Raúl Camargo, director del Festival, destaca que “a partir
de la experiencia de 2020, en donde realizamos un festival completamente online
junto a una serie de actividades culturales, tenemos la ilusión de realizar,
para esta nueva edición, un festival de modalidad mixta presencial y virtual,
que nos permita comenzar a retomar las instancias de encuentro del público con
las películas, por supuesto con la implementación de todas las medidas de
seguridad y prevención, en coordinación con las autoridades correspondientes.
Somos conscientes que la contingencia sanitaria no ha
sido superada, por lo que hacemos un fuerte llamado a cuidarnos entre todos.
Como festival, tenemos una misión con nuestro público, pero también con la
ciudad de Valdivia y con la Región de Los Ríos, queremos reactivar y promover
la actividad cultural y artística, darle un impulso al territorio y a sus
técnicos y profesionales que nos apoyan año a año”.
El Comité de Selección Oficial, integrado por los programadores
Isabel Orellana, Vanja Munjin, Victor Guimarães y el director de FICValdivia,
Raúl Camargo, han seleccionado las primeras cinco películas de un total de 15
obras que serán parte de nuestra Competencia Largometraje
One image, two acts, de Sanaz Sohrabi, estrenada
mundialmente en Rencontres Internationales du Documentaire de Montréal 2020; Taming
the garden, de Salomé Jashi, estrenada mundialmente en Sundance 2021; Que será
del verano, de Ignacio Ceroi, estrenada mundialmente en Berlinale Forum 2021; Ste.
Anne, de Rhayne Vermette, estrenada mundialmente en Berlinale Forum 2021 y
finalmente, Summer, de Vadim Kostrov, estrenada mundialmente en Sheffield
DocFest 2021;
Todas estas películas estarán disponibles de manera
online para todo el territorio nacional, y si las condiciones sanitarias así lo
permiten también serán exhibidas de manera presencial en Valdivia.
Por otra parte, FICValdivia se caracteriza por
vincular lo mejor del cine contemporáneo con la propia historia del cine,
honrando todos los años a una serie de películas y cineastas que a nuestro
entender han sido fundamentales a nivel artístico y político en el devenir de
esta hermosa disciplina.
Este año los homenajes del 28º FICValdivia 2021 partirán con la sección Miradas Cruzadas que busca, rescatar obras que en el momento de su realización permanecieron invisibilizadas por un statu quo estructural, ideológico o productivo.
En razón de ello, se ha programado dos cintas muy
diferentes dirigidas por mujeres y que sufrieron a su modo formas distintas de
invisibilización.
La primera de ellas es The blot, drama social dirigido
por Loise Weber (1879-1939), la primera y única mujer realizadora en el
contexto del cine mudo estadounidense. Weber construyó, entre 1911 y 1935, una
carrera de más de ciento cincuenta películas, la mayoría de ellas cortometrajes
y esta película, producida al margen de los estudios ya establecidos, corresponde
al último tramo de su abundante y hoy desconocida obra.
A partir de un guión de la directora, The blot es la
historia de un empobrecido profesor universitario que educa a los hijos de las
familias más adineradas de la ciudad, entre ellos a un muchacho interesado
afectivamente en la hija del maestro.
La precariedad de la familia y sus urgencias para
subsistir a pesar del sacrificio del padre son abordadas por la directora con
una clara vocación de denuncia.
La segunda es Larga despedida (1971), tercer
largometraje de Kira Muratova (1934-2018), cineasta soviética contemporánea de
Andrei Tarkovsky y que, más tempranamente que él, fue aplastada creativamente
por el aparato represivo del régimen.
Muratova, quien ya había sufrido cuestionamientos y
censura en su primera obra (Nuestro pan de cada día, codirigida en 1965 con
Alexander Murátov) debió soportar la prohibición de Breves encuentros (1967) y
también con su tercera obra.
Larga despedida, se estructura narrativamente de
manera muy libre a partir de la relación entre una madre y su hijo. Las
licencias expresivas que Muratova se tomó en esta película, fueron consideradas
alejadas formal y temáticamente de la estética del realismo socialista y ello
motivó, la prohibición de la cinta hasta 1987 cuando se libera y gana el premio
Fipresci, en el Festival Internacional de Cine de Locarno.
Por otro lado, se exhibirá los trabajos de la libanesa
Jocelyn Saab (1948-2019), que dedicó su vida a más de una expresión artística,
pero fue con su trabajo cinematográfico, preferentemente documental, que abrió
la puerta a la modernización del cine libanés a partir de los años setenta.
Su obra, está marcada por la vocación de registro y
contingencia y desde ahí, observó el desarrollo de las tensiones internas en su
país, marcadas por conflictos bélicos, especialmente, a partir de la guerra
civil en 1975 y la posterior intervención de Israel.
Durante ese proceso, Saab registró vio como su propio
hogar se transformaba en llamas y escombros. Ese mismo fulgor destructivo, la
llevó a desarrollar desde el reportaje de guerra y el documental, desde la
ficción y el video ensayo, una filmografía llena de fuerza, acción, desgarro y
poesía.
