” Creíamos todo solucionado en 1818,
también en 1856, pero los conflictos continuaron por nuevas reclamaciones
territoriales argentinas y así llegamos al tratado de 1881, que teóricamente
puso fin a todo desencuentro. Al poco tiempo, vinieron nuevos pactos,
protocolos y tratados hasta hoy, cuando nos hallamos expectantes ante dos
nuevos problemas de frontera, en Campos de Hielo Sur y Plataforma Continental
Austral”, afirma Parvex en la introducción.
Parvex es también autor de otros volúmenes
donde se sumerge en la historia de Chile, como Un veterano de tres
guerras, El rey del salitre que derrotó a Balmaceda, ¿Quién asesinó a Manuel
Rodríguez? o 1978. El año que marchamos a la guerra.
Para el autor, los errores que se han
cometido por parte de los gobiernos chileno, parten por una equivocada política
internacional y en no fortalecer el buen servicio diplomático de carrera con el
cual se ha contado, designando en ocasiones a embajadores ajenos a la
diplomacia y que obedecen a puestos como pagos a favores políticos.
En el libro en su análisis de la política limítrofe con Argentina, analiza hechos
como el tratado de 1856, la posterior violación del mismo, la tentativa en 1873
de Bolivia y Perú de que Argentina integrara el pacto secreto militar, las
causas para ello y el porqué de su no concretización, el tratado del 23 de
julio de 1881, con la pérdida de la Patagonia Chilena, la pérdida de la Puna de
Atacama, los arbitrajes y el no reconocimiento de ellos, a pesar de comprometer
el honor de las naciones, la manipulación cartográfica, el convenio de 1938, el
tratado de 1984, la pérdida de la Laguna del Desierto, el riesgo de perder los
campos de hielo sur y el error último de la firma de acuerdo del gobierno
recién pasado, pese a las advertencias en contrario de los especialistas.
Este texto de 157 páginas es a no dudar un
buen medio para conocer en breve, los problemas limítrofes
de Chile, que no sólo tienen que ver con la vecina Argentina, sino que con
Bolivia y Perú.
Lo valioso de la narrativa es que sirve para que se puedan conocer hechos que
han favorecido o que han perjudicado al territorio chileno en su historia a
partir de cuando era reino de España.
Es un llamado de atención para valorar la
unidad territorial de Chile y a no permanecer indiferentes a lo que perjudica a
Chile como nación.
Durante los 212 años de vida
independiente, Chile ha tenido que velar por su territorio y siempre ha estado
en constante litigio territorial con sus vecinos. El año 1978, Chile y
Argentina, literalmente, por segundos estuvieron a punto de ir a una guerra
porque Argentina desconoció el laudo arbitral de Su Majestad Británica que
dejaba en territorio nacional las islas Nueva, Picton y Lennox en el canal
Beagle. Luego, de la mediación del Papa Juan Pablo II, se cerró uno de los
capítulos más conflictivos en la historia de las relaciones diplomáticas entre
ambos países y se dijo que ya no existían temas limítrofes pendientes.
Sin embargo, los cartógrafos argentinos
han continuado con el “juego de los mapas” en los que incluyen parte de
territorio chileno en el de ellos, provocando molestias y protestas oficiales de
los gobiernos.
En uno de los nuevos conflictos, Argentina
reclama que Chile se apropia de fondos marinos que le corresponden, y para ello
se inventa un supuesto límite hacia el sur más allá de lo acordado en el
“Tratado de Paz y Amistad” de 1984. Lo que intenta hacer es mejorar su
proyección Antártica, mientras que lo que Chile hace es simplemente establecer
sus derechos según los acuerdos de la CONVEMAR.
Pero lo que debe alertarnos es que el
problema de límites con Argentina no se circunscribe solamente a la situación
en la mar, sino que también a la aún no resuelta y grave situación de límites
en el Campo de Hielo Patagónico Sur.
Lo que llama la atención es que cada vez que se suscribe un tratado limítrofe, se deja en claro que ya no hay temas limítrofes pendientes entre ambos países, pero luego de un tiempo Argentina vuelve a sorprender con reclamos territoriales al oeste de su vasto territorio.
Alertarnos sobre la mantención y cuidados de los limites territoriales chilenos, es la principal función de este libro.
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