Una encuesta reciente de Corpa
Estudios de Mercado reveló que el 38% de los hombres y el 34% de las mujeres
leen diariamente.
En cuanto a las diferencias
por edad, la lectura diaria alcanza su mayor frecuencia entre las personas de
45 a 55 años (44%), mientras que en los grupos más jóvenes las cifras son
menores: 33% en el rango de 18 a 24 años y 35% en los de 25 a 34 años y 35 a 44
años, evidenciando una tendencia al aumento del hábito lector con la edad.
Las preferencias lectoras
varían significativamente según el género. Mientras las mujeres muestran un
mayor interés en libros de ficción, los hombres optan por artículos en línea,
textos históricos y diarios. También destaca entre los hombres jóvenes, la
lectura de manga y cómics.
“Se suele creer que el hábito
lector solo se puede desarrollar en niños, sin embargo, eso no es tan así. Es
importante considerar que, en personas adultas, es fundamental partir de
temáticas significativas para ellas las que, por ejemplo, se vinculen con sus
propias experiencias.
En otras palabras, si queremos
desarrollar el hábito lector en personas adultas, no deberíamos partir por
imponer lecturas ajenas a sus vivencias”, comentó Patricio Moya Muñoz,
académico del Departamento de Lingüística y Literatura de la Universidad de Santiago
de Chile (Usach).
La frase “estoy malo para
leer” se suele escuchar a menudo en algunos círculos de amistades. Se trata de
una frase que tiene cierto porcentaje de “culpa” y necesidad de retomar un
hábito que tan bien le hace al ser humano: leer.
Para el profesor Moya es
fundamental que el acercamiento a los libros esté ligado al goce, a una
aventura personal, donde no existe buena o mala literatura.
“Se debe estimular la
motivación intrínseca, en la que la lectura debe ser comprendida como una
experiencia placentera y libre de juicios: no debemos pensar que hay buenos o
malos libros, es decir, alta literatura o baja literatura; tenemos que
desmitificar los criterios tradicionales asociados con la legitimidad lectora”,
sostuvo el experto en Diario Usach.
Consejos para comenzar a leer
y no perderse en el intento
1. Lleva un libro a todas
partes: De seguro habrá algún tiempo muerto en que puedas aprovechar de leer:
en el transporte público, haciendo una fila o esperando que tus hijos salgan de
la escuela.
2. Reemplaza el celular por la
lectura: ¿Te quedas mucho rato mirando redes sociales? Identifica esos
momentos e intenta destinar ese tiempo a leer. Puede ser antes de dormir,
después de la ducha o en el paradero.
3. Lee libros cortos: Un
libro largo puede ser demasiado desafiante para salir de un bloqueo lector.
Intenta con lecturas más cortas para sentir pronto la satisfacción de terminar
un buen libro y quedar con ganas de más.
5. Ponte metas diarias realistas: Quizá empezar por leer 50 páginas diarias puede ser mucho, pero puedes intentar con 10. Si te pones metas breves, va a ser más fácil dedicarle un tiempo diario a la lectura y crear un hábito. Y quién sabe... Quizá leas 30 páginas sin darte ni cuenta.
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