Así, mediante una convocatoria pública, este
2024 un comité especializado seleccionó las propuestas Iron56, del artista
Carlos Sfeir Vottero y Useful Simulations, de María Ignacia Maldonado
Sánchez, en representación de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
para representar el talento artístico del país.
Bajo el lema HOPE – who
will turn the tide (ESPERANZA – ¿quién cambiará el rumbo?), la edición
2024 del Festival Ars Electronica vuelve a apostar por una programación que une
proyectos de arte, ciencia y tecnología. De esta manera, las propuestas
chilenas seleccionadas expresan la creatividad y calidad de obras que conectan
con el contexto actual.
Iron56, de Carlos Sfeir
Vottero (1990), es una instalación de estructuras móviles que une arte y
ciencia. A modo de escultura cinética, la propuesta en palabras del artista
“invita a explorar las fuerzas fundamentales de la naturaleza que organizan el
universo y moldean el núcleo de nuestro planeta.
La instalación consiste en una
serie de brújulas que, al interactuar con el campo magnético y gravitacional de
la Tierra, giran en el espacio, orientándose hacia los diversos sures (...)
proponiendo un cambio de perspectiva hacia nuevos polos de esperanza”. Carlos
Sfeir es arquitecto, diseñador y artistas chileno, actualmente radicado en
Berlín, que se dedica a explorar los fenómenos naturales y las narrativas
culturales de Chile.
En tanto, Useful
Simulations, de María Ignacia Maldonado Sánchez se sumerge en la temática de la
hibridación entre humanos y máquinas que, a través de un autorretrato mediado
por la tecnología, crea una ficción de simulaciones.
Como cuenta la creadora,
"el procedimiento se ejecuta en varias capas de acción, interviniendo y
distorsionando el cuerpo con programas de multimedia interactivos e
inteligencia artificial, que pone en marcha un sistema de mutación hacia la
creación de un nuevo cuerpo, identidad y realidad”.
Prix Ars Electronica
reconoce a colectivo chileno
Durante estos días, se realiza
la ceremonia de premiación de Prix
Ars Electronica, el concurso de
artes mediales más antiguo del mundo que se organiza desde 1987. En su edición 2024, con 2.950 candidaturas de 95 países,
reconoció la obra interdisciplinar “No se van los que se aman” del colectivo
chileno Matar a un Panda con una mención honrosa en la categoría Nuevo Arte de
Animación.
Este reconocimiento es un hito importante para el colectivo, pero también a la memoria del país, ya que la obra fue concebida en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe militar en Chile para abordar la experiencia de más de 1.200 detenidos que pasaron por el campo de concentración Chacabuco entre los años 1973 y 1975.
Como comenta Carla Redlich y
Jean Larrabure, integrantes de
Matar a un Panda, esta creación “se
trata de un trabajo que utiliza los nuevos medios tecnológicos para escudriñar
la memoria de un país, en un ejercicio que trata de actualizar la mirada hacia
nuestro pasado.
En la obra hablamos de
Chacabuco, la que fue, junto con el Estadio Nacional, una de las prisiones
políticas más grandes en dictadura. Y ante lo innombrable de esa experiencia,
la obra pone su mirada en lo que esa comunidad de presos políticos ha logrado hasta
el día de hoy”.
“El concepto central de este
año en el Festival (HOPE) nos señala que el arte es capaz de transportar
realidades y motivar diálogos entre territorios que no se topan físicamente.
Quizás podemos aprender algo de eso aquí también”, agregan.
La asistencia de Carla Redlich y Jean Didier a la ceremonia de premiación es posible gracias al apoyo de la Secretaría de Artes de la Visualidad del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Además, el resto del equipo que participó del proyecto –audiovisual/fotógrafo, técnico y productora-, viajan financiados por el Gobierno Regional de Antofagasta.
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