Durante todo el mes de abril, la Cámara Chilena del
Libro, realizó una serie de ferias para celebrar el “Día del Libro” y mostrar
la producción editorial de Chile.
Entre ellas, la última fue la que se realizo el sábado 5 y
domingo 6 de mayo del presente en la
Plaza de Armas de Santiago como cierre de este mes. Es así
como el domingo y como actividad de cierre de esta Feria, se presentó el libro
“El alma en crisis”.
Este libro, publicado por Editorial Catalonia es una conversación
entre el periodista Wilson Tapia, el teólogo Antonio Bentué y el astrólogo
Pedro Engel, en un dialogo que envuelve la magia y la teología hacia el
interior de las personas.
Esta conversación tiene como idea principal, la trascendencia como
construcción de la existencia del ser humano, en la cual también se encuentra
la búsqueda de la verdad y el coraje de tener y alcanzar la libertad.
Los seres humanos, sin importar tiempo o lugar siempre nos
hemos hecho tres preguntas: ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? Y ¿Por qué estoy
aquí? Y este libro intenta responder, sin dar recetas, hacer referencia a los
seres humanos como un ser que busca soluciones, respuestas a sus interrogantes.
Ya que el ser humano, siempre ha soñado con vivir mucho o vivir para siempre y
ser inmortal.
Y en la búsqueda de esa verdad o de esas certezas o de esa
trascendencia, las personas hacemos uso de algo que no tienen los animales.
Como dicen los autores, “es la capacidad de tomar distancia de la mera
necesidad y decidir libremente. En una línea u otra. Ese es el ámbito de la
libertad, que es el ámbito de la ética o el ámbito de la moralidad, de la
responsabilidad”
Entonces, las personas pueden trascender cuando salen de si
mismos, y entran en relación con lo que existe más allá de su medio inmediato
abriéndose a la compasión y al amor, lo que explicaría la capacidad de amar a
otros y los intentos de cuidar y proteger a sus cercanos o incluso a extraños.
Las personas constantemente, estamos buscando cruzar las fronteras
siguiendo a un objetivo que se desconoce y por abrir universos cerrados
mostrando esa tan conocida tendencia de los humanos a seguir verdades que le
entreguen esas certezas.
Todos nuestros actos son trascendentes; cada vez que abrimos la puerta de casa se despliega una espiral de causas y efectos de alcance universal. No hay acto ni decisión que caiga en saco roto; como las fichas de dominó, continuamente ponemos el mundo en movimiento. Si actuamos bien, estaremos generando armonía, esperanza y compasión. Ésa es nuestra trascendencia”.
Lo que plantean los autores chilenos, es que la trascendencia de las personas se da en relación a otros y esa alteridad es la que le da valor a nuestras decisiones.
Porque el atributo principal de esta relación de alteridad (con las personas o incluso con Dios), es la compasión es ese salir de yo para entrar en el tú. Y ello solo puede realizarse a través del amor. No del amor carnal, sino de la capacidad que tengamos de aceptar al otro con sus bajezas, sus defectos y a pesar del dolor que se nos cause.
No es fácil. Para nada. Pero una vez que hay una decisión por el otro, se renuncia al propio ser por otra persona. Esta renuncia tiene mil caras y solo es posible en la convivencia, en la conversación, en la vida en común, en la convicción profunda de que la decisión vale la pena, siempre basada en el libre albedrío del cual somos dueñas las personas.
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