En los ‘80, Nino García (1957-1998) gozó
de figuración televisiva y el éxito popular que le entregaron canciones como
“Espejismo”, “Sin razón” y “Entre paréntesis”. También experimentó el
reconocimiento como un pianista y arreglista que colaboró con múltiples
artistas de la escena local, pero la década siguiente fue distinta.
Hastiado de ese ambiente, se
reencontró con el mundo musical que conoció en su infancia y primera juventud:
el repertorio clásico, que aprendió con sus primeras lecciones de piano, y la
creación para agrupaciones instrumentales diversas.
Aunque los ‘90 fueron una época complicada en lo personal, fue fecunda en lo creativo y escribió numerosas partituras que han permanecido inéditas o han tenido baja circulación.
Parte de ellas cobrarán nueva vida a través de disco "Del
legado de Nino García", la nueva producción de Aula Records, que
estará disponible desde el miércoles 31 de julio en formato digital,
vinilo y CD y el mismo día tendrá su presentación en vivo.
“Nino García tenía un lenguaje
muy propio y, para mí, siempre es importante reconocer a un compositor a través
de su música. En este caso, es una música ingeniosa e innovadora, pero también
emocional. Llega al corazón de la gente”, dice la pianista Beatrice
Berthold, principal gestora del disco, quien ya había grabado -junto al
guitarrista Romilio Orellana y la Orquesta Usach- una obra emblemática de Nino
García, la "Sinfonía democrática", editada también por Aula
Records.
“En mi opinión, son
composiciones que están a nivel mundial y tendrían que presentarse no solo en
Chile, sino también fuera del país. Deberían tener un lugar dentro de la música
contemporánea”, agrega.
"Del legado de Nino
García" se inicia con una partitura que hasta ahora había permanecido
inédita, el "Cuarteto para violín, clarinete, violoncello y
piano", compuesto en 1994 y dedicado a Eduardo Salgado, cellista del
Ensemble Bartók.
Además de utilizar una formación instrumental poco convencional, guarda detalles curiosos: la música del primer movimiento,“Larga distancia”, fue utilizada en una campaña publicitaria de una compañía telefónica, mientras que el tercer movimiento cita un fragmento de la misma Sinfonía democrática.
“Y el segundo movimiento, ‘Autorretrato’, tiene una atmósfera de frustración y es muy impresionante. Como autorretrato, dice mucho”, agrega Beatrice Berthold, que lo grabó junto con la violinista Montserrat Prieto, la clarinetista Kathya Galleguillos y la cellista Marisol García, hermana del compositor.
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