El arte de la ornamentación es el título del programa que el grupo Syntagma Musicum Usach interpretará este lunes 20 de noviembre (19:30 hrs.) en el sexto concierto de su temporada 2023, que se realizará en el Teatro Aula Magna Usach.
En la ocasión, el conjunto de música antigua abordará casi una decena de piezas
de autores mayoritariamente italianos, como Giulio Caccini (1551-1618), Giovanni
Pierluigi da Palestrina (1525-1594), Francesco Rognoni (c.1570 -
después de 1626), Giovanni Bassano (c.1561-1617) y Arcangelo
Corelli (1653-1713). Además, presentará piezas del músico flamenco Cipriano
de Rore (1515/1516-1565), del francés Robert de Visée (1655-1733)
y del alemán Georg Friedrich Haendel (1685-1759). Las entradas son
gratuitas y se encuentran disponibles en el sistema Portaltickets.
“La ornamentación es una práctica que fue bastante desarrollada en la música
antigua, principalmente durante el Renacimiento y Barroco”,
explica Rodrigo Díaz, integrante de Syntagma Musicum Usach.
“Siempre se hizo como improvisación, pero también hay tratados de la época que
hablan sobre ornamentación y gracias a eso ahora podemos saber cómo se
improvisaba en la época. Este programa busca mostrar cómo era la
ornamentación en estos períodos, desde el Renacimiento hasta el Barroco tardío”.
Avanzando cronológicamente, el concierto expondrá cómo los compositores fueron
paulatinamente añadiendo elementos o desarrollando nuevas técnicas musicales.
Por ejemplo, en el inicio se podrá escuchar una disminución que Francesco Rognoni hizo
a partir del motete “Pulchra es amica mea”, de Giovanni Palestrina,
así como “Ancor che col partire”, un famoso madrigal de Cipriano de
Rore, y la respectiva disminución creada por Giovanni Bassano para el
bajo.
¿Qué eran esas disminuciones? “En el Renacimiento, los primeros tratados
explicaban cómo ornamentar un madrigal que tenía cinco o cuatro voces. Lo que
se hacía era tomar una melodía, la de soprano por ejemplo, y eso se iba
ornamentando. A eso se le llamaba disminuciones y servía tanto para la voz como
para piezas instrumentales. Fue una práctica habitual desde mediados del siglo
XVI hasta principios del siglo XVII”, detalla Rodrigo Díaz.
La ornamentación permitía que los
compositores cambiaran el carácter de ciertas obras o melodías. A veces,
buscaban que un instrumentista o cantante se luciera, porque requerían especial
virtuosismo. En otras ocasiones, se hacían improvisaciones sobre temas
conocidos, como ocurrió siglos más tarde con el jazz.
Esa práctica se fue desarrollando y, con
el paso del tiempo, provocó cambios sustanciales en la música. Las
improvisaciones que Arcangelo Corelli desarrolló en sus sonatas para
violín, por ejemplo, sentaron luego un modelo para el desarrollo de ese género.
“En el Barroco ya se produce lo máximo de la ornamentación, es un elemento muy
identitario del periodo”, recalca Rodrigo Díaz. “Una de las
características del Barroco es que todo es recargado en cuanto a la
ornamentación. En la arquitectura y en todo ámbito.
En Francia, por ejemplo, es una
ornamentación bastante recargada, más refinada. Hay compositores como François Couperin (1668-1733)
y Jean-Philippe Rameau (1683-1764), que es más tardío, que ya
empiezan a escribir los adornos en la partitura, a diferencia de los italianos,
que dejaban espacio la improvisación”.
El arte de la ornamentación es uno de los últimos programas que Syntagma
Musicum Usach presentará en el marco de una temporada 2023 que se inició
en marzo, con un concierto dedicado exclusivamente a Johann Sebastian Bach (1685-1750),
y a lo largo del año ha contemplado música barroca americana y autores
italianos e ingleses, entre otros repertorios.
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