El Reino Fungi ha sido históricamente
dejado de lado a pesar de ser uno de los reinos más abundantes de vida, donde
se encuentran seres vivos cuyas características los hacen muy distintos de
otros organismos del planeta.
El conocimiento alcanzado hasta el día de
hoy sobre ellos deja aún muchas interrogantes; de hecho, se estima que se
conoce alrededor del 5% de su diversidad, ya que solo en recientes décadas se
ha impulsado más vigorosamente su investigación y relevancia cultural como
reino independiente.
Justamente el objetivo de la Sala Fungi es
que las y los visitantes reconozcan la diversidad de este reino e identifiquen
que los hongos existen en múltiples formas y modos de vida, así como la
capacidad de pensar en la naturaleza más allá de la flora y fauna, incorporando
también a la funga en su radar de percepción.
La nueva sala, que pasa a integrarse
curatorialmente a las salas Microvida y Tierra; toma al bosque como
inspiración, capturando sus formas y estructuras verticales para ocultar y
develar a través del recorrido las sorpresas de la naturaleza, y de esta manera
ir develando en el recorrido la diversidad de formas y estrategias que adoptan
los miembros del Reino Fungi y cómo estos se relacionan con otros organismos en
la Tierra.
“El MIM es un regalo que nos otorgamos
como sociedad y como nación y completarlo con estos contenidos es fundamental,
porque lo que estamos llevando a la comunidad no es solo un conocimiento, sino
que son emociones, es un regaloneo perceptual, como decimos en el museo; hay
algo aquí que nos permite poder comprender la realidad no solo desde la razón,
sino que también desde la emoción”, comentó Enrique Rivera, director ejecutivo
del Centro Interactivo de los Conocimientos.
La visita a este nuevo espacio del MIM
también representa una invitación a comprender que los hongos están
involucrados en mantener el equilibrio dinámico de la naturaleza y han jugado
un rol fundamental en la evolución de la vida en la Tierra. Conocerlos, nos
permite comprender la interdependencia ecológica que compartimos con ellos y
otros organismos, pero también a develar nuestro propio lugar en el planeta.
La subsecretaria del Ministerio de
Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCiencia), Carolina Gainza,
destacó la importancia de esta sala centrada en las especies que habitan
nuestro país.
“El reino fungi es maravilloso y todavía
queda mucho por descubrir. Esta nueva sala muestra un mundo desconocido para la
mayoría de las personas y permite conocerlo a través de la experiencia, en una
forma de aprendizaje que despierta todos los sentidos y reconoce el impacto de
estos seres vivos en nuestro ecosistema, como elemento esencial en la cadena de
vida de nuestro planeta, por lo que este espacio también contribuye en la
importancia de relacionarnos de manera respetuosa y armónica, protegiendo este ecosistema".
Su desarrollo contó con la asesoría
científica de la Fundación Fungi y tiene como una de sus principales propuestas
de contenido aclarar que los hongos son organismos cuyas particularidades los
diferencian significativamente de cualquier otro grupo de organismos, incluso
de las plantas aun a pesar de haber sido considerados como tales durante
siglos.
Para Giuliana Furci, directora de
Fundación Fungi, “esto es un sueño hecho realidad, llevamos décadas trabajando
para que instituciones y organizaciones nacionales como el MIM, puedan
acompañar en la inoculación de cientos de miles de personas, porque tenemos la
convicción de que a medida que aprendes de hongos la vida es mejor; saber de
hongos te hace más feliz, te hace comprender la vida de otra manera y aprender
sobre los procesos vitales que los sostienen es el primer paso para poder
cuidar lo que somos, para poder cuidar la vida”.
En la Sala Fungi colaboraron distintos
expertos e instituciones, como Daniela Torres, Carolina Magnasco, Wim Van
Egmond, Stephen Axford, Catherine Marciniak y FabLab de la Universidad de
Chile; así como también Joel Penner, quien junto a Anna Sigrithur, cedieron los
derechos para mostrar en la sala el premiado documental Wrought, en que
mediante artilugios fotográficos de bricolaje con escáneres, cámaras y
microscopios, capta las increíbles texturas, colores y movimientos de la vida
orgánica en estado de crecimiento y descomposición.
Flora, fauna ¡y funga!
El espacio está dividido en tres ámbitos,
que abarcan la cara microscópica, microscópica e interacciones del Reino Fungi,
donde se exponen distintos subtemas como levaduras, mohos, esporas, micelios,
líquenes, micorrizas, descomponedores y esporomas.
Contiene cuatro módulos interactivos que
invitan al público a sumergirse en él a través de una experiencia inmersiva,
con delicados movimientos, iluminación y acústica, dando la impresión de
ingresar a un bosque que está vivo y que reacciona a la presencia de los y las
visitantes.
En “Puzzle Fungi” podrán vivir una
experiencia creativa que permite a los visitantes reconocer las partes de un
hongo macroscópico, jugando con su diversidad y al mismo tiempo imaginar y
crear nuevas especies.
Mientras que en “Funga de Chile” podrán
ver representaciones de siete llamativas especies de hongos nativos de nuestro
país, donde se profundiza en las características de cada una por medio de
recursos visuales, táctiles, y lumínicos.
“Ciclo de un hongo” es otra de las
estaciones, donde experimentarán con una representación interactiva del ciclo
de vida de un hongo macroscópico, donde se revela el verdadero cuerpo
permanente del hongo, el micelio, y cómo éste da origen a las setas.
Finalmente, en “Liberando esporas” vivirán una experiencia interactiva táctil y visual, que inunda el ambiente a través de la representación de distintos hongos que liberan sus esporas al viento.
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