La
bióloga y académica explica en este ensayo cuál es la relación entre nuestros
sentimientos y el mundo microscópico
Original y sorprendente, en Amor microbiano la científica y académica Cristina
Dorador explica cuál es la relación entre los sentimientos humanos y los
microorganismos que habitan nuestro cuerpo.
La autora propone a lo largo de estas 120 páginas que
el fundamento de la pasión amorosa son los microbios que compartimos con
nuestra pareja, con familiares e, incluso, con mascotas.
"Me gusta mucho pensar en la relación
intrincada y profunda que tenemos los humanos con el microbioma, que somos un
ecosistema y que estas relaciones van variando en el tiempo dependiendo de qué
hagamos y con quiénes nos relacionamos", comenta la autora.
"Este conocimiento se ha incrementado en las
últimas décadas y a veces cuesta entenderlo y digerirlo. El amor es un
tópico que está siempre presente en nuestras vidas y también tiene un vínculo
microbiano", añade.
¿Cuál es la raíz biológica de nuestros vínculos? ¿Qué
es nuestra nube microbiana y cómo se conecta con las de otros seres vivos? ¿Qué
pasa con nuestro microbioma cuando morimos? Estas son algunas de las
interrogantes que la autora plantea a medida que el relato avanza.
Delicadamente escrito, este ensayo conjuga datos
científicos con sensibles reflexiones sobre el origen de la vida, la
interdependencia entre especies y el valor de la naturaleza.
En este breve y remecedor texto se explica que cada
vez que establecemos una relación con otros se produce un intercambio
microbiano: dejamos una huella biológica y, al mismo tiempo, el microbioma del
entorno modifica el nuestro.
"La Tierra es un planeta microbiano, en todos los
rincones es posible encontrar vida hasta en las condiciones más extrañas y
extremas", explica Dorador.
"De alguna u otra manera todas las especies
nos relacionamos entre sí, los virus son una base microscópica de intercambio
genético que ha permitido la diversificación de las especies. El microbioma
(comunidades microbianas) se asocia a las especies como parte fundamental de su
existencia y funcionamiento", detalla.
En esta publicación, la investigadora habla del
surgimiento y desarrollo de la vida en el mundo microscópico y cómo su
persistencia y tenacidad permiten entender la forma en la que se orquesta un
universo invisible que anima nuestra realidad cotidiana.
Cristina
Dorador Ortiz (Antofagasta, 1980). Se dedica a la ecología microbiana
investigando la vida extrema en los salares del altiplano y el desierto de
Atacama.
Es
licenciada en Ciencias con mención en Biología por la Universidad de Chile y
doctora en Ciencias Naturales por la Universidad de Kiel y el Instituto Max
Planck de Limnología en Alemania. Actualmente es profesora asociada de la
Universidad de Antofagasta e investigadora titular del Centro de Biotecnología
y Bioingeniería (CeBiB).
A
la fecha, ha publicado más de ochenta artículos científicos, capítulos de
libros y libros. Ha dirigido proyectos de investigación nacionales e
internacionales y ha sido becaria del DAAD (Alemania) y del IVLP (Estados
Unidos).
Ha
formado decenas de nuevos investigadores. Su trabajo sobre microbiología y
protección de salares ha recibido atención a nivel mundial. Ha creado y
participado de distintas instancias de divulgación de la ciencia.
Ha
recibido distintos reconocimientos por su rol en las ciencias, siendo destacada
como una de las 100 mujeres líderes de Chile, por El Mercurio y el 2022 fue
reconocida por Forbes como una de las 30 mujeres más del país.
La especie de protista Percolomonas doradorae, aislada desde el Salar de Atacama, lleva en honor su nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario