El Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE)
publicado por la UNESCO,
afirma que los pueblos originarios se quedan atrás en todos los indicadores
sociales de la región en comparación con los grupos no indígenas, y los alumnos
provenientes de pueblos originarios en América Latina y el Caribe han obtenido
de forma constante los peores resultados en logros de aprendizaje en los
últimos 10 años.
Una de las conclusiones del estudio, hace hincapié en que alcanzar
el objetivo de no dejar a nadie atrás en la región se traduce en la necesidad
de más educación y de mejor calidad para los pueblos indígenas, pero también en
que esta importante población sea reconocida y representada en las políticas
educacionales.
Para este grupo de la población, esto significa ser capaces
de ejercer su derecho a establecer y controlar sus sistemas educacionales
(Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, 2007, Art. 14) y de
llevar su cultura y conocimiento al frente de la toma de decisiones en términos
de propósito, contenido y organización de la educación.
El presente estudio explora la idea de que construyendo
desde el conocimiento y los valores que sustentan las prácticas sociales y educacionales
indígenas de la región se produciría la inclusión de las culturas, los sistemas
de conocimientos, las visiones de mundo y las creencias indígenas podría ayudar
no solo a volver más relevante la educación y más flexible su organización sino
también, en enriquecer el programa de estudio con prácticas más pertinentes y
sostenibles.
En particular, este análisis explora cómo estos valores y
formas de conocimiento han sido adoptados en las políticas educacionales de
tres países de la región andina como son Bolivia, Ecuador y Perú, que hace poco
atravesaron reformas políticas y constitucionales con el fin de reconocer la
composición de sus poblaciones multiculturales, multiétnicas y
multilingüísticas.
Para cada caso, se realiza un análisis de cómo las culturas
y las visiones de mundo indígenas han sido consideradas en las políticas
educacionales y hasta qué punto han entrado en diálogo con las concepciones de
educación que precedieron su integración.
También se analiza una serie de prácticas culturales
indígenas de educación en cada país, en conjunto con su potencial para mejorar
la pertinencia cultural y lingüística, y para entregar una comprensión de la
factibilidad de extender estas prácticas más allá de las comunidades indígenas,
con el fin de favorecer la inclusión y la cohesión entre las comunidades
educacionales.
Esta publicación es una invitación a considerar el
conocimiento indígena como una fuente legítima de inspiración para las
políticas educacionales que puedan contribuir al bienestar de todos y a la
sostenibilidad del planeta.
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