En su escritura, Safo no nos habla desde la racionalidad o de los procesos internos de la conciencia, sino que su poesía hace aflorar su delicada y profunda percepción sensitiva del mundo, de las personas y de las cosas que le rodean.
Este libro llega a los lectores a través
de la traducción de Pedro Vicuña quien, además es el antologador del libro.
A través de ese lenguaje sensual, nos
habla de la soledad, el deseo y la pasión, de lo que mueve su emoción, y que
son algunas de las cosas que habitan el universo interior del ser humano.
…y también mientras ríes deseosa; eso
hizo saltar mi corazón dentro del pecho;
porque si te miro a ti un instante,
no me es posible hablar
mi lengua se hace trizas en
silencio, un fuego
sutil me corre por debajo de la piel,
con los ojos nada veo, me zumban
los oídos…
«Safo, sin aspavientos, con una simpleza
que parece esconder su profundidad, nos conduce, la primera en Occidente, a
reunirnos con nuestros propios cuerpos y nuestras propias sensaciones; nos
confirma y reafirma en ese gran descubrimiento del pensamiento griego que es el
individuo activo e independiente, el que desde su unicidad busca relacionarse
de igual a igual con los otros que habitan su propia ciudad», nos dice Vicuña.
SAFO (650 / 610 a. C. - 580 a.
C.), es la poeta lírica más importante de la antigüedad de la que tengamos
noticia en la historia de la literatura occidental, también conocida como Safo
de Lesbos o Safo de Mitilene. Platón la definió como la décima musa.
Poco sabemos de su vida, la que está
rodeada de una atmósfera legendaria y misteriosa, nos señala el traductor de la
obra, y agrega: «Los datos, las señales de su vida que han llegado hasta
nosotros, se revelan confusos, diversos, escasos; muchos de ellos atravesados
por consideraciones de orden moral, leyendas, incertezas y valoraciones que van
más allá de su calidad de poeta.
Por otra parte, también, al mismo tiempo, su nombre está rodeado de un halo luminoso, porque en su palabra, en su poesía, en la cadencia sensual de su verso, se devela un universo interno que nos hace pensar en el gran descubrimiento del individuo que se opera, por aquellos años, en el devenir del pensamiento griego. En realidad, como refiere Marion Giebel, Safo es “la gran conocida desconocida de la literatura universal”».
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