Cuando se cumplen 50 años de la promulgación del decreto de incentivos forestales, Robar madera revisa los problemas ambientales y políticos derivados de este modelo.
La obra de la Compañía
Intermitente se presentará en Teatro del Puente del 31 de agosto al 15 de
septiembre.
Buscando reflexionar, sin
mensajes explícitos, sobre los problemas ambientales y políticos que se están
viviendo tanto en Chile como en todo el mundo, Robar madera de la
Compañía Intermitente, se plantea como una obra sobre la destrucción.
En ella, tres pájaros imitan las palabras que fueron dichas en un
bosque que ya no existe, repitiendo una y otra vez sucesos que se ven
interrumpidos, talados, como los árboles. La obra se presentará desde el 31 de
agosto al 15 de septiembre en Teatro del Puente, con funciones de miércoles a domingo a las 20:00 horas.
“Llevamos varios años en un
proceso de revisión de nuestra historia como país, entre el estallido, el
proceso constitucional y los 50 años del Golpe. De hecho, justo se cumplen 50
años desde la promulgación del decreto de incentivos forestales firmado por
Pinochet, en medio de una crisis en la Araucanía y de unos años en que no
paraban de haber incendios forestales.
Las consecuencias están super
presentes y son brutales”, explica Imanol Ibarra, director de Robar madera.
El DecretoDL-701 fue aprobado
en octubre de 1974 por la Junta Militar y el mismo estableció una bonificación
del 75% de los gastos operacionales al momento de plantar
pinos o eucaliptos en la zona
sur de Chile. A 50 años del mismo, el proyecto de la Compañía Intermitente
pretende acercar el conflicto mediante el teatro, visibilizando las
repercusiones no solo ambientales, sino que también sociales, territoriales y
políticas.
“Para varias generaciones,
este modelo económico es lo único que hemos conocido. Nacimos en él. Las
lógicas neoliberales son parte de nuestra identidad, independiente de qué tan
de acuerdo estemos con ellas.
Eso también es parte de la
revisión. Es una herencia incómoda. Se ha infiltrado en nuestras
relaciones y nuestra manera de nombrar las cosas. Esa también es una
consecuencia. Era importante que la obra también mostrara eso”, agrega Imanol Ibarra.
En escena, el elenco
compuesto por Amanda López, Aníbal Gutiérrez y C. Margo Sáiz trabajan en una
propuesta de obra física, que juega con el ritmo y lo absurdo para abordar el
conflicto forestal.
“Al estudiar casos de robo de madera, te das cuenta de que personas de todos los ámbitos están involucradas. No hay un solo responsable. Tiene que ver más con un sistema que está viciado.
Me parecía mucho más interesante que la obra asumiera esa
contradicción. No es un tema fácil de solucionar. Si la obra terminara con un
mensaje explícito con el que estamos todos de acuerdo, sospecharía.
Y creo que está en la naturaleza del teatro
habitar esos espacios de contradicción”, remata el director.
Tres pájaros
carpinteros encuentran y roban los sonidos dentro de la madera cortada de un
bosque en destrucción. Repetirán una y otra vez sucesos que se ven
interrumpidos, talados, como los árboles.
Así, está obra se irá destruyendo y construyendo como ese bosque. Pero ambas velocidades no son proporcionales. Crecerá muy poco en comparación a su destrucción, por lo cual lo deseemos o no, esta es una obra sobre la destrucción.
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