¿Qué relato se desprende de Los Matta de
todos? ¿Cómo su obra se incorpora al tejido cultural de nuestra historia? ¿Cómo
lo hace a la experiencia del público actual? ¿Quién es el Matta de las pinturas
que integran la colección?”
Son algunas de las preguntas que intenta
responder la exposición “Los Matta de todos” que abrirá sus puertas a partir
del 15 de junio de 2018 y hasta el 7 de octubre del mismo año en el Museo
Nacional de Bellas Artes (MNBA).
El Museo, vuelve a exhibir su colección de
obras de Roberto Matta, bajo la mirada de la curadora MNBA Paula Honorato,
quien propone una reflexión en torno a la filiación del artista chileno con los
procesos sociales y culturales de nuestro país para despejar los clisés sobre
su figura, desde una mirada local.
“Primero tendríamos que saber con qué parte me
radico en Chile. ¿Con mis ideas? ¿Con mi cuerpo? ¿Con mis pies? Porque si es
con el alma, hace tiempo que ella está aquí”.
Con estas palabras, Roberto Matta se refería a
la relación con su país natal en el diario El Sur, un 13 de septiembre de 1970,
en medio de un período cargado de efervescencia social y política.
Estos dichos dan cuenta de la curatoría de
Paula Honorato, que a través de publicaciones en los medios impresos y de otras
fuentes, da cuenta de la figura del artista, con un enfoque que pretende
traspasar la barrera de las afirmaciones comunes en las enciclopedias que lo
sitúan como un creador que pasó de la periferia al centro, quedando inscrito en
la historia del “arte universal” por su participación en el surrealismo europeo
a principios del siglo XX y en el expresionismo abstracto que se desarrolló en
Estados Unidos.
La muestra actual, invita a disfrutar y reflexionar
a partir de obras de Matta que forman parte de la Colección MNBA.
Algunas fueron donadas por el artista al Museo, con plena conciencia de que
pasarían a ser bienes de carácter público.
Otras, fueron incorporadas a la Colección MNBA por
diversas vías, sin embargo todas fueron realizadas en Chile o se relacionan
significativamente con momentos de su historia. Por esta razón, el título de la
exhibición hace énfasis en la condición de las obras como pertenecientes al
patrimonio del pueblo chileno.
En la exposición, se exhiben ocho pinturas del
MNBA, realizadas entre 1942 y 1972 y proyecciones de dibujos y grabados
producidos entre 1962 y 1997.
Se incluye un video del Consejo de Monumentos
Nacionales, sobre el mural El primer gol del pueblo chileno (1971), que también
corresponde a uno de los trabajos que el autor destinó al acervo colectivo y
que ejecutó junto a jóvenes de la Brigada Ramona Parra en la Granja, donde hoy se ubica
Centro Cultural Espacio Matta.
Roberto Farriol, director del MNBA explica que
“esta vez la curadora Honorato propone mirar la obra de Matta desde la palabra
del propio artista y la escritura establecida en el discurso público desde los
medios de comunicación impresos”.
“Se presenta al artista desde la dimensión de
lo local, lo que tiene especial significancia y relevancia, permitiéndonos
mostrar a un creador comprometido con nuestro país en importantes momentos
históricos, lo que enriquece la lectura de su legado. Así, una vez más
proponemos la puesta en valor de la colección (en) permanente (revisión) del
MNBA”, añade Farriol.
Por su parte, Paula Honorato acota que “estas
obras son parte de un tejido compuesto por las visitas, los afectos, las
utopías y los desengaños de un artista que puede considerarse tan chileno como
extranjero. Nació y creció en este país, en el seno de una oligarquía de la que
prácticamente huyó. Se unió con pasión al inédito proyecto de un gobierno
socialista por la vía democrática como fue el de la Unidad Popular.
Eligió ser ciudadano del mundo y su obra se
forjó más allá de cualquier frontera. Las circunstancias históricas
confabularon para que adoptara la ciudadanía en tierras lejanas, después de que
la dictadura le negara la renovación del pasaporte en la década de 1980”
Roberto Matta nació
en Santiago en 1911 donde vivió hasta el año 1935, fecha en que se tituló como
arquitecto en la
Pontificia Universidad Católica de Chile y partió a Europa.
Como parte de su formación chilena, había sido también alumno libre del artista
Hernán Gazmuri en la Escuela
de Bellas Artes de la
Universidad de Chile y en su academia privada.
Entre la salida
del país y el primer viaje de regreso, en 1948, desarrolló una exitosa
trayectoria artística, inscribiendo su producción en circuitos europeos y
estadounidenses.
Inicialmente
trabajó en los talleres de los arquitectos Le Corbusier en París y Walter
Gropius en Londres. El año 1937 conoció a André Bretón y a otros miembros del
movimiento surrealista, del cual fue parte colaborando en exposiciones y
publicaciones, hasta su expulsión en 1948.
Antes de la II Guerra Mundial, se
radicó en Nueva York. Allí, se vinculó con algunos exponentes de la Escuela de Nueva York,
especialmente a partir del interés que suscitaba en algunos de ellos el
automatismo psíquico surrealista. En 1959 es reincorporado al movimiento
surrealista.
En 1967 fijó su
residencia en Tarquinia, cerca de Roma, distribuyendo su tiempo entre
frecuentes estadías en París, Londres y Nueva York.
En la década de
1970 Matta se involucra con la revolución social, política y cultural que se
vive en Chile, realizando varios viajes a su tierra natal en apoyo al gobierno
de la Unidad Popular
y después del golpe militar, no regresa a su país natal.
Recibió el Premio
Nacional de Arte en 1990. Falleció el 23 de noviembre de 2002 en Civitavecchia,
Italia.
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