El
Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) autorizó la ejecución de obras de
emergencia en el Monumento Histórico Hospital de Pisagua, con el objetivo de
detener su deterioro a la espera de una futura restauración integral.
En
sesión plenaria realizada el 10 de enero, los consejeros destacaron la
innovadora técnica propuesta por el área de Patrimonio en Riesgo de la
Secretaría Técnica del CMN.
El
Hospital de Pisagua es uno de una serie de Monumentos Históricos de la
localidad de 300 habitantes, como el Teatro Municipal, la escuela, la torre del
reloj o la iglesia, vestigios de la época de bonanza económica por el salitre.
Los
movimientos telúricos, incluido el terremoto de 2005, y el implacable paso del
tiempo, han generado graves daños al edificio de dos plantas construido en pino
oregón en 1908.
Durante 2023, el equipo multidisciplinario de Patrimonio en Riesgo fue a terreno, tras lo cual realizó el levantamiento planimétrico, diagnóstico y diseñó las obras de emergencia, que se ejecutarán durante el 2024, con un costo de 130 millones de pesos, dada la vulnerabilidad constructiva en que se encuentra.
Construido
en base a ensambles, fachada con columnas y una amplia escalera de acceso,
actualmente, además del desgaste superficial, tiene severos daños de
asentamiento local en el acceso del edificio, deformación de la viga del
pórtico interior, una grieta en el muro de contención y hundimiento del
pasillo, desconexión de una solera del pie derecho e intervenciones
posteriores.
Pero
el daño más evidente y de mayor gravedad, es la inclinación lateral del primer
piso: la deformación alcanza un 12% en el centro del edificio y 3% en los
extremos, lo que hace a los expertos preguntarse cómo es posible que aún no
haya caído.
El
objetivo, entonces, es otorgar un desempeño estructural seguro al monumento,
para garantizar su conservación a la espera de un proyecto de recuperación
definitivo. Para eso, se busca la recuperación de la verticalidad del edificio
y dotarlo de un refuerzo en sentido transversal.
Lo que se hará, en definitiva, es jalar el edificio para volverlo a su centro, instalando una estructura auxiliar interior, con marcos de acero móviles, fundados sobre vigas de hormigón armado, para ofrecer una base de apoyo estable en caso de falla en la maniobra de empuje, con altura variable para adaptarse a el desplazamiento del edificio. Posteriormente esa estructura se modificará para restringir su movilidad y se utilizarán anclajes a las vigas del entrepiso.
La novedosa técnica fue diseñada por los especialistas del Área de Patrimonio en Riesgo, inspirada en los trabajos realizados por los carpinteros de ribera de Chiloé.
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