A pocos minutos de ocurrido el evento, el Servicio
Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) descartó que existiera
riesgo de tsunami para las costas de las islas Shetland del Sur.
Este nuevo movimiento telúrico se suma a
los registrados durante el fin de semana recién pasado en las proximidades de
la isla Rey Jorge, uno de los cuales alcanzó los 5,1 grados y su epicentro fue
cerca del estrecho de Bransfield, a escasa profundidad, a unos 30 km de la base
Profesor Julio Escudero.
“Para nosotros no es extraño que existan
temblores, lo que sí nos llama la atención es que los sismos sean recurrentes,
a diario y que ocurran más o menos en los mismos horarios; prácticamente
estamos levantándonos con los sismos más fuertes que han sido de 5.2 o 5.3, en
estos últimos cuatro días”, relata.
Comenta
que primero se escucha un ruido que dura de 20 a 30 segundos y que es
acompañado por un movimiento de corta duración, pero claramente perceptible
para ellos.
“Es más ruido que otra cosa y termina con
un movimiento final rápido, corto y un poco más fuerte”. Por último, afirma que
no han registrado daños materiales ni caídas a causa de estos sismos y que se
han mantenido en contacto permanente con pares de otras bases.
“No es extraño que haya ocurrido este
evento, ya que, en los últimos cinco años, en esa región, han ocurrido, a lo
menos, ocho eventos con magnitud 4 o 5. No es anómalo, lo que pasa es que
existe una zona de subducción como la que tenemos en la zona central de Chile.
Lo interesante sí, es que es una
subducción muy lenta y la incidencia de que ocurran es rara. Si la subducción
fuera rápida, habría temblores cotidianos como los que tenemos en el resto de Chile”,
destaca el Dr. Jaime Campos, especialista en Sismología y director del Programa
de Riesgo Sísmico de la Universidad de Chile.
Cabe aclarar que una zona de subducción es
aquella donde ocurre un choque entre las diferentes placas tectónicas. “Este terremoto,
se entiende como parte de una subducción que fue reportada hace pocos años por
la comunidad científica a partir de estudios locales e instrumentos que se
instalaron en la región y que después se llevaron”, expresó.
Por otra parte, para el destacado geólogo
antártico, medalla SCAR y académico de la Universidad de Chile, Dr. Francisco
Hervé, a partir de este acontecimiento se podría deducir que “los sismos
estarían relacionados al proceso de generación del estrecho de Bransfield, que
es un rasgo tectónico activo de la región, como lo muestra además el hecho de
existir en él volcanes activos (isla Decepción) y volcanes jóvenes (isla
Pingüino), este último bastante cercano a la isla Rey Jorge donde está la
estación argentina y la base Frei también”.
De ser este el caso, no se trataría de
sismos de subducción interplacas como los mayores y más frecuentes en el
territorio chileno, “sino que de sismos intraplaca Antártica, asociados a la
extensión tectónica del estrecho Bransfield. La subducción en el margen
occidental de la península Antártica se supone inactiva desde hace algún tiempo
geológico”, precisó.
Todos los eventos sísmicos que alcanzan o
superan los 5 grados en la escala de Richter son detectados por la Red Mundial
que está instalada lejos de Antártica y que forman parte de un sistema de
monitoreo que se encuentra en Estados Unidos.
“Por lo tanto, puede haber instrumentos
locales en Antártica que detectan eventos sísmicos. También está la percepción
de las personas que allí se encuentren, que no necesariamente son reportados a
nivel internacional. Entonces tiene que ser sobre 5.
En otras palabras, efectivamente, pudieron
haber ocurrido eventos durante los días previos, de menor magnitud, pero como
son cercanos a las bases antárticas, se sintieron”, señala el Dr. Campos. Es
por esta razón que solo se registra el evento de la mañana de este martes y no
los anteriores del fin de semana.
Este fenómeno revela una imperiosa
necesidad de desarrollar nuevos estudios en el continente que permitan a futuro
poder contar con instrumentos y un monitoreo permanente de la actividad sísmica
en las bases chilenas.
“En la Universidad de Chile, en el
Programa de Riesgo Sísmico estamos muy interesados en colocar instrumentos
sísmicos y de GPS en las bases chilenas, por lo que este acontecimiento lo hace
mucho más interesante y pertinente, no podemos permitir que tengamos esta zona
descuidada”, afirmó el Dr. Campos, con gran interés de participar en nuevos
proyectos que permitan contar con esta información muy relevante.
No solo se quedarían en monitorear la
actividad sísmica, sino que también volcánica, entendiendo que en esa zona hay
volcanes activos como el de isla Decepción e isla Pingüino.
“Qué relación puede tener la sismicidad,
los tipos de terremoto que están ocurriendo allí, con la subducción, la
tectónica, la geología y el comportamiento de los volcanes. Nosotros
sospechamos que debería haber una relación entre la actividad sísmica, proceso
de subducción y el proceso magmático, erupciones volcánicas”, manifiesta el
especialista de la Universidad de Chile.
El director del INACH, Dr. Marcelo Leppe
Cartes, señala al respecto “que a pesar de que los movimientos telúricos
representan una constante natural en el Bransfield, no debemos olvidar los
eventos de los años sesenta en isla Decepción, que nos obligan a promover el
uso de los más avanzados métodos e instrumentos para realizar una vigilancia
constante sumado a ciencia de la más alta calidad. Por ello, nos encontramos
evaluando las alianzas que nos permitan densificar los sensores en Antártica”.