Esta
lluvia de meteoritos ocurre desde julio a agosto y estamos cerca de su máximo,
este 11 y 12 de agosto, que corresponde al paso de la Tierra a través del
camino que hace el cometa Swift-Arrow, del cual se tienen registros desde la
antigüedad.
Lleva
este nombre porque proviene de la Constelación de Perseo. En estas fechas
pueden llegar a verse hasta 150 estrellas fugaces por hora.
En
rigor se ve mejor en el hemisferio norte. No obstante, los amantes de la
astronomía de nuestro país igual pueden disfrutarlo, aunque con algunas
restricciones, según detalla César Fuentes, Astrónomo Asociado del Centro de
Astrofísica y Tecnologías Afines, CATA.
“Cuanto
más al norte del país se encuentre uno, mejor se va a ver. Igual en Santiago se
puede apreciar. El ideal es tratar de alejarse un poco de la ciudad y buscar un
lugar oscuro, donde no haya tanta contaminación lumínica artificial.
Uno
debe dirigir la vista al norte oeste, hacia el horizonte, evitando zonas donde haya
cerros. Como la constelación va a estar bajo el horizonte al atardecer, al
comienzo de la noche no se verán tantos meteoritos cruzar el cielo.
El
momento ideal es un par de horas antes del amanecer, ya que se aprecia mejor la
Constelación de Perseo sobre el horizonte”, detalla el astrónomo del CATA y del
DAS de la Universidad de Chile.
No
se necesita ningún equipo especial ni muchas habilidades para ver una lluvia de
estrellas. Lo realmente importante es contar con un cielo despejado y mucha
paciencia.
César
Fuentes comenta que, una vez instalado, los ojos pueden tardar entre 15 y 20
minutos en acostumbrarse a la oscuridad. Recomienda abrigarse de acuerdo con el
clima y asegurarse de estar cómodo, especialmente si se quiere estar afuera por
mucho tiempo.
Las
lluvias de meteoros parecen originarse en el radiante cerca del horizonte, pero
los meteoros también pueden aparecer en otras zonas del cielo.
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