Enmarcada en la primera Bienal de Arte Textil, que se
realiza en distintos espacios culturales de Santiago, la exposición Hay olvidos
que queman y memorias que engrandecen consta de 27 obras, realizadas por
arpilleristas históricas y representantes de las nuevas generaciones. Ellas han
logrado plasmar a puntadas, hilos y retazos, las complejas circunstancias vividas
por sus familias y por la sociedad chilena en décadas recientes.
Con un título extraído de las décimas de Alfredo
Zitarrosa al pueblo argentino, el curador de esta muestra Matías Allende
Contador - investigador de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la
Universidad de Chile – reunió a 18 arpilleras pertenecientes a la colección del
Museo Salvador Allende, realizadas entre 1976 y 1980, que reflejan en presente,
el trauma ocasionado por los 17 años de dictadura civil militar.
También están presentes, otro grupo de 9 arpilleras, creadas
en los talleres artísticos de la Casa de la Mujer Huamachuco de Renca, desde
1997 hasta nuestros días, retratando las problemáticas sociales que han cruzado
las tres décadas desde la recuperación de la democracia - en un Chile de
grandes transformaciones y periodos críticos - así como aspectos de la vida
cotidiana y las comunidades.
Aída Moreno es la fundadora de la Casa de la Mujer
Huamachuco, arpillerista histórica, activista comunitaria en tiempos de extrema
opresión en Chile y formadora de las nuevas exponentes de este oficio. Junto a Magali
Garrido e Ingrid López dirigirán el taller, en donde se creará una obra hecha a
varias manos, junto al público participante.
Este arte popular latinoamericano ha permitido a las
mujeres encontrar un espacio para exponer su realidad, sus luchas y dolores. Su
función puede asimilarse a la Lira Popular, una expresión periodística, gráfica
y poética que era exhibida en las calles a principios del siglo XX, difundiendo
tanto las noticias locales como los pesares y alegrías cotidianas.
Las arpilleras cruzaron las fronteras del continente americano
gracias a la exposición de Violeta Parra en el Museo Louvre de París. Entre sus
muchas facetas, la compositora e investigadora musical se convirtió además en
la primera arpillerista chilena consumada, haciendo crecer el interés por este
arte textil en el medio europeo.
La vida de las arpilleristas fue, por otra parte, retratada en la emblemática obra teatral Tres Marías y una Rosa del dramaturgo chileno David Benavente, estrenada en la Sala del Ángel en 1979 y que resultó un éxito de taquilla, permaneciendo dos años en cartelera en plena dictadura.
Este recordado montaje de resistencia cultural mostró a través de la vida de cuatro arpilleristas las circunstancias de aquellos años, la sobrevivencia humana y económica.Hay olvidos que queman y memorias que engrandecen conjuga
el arte y la artesanía, el trabajo manual, la belleza, la denuncia, y por sobre
todo visibiliza a estas mujeres creadoras.
Ellas son grandes protagonistas silenciadas en la lucha por los Derechos Humanos, por la supervivencia, por la memoria y la defensa de la democracia.
La muestra revive el pasado y el presente, gracias a las manos de las mujeres, quienes nos dan esperanzas de futuro, al conmemorarse 50 años del golpe de Estado en Chile.
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