miércoles, 1 de diciembre de 2021

Ministerio de las Culturas recibe inédita colección fotográfica del siglo pasado

 Una importante colección fotográfica patrimonial perteneciente al ciudadano chileno residente en Canadá, Pascal Muzard, fue donada al Archivo Fotográfico y Audiovisual de la Biblioteca Nacional de Chile para su resguardo y puesta en valor.

En una ceremonia realizada en el Ministerio de Relaciones Exteriores, representantes de la familia Muzard hicieron entrega al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, de valioso material consistente en un total de 2.048 placas estereoscópicas, entre positivos y negativos.

La colección abarca casi la totalidad del material producido por su abuelo, André Muzard Koller, entre los años 1909 y 1954, tanto en Chile como en Europa, principalmente Francia. Las fotografías fueron tomadas con una cámara "Vérascope" y en su mayoría retratan escenas de familia y paisajes.

“La donación de esta valiosa colección de fotografías a la Biblioteca Nacional constituye un gesto de generosidad notable por parte de esta familia”, dijo la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, quien agregó que “hay que relevar la labor de cuidado de Pascal Muzard, quien además de resguardar cuidadosamente las frágiles placas de vidrio, las organizó, conservó, digitalizó y documentó, lo que aumenta el valor de las imágenes.

Con este tipo de legados, el patrimonio fotográfico chileno se enriquece cada día más, especialmente cuando podrá estar al acceso de la comunidad a través de las plataformas en línea de la Biblioteca Nacional”, dijo la secretaria de Estado.

Dado su valor documental y patrimonial, las imágenes estarán bajo el cuidado de expertos en la Biblioteca Nacional y serán accesibles al público a través de la plataforma Biblioteca Nacional Digital.

La llegada de la colección fue coordinada por la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dirac) y el Consulado de Chile en Toronto (Canadá), a través de valija diplomática, lo que da cuenta del compromiso permanente de la Cancillería en las acciones de reintegro de patrimonio.

“Esta actividad constituye una línea relevante del trabajo que desarrolla el Ministerio de Relaciones Exteriores para identificar y repatriar bienes culturales, en su más amplio sentido, con el objeto de que se reintegren a nuestro acervo patrimonial nacional”, destacó la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Valdivia.

Asimismo, valoró el trabajo mancomunado entre actores privados e instituciones públicas que participaron para hacer posible la donación, y agregó que “a partir de ahora, contamos con una serie de documentos que permitirán no sólo conocer mejor nuestro pasado y nuestra historia, sino que, además, favorecerá el desarrollo de mayor conocimiento para Chile y sus generaciones futuras”. 

André Muzard, el autor de la colección fotográfica donada por sus descendientes, nació en Santiago de Chile en 1879 y fue hijo de Ernest Muzard y de Cécile Koller.

Durante su vida debió viajar de manera constante a Francia por motivos de negocio, y fue principalmente en esas visitas en que se desarrolló su interés por la fotografía.

La colección da cuenta de una persona para quien la familia era muy importante, siendo el tema que está más presente en sus fotos. Abundan escenas de matrimonios, almuerzos al aire libre, playas de veraneo (Constitución, Zapallar en Chile, Les Petites Dalles en Francia).

Además, hay fotos de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Portugal y Suiza, y hasta de una travesía por el canal de Panamá. Todos lugares que se encontraban en la ruta entre Chile y Francia, según cada viaje.

Por muchos años esta colección permaneció guardada, un poco olvidada, en casa de su hijo Juan Muzard. En 2003 su nieto Pascal Muzard la llevó a Toronto, Canadá, donde reside actualmente. Parte de la colección se encontraba en las bandejas originales del mueble-visor Vérascope. El resto de las fotos estaban en pequeñas cajas de cartón.

Durante el 2017, Pascal Muzard se puso en contacto con el Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional con la idea de donarlas para legar este valioso patrimonio fotográfico a Chile.

Fue así como ordenó y digitalizó las 2.048 placas de vidrio para analizarlas una por una. Esto le permitió crear una base de datos con toda la información pertinente para cada foto: año, lugar, personajes, y cualquier otro dato relevante.

Por tratarse de vidrio, es una colección muy frágil, y que inevitablemente ha sufrido con el tiempo. La emulsión fotográfica también es delicada. Por este motivo, se realizó la conservación en cajas libres de ácido, con las dimensiones que permitieran guardar las fotos en sus bandejas y contenedores originales, por lo que la colección llegó en perfecto estado.

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