Los arrepentidos es una obra del autor sueco
Marcus Lindeen, basada en hechos reales cuenta la historia de dos hombres que
transitaron hacia una identidad femenina y luego decidieron regresar al punto
de partida.
Ellos son Orlando y Mikael, dos transexuales
que se encuentran para hablar por primera vez de los cambios que cada uno ha
realizado en pos de su identidad.
Ambos se sometieron hace varias décadas a una
cirugía de reasignación para ser Isadora y Mikaela. En esta conmovedora
conversación, ellos hacen un cuestionamiento a los roles de género que se
juegan ante los demás, ante uno mismo y a las conductas que han sido impuestas
por la sociedad a lo largo de la historia.
En este primer encuentro, hablan de los
diferentes momentos, circunstancias y motivaciones de sus operaciones de cambio
de sexo, de la vida antes y después de ellas, y de lo que hizo que ya no
quisieran vivir como mujeres: “No quiero quedarme atascado donde estoy, mitad
hombre, mitad mujer. ¿Me entiendes? Este terreno de nadie es un infierno para
mí”, dicen en escena.
Son dos hombres que han atravesado las
fronteras entre lo masculino y femenino, que hablan sobre sus vidas, problemas,
estrategias, recuerdos y sueños. Desde cómo eligieron su nombre de mujer, hasta
las técnicas que usaban para ocultar que nacieron como hombres.
Los arrepentidos, habla de la búsqueda
entendida como una constante en la existencia humana. Retrata a dos personajes
asfixiados por no calzar en las concepciones restringidas de género, toca lo
femenino y lo masculino, el amor y la soledad, el devenir de dos cuerpos en
tránsito, y sobre todo, de qué depende nuestra identidad.
Hace más de 15 años que una obra no reunía en
su elenco a estos dos grandes del teatro chileno: Rodrigo Pérez y Alfredo
Castro.
Alfredo interpreta acá a Orlando, un joven gay
que creció cuando era ilegal serlo, que se prostituía en los parques y que en
1967 decidió operarse, siendo uno de los primeros cambios de sexo en Suecia.
Rodrigo interpreta a Mikael, quién lo hizo
cuando ya tenía más de 50. Ahora que vuelve a ser hombre añora aquella
época como Mikaela, donde podía hacer lo que quería sin temor a consecuencias,
porque a una mujer no se le pega.
Víctor Carrasco investigaba el tema trans
cuando dio con la obra, le escribió al autor y decidió inmediatamente hacerla.
“Lo que
me pareció súper transgresor es que al iniciar un camino, pareciera que no hay
retorno y la obra trata de la búsqueda de la identidad cómo un proceso que no
se termina nunca.
Y lo hace con honestidad, porque ellos no
están modificando su discurso para parecer súper progres, porque son personas
comunes y corrientes que toman una decisión tan compleja y son capaces de replantearse
la vida”.
La obra va revelando cambios de épocas
sociales y personales, que se reflejan incluso en fotos reales de Orlando
y Mikael que forman parte del montaje.
El montaje teatral, ha sido traducido al
francés, alemán, noruego, inglés y español.
Además existe un documental homónimo, también
de Marcus Lindeen que ahora, llega a GAM en una coproducción con Teatro de la Palabra.
El elenco de la obra está formado por los
actores Alfredo Castro y Rodrigo Pérez y su autor es el sueco Marcus
Lindeen.
La traducción la realizó Constanza Brieba. La dirección
y diseño de espacio estuvo a cargo de Víctor Carrasco; la asistencia de la
dirección es de David Gaete. El diseño de iluminación es responsabilidad de Andrés
Poirot; el diseño audiovisual es de Javier Pañella y Nicole Senerman.
El diseño sonoro es autoria de Daniel Marabolí;
la composición musical está a cargo de Fernando Milagros y Diego Perinetti. La producción
ejecutiva es de Bárbara Nash mientras tanto la producción en terreno es
responsabilidad de Manuel Morgado. Y la fotografía de Alejandro Bustos.
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