¿Por qué muchos
comen pescado en Semana Santa? ¿De dónde viene la tradición de regalar los
huevitos de chocolate en Domingo de Resurrección?
Para ello
el profesor Fernando Maureira Estrada, antropólogo y director de la Escuela de
Antropología de la Universidad Austral de Chile en Valdivia explica los
orígenes de estos ritos de Semana Santa.
No hay
nada tan propio de la especie humana que comer, este simple acto va más allá de
la sola obtención de alimentos. Todo lo que comemos es el resultado de una
decisión colectiva y aceptada por cada grupo social, en determinados momentos
de su historia.
Constituyéndose
en ocasiones en una marca de identidad local, de esta manera lo que comemos es
en realidad la última fase de un continuo de decisiones respecto del qué
comemos, cómo lo hacemos, cuando lo hacemos y con quienes comemos.
Cada una
de estas preguntas refieren a normas y reglas que definen los límites dentro de
las cuales, la acción de comer resulta culturalmente posible y socialmente
aceptable.
Finalmente,
estas acciones cotidianas, como el acto de comer con la familia reunida, o
acciones extraordinarias, como la comida con ocasión de fiestas privadas o públicas,
dan cuenta de lo que en antropología reconocemos como “ritos de comensalidad”,
siendo entendida como la noción por la cual quienes comen en la misma mesa,
crean, mantienen y refuerzan lazos que son el sustrato de sus actividades
comunes, y sientan las bases de una actuar colectivo.
De hecho
hoy, paradojalmente y a pesar de la globalización en que nos vemos envueltos
como país, esta misma globalización ha producido una mayor visibilidad de
elementos culturales regionales, dando a lugar a lo que se conoce como
glocalidad, siendo la expresión en ámbitos locales, de aquellas experiencias
externas a las que somos expuestos como resultado de la globalización, pero que
son reinterpretadas localmente, permitiendo la renovación, reproducción de lo
que es local, respecto de la influencia externa.
La comida,
por tanto, es utilizada como uno de los elementos sobre los cuales se construye
y reafirma identidad, con mayor énfasis este elemento de identidad se expresa
con mayor intensidad, en distintas épocas del año y/o cuando la comida o la
restricción a la misma, permite sustentar comportamientos valorados y
significados socialmente. Y es probablemente el ámbito en el cual se expresa
con mayor intensidad la glocalización alimentaria.
Para la religión católica la semana santa esta constituida por un conjunto de festividades, en las cuales se conmemora el sacrificio de Jesús, se inicia en el Domingo de ramos y finaliza con el domingo de resurrección, es precisamente y asociado al renacimiento del hijo de Dios, durante esta semana la devoción se expresa mediante actividades rituales, celebraciones específicas, pero fundamentalmente a través de actos de constricción y expiación.
Los que han
venido variando profundamente a lo largo de las ultimas décadas. Se han dado en
llamar a estas acciones las “tradiciones de semana santa”, las que, aunque
preservan un propósito común y relativamente antiguo, van como todas las
tradiciones experimentando sutiles cambios, incorporando ciertas actividades y
dejando otras en el olvido.
Sin
ahondar en los motivos por los cuales, hoy la semana santa va dejando de lado
aquellos ritos centrales litúrgicos si se quiere, y lentamente va dejando solo
aquellos relacionados con la prohibición del comer y la indicación del comer, y
la ampliación del regalar.
La
tradición de regalar huevos de Pascua, y que en la actualidad es probablemente
la más extendida en nuestro país, es de origen germánico, y que fue incorporada
a las tradiciones católicas por el Imperio Romano. “Su origen es la celebración
del inicio de primavera, periodo de abundancia”,
No
obstante, no fue sino durante el periodo de la Ilustración, en la que se
extendió la costumbre de pintar y embadurnar los huevos, los que fueron
asociados a las liebres y conejos las que, por su fertilidad y abundancia
permitieron su difusión en el viejo continente.
De allí y
a través de los migrantes europeos llegaron a América a finales del siglo XIX y
principios del siglo XX. Los huevos, en muchas religiones están asociados a la
vida y fecundidad, razón por la cual se entregan con un sentido de reciprocidad
entre las personas.
Esta práctica
sin embargo ha venido experimentando cambios de forma y también de fondo, así
los primeros huevitos eran cascaras de huevos, lavadas, secadas y pintadas por
adultos y niños y en ellas se ponían algún tipo de dulces pequeños, y eran
dispuestos solo para los niños de la casa, hoy los huevitos son de cobertura
chocolate, rellenos de dulces, envueltos en papel de color, y son entregados
tanto a niños como, jóvenes y adultos.
Solo desde
la década de los años 70 se masifico la venta de figuras de chocolate de
conejos. Antes de esa fecha por su valor estaban restringidos solo para los
niños de familias de clase alta.
En otro
sentido y respecto de no comer carne durante la Semana Santa, se explica por un
“llamado de penitencia”, por el cual se expresa humildad y respeto, aunque también
actúan los elementos de clase social en la iglesia cristiana, una forma por la
cual, las personas más ricas se unieran al ayuno permanente de los pobres , al
tiempo que con ese ahorro se pudieran realizar obras de misericordia.
Antiguamente
había la obligación de abstenerse de una serie de actos, como una forma de
constricción, durante le periodo de cuaresma (40 días que preceden a semana
santa), los católicos debían abstenerse de comer carne los días viernes.
En esos días se permitía el consumo de pescados y mariscos. Sobre estos últimos se reconoce su carácter virtuoso, relacionado con la multiplicación de panes y peces y pureza.
El signo del pez, es probablemente uno de los mas reconocibles en la iconografía católica, siendo este el símbolo que se utilizaba por los cristianos en la época de imperio romano.De esta manera el consumo de pescado, si bien no es indicado de manera fehaciente, goza de una consideración especial, atribuida a los sentidos y significados asociados que les son conferidos por los católicos para su consumo en semana santa.
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