miércoles, 31 de julio de 2024

Residencias: Documentando el impacto de las industrias en el cambio climático

El pasado 21 de julio finalizó la residencia del periodista y artista visual canadiense-estadounidense, Osceola Refetoff, quien en el marco de su investigación viajó a diversos lugares de las regiones de Antofagasta y Tarapacá, en compañía del novelista y defensor del medio ambiente, Jack Eidt.

El paso de Osceola por Chile es parte de un proyecto fotoperiodístico sobre el impacto de las industrias en el cambio climático. Junto a Jack, recorrió por aproximadamente un mes parte del Norte Grande, incluidas la pampa y las oficinas salitreras alrededor de María Elena, el desierto y los salares cerca de San Pedro de Atacama, además de ​​Iquique y La Tirana. 

Sobre estas experiencias, Refetoff precisó que “me ayudaron a tener una comprensión más matizada de la historia y la cultura del norte de Chile, en particular la larga narrativa de la extracción de minerales que comenzó con el guano y evolucionó hacia el salitre, el cobre y ahora el litio.

Cada área que visitamos tiene un patrimonio y valores únicos. Nuestras experiencias culturales en María Elena y San Pedro de Atacama fueron importantes, pero las festividades religiosas que presenciamos en La Tirana, sus tradiciones y danzas, son algo que nunca olvidaré”.

Otro de los aspectos relevantes que el artista destaca de su estadía, fue la posibilidad de compartir con destacados científicos, como Cristina Dorador, Francisco Remonse, Andrea Jara Sandoval e Ingrid Garcés, cuyas experiencias le proporcionaron una mejor comprensión del valor de los microorganismos que han evolucionado dentro de los salares de la región.

“Creo que el mundo necesita centrar su atención en estas extraordinarias formas de vida –de más de tres mil millones de años–, que poseen características evolutivas que les permiten sobrevivir y prosperar en las temperaturas extremas y la salinidad de este entorno.

Si bien muchos pueden creer erróneamente que el desierto está ‘vacío’, descubrimos no sólo la belleza y majestuosidad de esta notable región, sino también su incomparable importancia ambiental y científica”, señaló.

Asimismo, destacó el valioso aporte de agentes locales como Sonia Ramos, Silvia Lisoni y José Ardiles, quienes les ayudaron a conectar con los problemas actuales de la zona desde la perspectiva de los pueblos indígenas, para entender de forma más amplia la preservación de la tierra y nuestro lugar en el cosmos.

Además, valoró las amistades que forjaron con los colaboradores de SACO, Verónica Moreno, Víctor Loyola y Rodolfo Andaur, que, en palabras del artista “agregaron gran profundidad a nuestra apreciación y comprensión de un paisaje y una población compleja”.

También manifestó una mirada crítica sobre lo investigado: “Grandes estanques de evaporación de litio, como vimos en el Salar de Atacama, están drenando enormes cantidades de agua de la región, causando estrés tanto al medio ambiente natural como a los medios de vida de los habitantes locales, particularmente las comunidades Lickanantay. Los salares del altiplano no necesitan convertirse en zonas de sacrificio ambiental para saciar el creciente apetito global por el litio”.

Realidades de Chile y Estados Unidos

Osceola y Jack comenzaron una serie de publicaciones sobre la naciente industria de extracción de litio que se desarrolla en el desierto de California, a dos horas al sureste de Los Ángeles, que también tiene problemas ambientales. Este trabajo será distribuido en la estación de radiodifusión pública más grande de los Estados Unidos, PBS SoCal. 

“Los paralelos entre los desiertos de California y el Altiplano son impresionantes, al igual que las preocupaciones compartidas sobre la degradación ambiental de parte de las comunidades locales y los pueblos indígenas con dificultades económicas.

Nuestra experiencia en Chile aportará a futuros trabajos que hablen sobre el tema urgente de la extracción global de litio, y la necesidad de desarrollar rápidamente métodos de reciclaje para recuperar litio de dispositivos electrónicos desechados”, detalló.

Entre las últimas reflexiones que entregó Osceola al término de su residencia, se encuentra la idea de colaborar junto a SACO en el futuro “para presentar una propuesta convincente a partir de esta oportunidad creativa y productiva”.

Finalizó agregando que “descubrí que la gente del norte de Chile es excepcionalmente amable, generosa, paciente y solidaria. Agradezco a Dagmara Wyskiel, Christian Núñez y todo el personal de SACO por hacer posible esta experiencia artística extraordinariamente enriquecedora”.

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