martes, 24 de octubre de 2023

Coro Madrigalista Usach y Ministriles del Huelén viajan por el patrimonio musical americano

 Antes de que se cumpliera un siglo de la llegada de los españoles, cuando América todavía era un campo de batallas diversas, en el continente ya se escuchaba y circulaba la música que estaba en boga en Europa.

En la región de Huehuetenango, en la actual Guatemala, el siglo XVI aún no terminaba y los indígenas copiaban la música que enseñaban los misioneros dominicos, en unos manuscritos que permanecieron guardados y recién se descubrieron 400 años más tarde.

Hoy son conocidos como los Códices de Huehuetenango, los más antiguos hallados en toda América.

Hasta ese pasado remoto y casi de leyenda se remontará Polifonía hispanoamericana, el próximo programa del Coro Madrigalista Usach, que se podrá escuchar el miércoles 8 de noviembre (19:30 hrs.) en el Teatro Aula Magna Usach.

Por primera vez, el elenco estará acompañado por Ministriles del Huelén, agrupación única en Chile, dedicada al repertorio de los siglos XVI y XVII, cuyo nombre alude a un grupo de instrumentos de viento propio de la época colonial, que se encargaba de la música en ceremonias religiosas y civiles, además de interpretar piezas profanas y danzas. Las entradas gratuitas para el evento se pueden descargar en el sistema Portaltickets.

“Quisimos hacer este concierto con dos ensambles por el repertorio que queríamos interpretar, de autores como Francisco Guerrero (1528-1599), Tomás Luis de Victoria (c.1548-1611) y Cristóbal de Morales (c.1500-1553), que eran los principales polifonistas del siglo XVI”, explica Rodrigo Díaz, director del Coro Madrigalista Usach. “Además de estos tres grandes, descubrimos una serie de compositores que vivieron y escribieron su obra en América”.

De esta manera, el programa abordará no solo algunas piezas de aquellos antiguos manuscritos de Huehuetenango y esos tres grandes compositores, sino que también incluirá nombres como el de Juan Pérez Bocanegra (c.1560-1645), clérigo establecido en Perú y de músicos europeos que fueron maestros de capilla en México y Guatemala, como Hernando Franco (1532-1585), Pedro Bermúdez (1574-1604) y Gaspar Fernández (1585-1629).

“Al escuchar esta música, lo que se siente es la grandiosidad del Imperio Español de la época y se ve el desarrollo que había en América, con compositores que no son tan reconocidos pero tienen la misma herencia”, continúa Rodrigo Díaz.

 “Es de los periodos más florecientes de la música española, sin duda. Luego hubo cierta decadencia, en el Barroco, pero en esta época los mejores compositores estaban ahí, a la par del imperio”.

De inspiración mayormente religiosa, las obras que abordarán el Coro Madrigalista Usach y Ministriles del Huelén son un reflejo también del sincretismo que se produjo en diversas partes de América. En el programa hay piezas con textos en latín, castellano, quechua y náhuatl. Algunas, como el “Hanacpachap Cussicuinin”, parecen una síntesis de todo aquello: es un himno dedicado a la Virgen y la música es de origen europeo, pero el texto está en quechua y alude a la mitología inca.

Otras guardan historias curiosas: “Tanquimipres”, una de esas creaciones anónimas de los Códices de Huehuetenango, en realidad es la “traducción” de una obra con título en francés, “Tant que vivray” (“Tanto como viva”).

“Hay que subrayar que esta música es absolutamente patrimonial, tiene que ver con nuestro pasado como continente”, dice Franco Bonino, integrante de Ministriles del Huelén. “Es mucho más cercana que otras músicas a nuestra propia cultura. Además, muchos elementos sobreviven hasta hoy en la música folclórica”.

Coro Madrigalista Usach en
Teatro Aula Magna (c) Mila Belén 

En ese sentido, Franco Bonino -quien también dirige el grupo Syntagma Musicum Usach- considera que el concierto es una forma de reivindicar un repertorio que debería tener mayor presencia en las temporadas locales: “No se toca tanto, porque las hegemonías culturales y musicales se mueven así.

En los conservatorios, en general, se entiende como música a Bach, Beethoven y Mozart, ¿por qué? Porque la historiografía de la música la escribieron los alemanes en el siglo XIX, en plena época de desarrollo de los nacionalismos. 

Entonces esto se debería tocar más por lo estético, porque es una música preciosa, pero también tiene que ver con nuestra propia historia”, plantea.

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