Jocelyne Saab es una artista esencial de la cual
ofreceremos una selección representativa de sus más de 40 años de militancia
cinematográfica:
Los títulos que se exhibirán son Les femmes
palestiniennes. Francia, 1974, 16 minutos; Les enfants de la guerre. Francia,
1976, 10 minutos; Beyrouth, jamais plus. Líbano, 1976, 35 minutos; Lettre de
Beyrouth. Líbano, 1978, 52 minutos; Beyrouth, ma ville. Líbano, 1982, 37
minutos; Il était une fois Beyrouth, histoire d'une star. Líbano-Francia, 1994,
100 minutos; Imaginary postcard. Turquía, 2016, 6 minutos.
Este tercer foco, está dedicado a la obra de dos
cineastas colombianos que confluyeron en la manera de entender el cine tanto en
la urgencia identitaria de su formato (8mm o 16mm) como en el sentido político
de su discurso.
Carlos Álvarez (1943-2019) fue una pluma temprana de
la crítica de cine a comienzos de los sesenta y a lo largo de esa década su
vocación se fue ampliando hacia la reflexión en torno a la identidad del nuevo
cine en su país como también hacia la realización de largos y cortos
documentales junto a su compañera Julia Sabogal, quien también está presente en
este foco con su único trabajo como directora.
Tanto Álvarez como Sabogal, fueron parte de una
generación de realizadores que apostaron por la marginalidad como
identificación estética y como especificación de su propia concepción política
compromiso, que les significaría a ambos detención y tortura a mediados de los
años setenta, en medio de la aceleración del conflicto entre las guerrillas y
el Estado durante esa década.
Carlos Álvarez y Julia Sabogal ejemplifican el
compromiso artístico-cinematográfico con la justicia social y la generosidad,
de compartir una obra que hoy no sólo es urgente rescatar, sino que también
restaurar para su preservación futura.
Las obras a exhibir son Asalto, de Carlos Álvarez.
Colombia, 1967, 8 minutos; Colombia 70, de Carlos Álvarez. Colombia, 1970, 5
minutos; Un día yo pregunté, de Julia Sabogal. Colombia, 1970, 8 minutos; ¿Qué
es la democracia? de Carlos Álvarez. Colombia, 1971, 45 minutos; Los hijos del
subdesarrollo, de Carlos Álvarez. Colombia, 1975, 42 minutos.
La cuarta sección trata de cine belga en primera
persona
Aquí se podrán conocer tres cineastas fundamentales en
la historia del cine de ensayo, que son reunidos aquí con dos obras
representativas de cada uno, gracias al apoyo de la Delegación Valonia-Bruselas
en Chile, mostrando tres miradas desde la intimidad de un yo en donde el
desplazamiento es clave, desde el documental a la ficción en el cine de una
veinteañera Chantal Akerman; del lugar
del padre al del hijo en las obras de un Eric Pauwels en plena adultez hasta
las vitales caminatas, las reflexiones y encuentros que allí surgen en la filmografía
de un casi octogenario Boris Lehman.
Chantal Akerman (1950-2015) construyó desde la
constitución identitaria de la mujer, una reflexión sobre la modernidad
femenina en donde la presencia en espacios físicos concretos -muchas veces
desolados y fantasmales- define, también, una voluntad por dar cuenta de una
toma de control al mismo tiempo corporal y sexual.
De Akerman se exhibirán dos de sus primeros
largometrajes, el seminal Je, tu, il, elle, donde la propia directora, encarna
a una mujer que habita un desolado apartamento y los encuentros ocasionales con
parejas fugaces, en los que la directora aborda una manera específica de
abordar el tiempo cinematográfico y su despliegue, en la concepción del plano y
de las escenas.
Esta misma concepción, es llevada sin contemplaciones
en Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1975) -relato minucioso
sobre la cotidianidad de una mujer de clase media que, para financiar su
supervivencia se prostituye ocasionalmente-, que se convertirá en una de las
películas más importantes del cine belga.
En un foco diferente, Eric Pauwels (1953) desarrolló
su acercamiento al audiovisual de la mano del documentalista francés Jean
Rouch, quien lo acercó hacia el cine etnográfico desde donde derivó en su
propia obra, hacia un registro subjetivado donde es su propia mirada, en
primera persona, la que da cuenta de sus observaciones.
Destacan en ese contexto, las dos películas que serán
parte de esta muestra: Lettre d’un cineaste à sa fille (2002), en la que la
hija del realizador lo insta a reflexionar en torno al papel del cineasta como
contador de historias y La deuxième nuit (2016), en donde la agonía de su madre
moribunda hace a Pauwels evocar la relación entre nacimiento y muerte.
En el ámbito netamente experimental, el cine de Boris
Lehman (1944) derivó de la crítica hacia la experimentación en el formato
documental y en él, ha realizado cerca de 40 obras entre cortos y
largometrajes.
De su extensa obra, FICValdivia ha seleccionado dos de
sus películas más recientes para incluir en este foco. En Oublis, regrets et
repentirs, que fue estrenada mundialmente en FICValdivia 2016, el director
registra su propia cotidianidad a lo largo de 24 horas.
En tanto en Une histoire de cheveux (Sibérie) (2020),
Lehman entrecruza la idea de la fragilidad del cuerpo con experiencias límites
como, la de quienes pasaron por los campos de concentración, en una película
que también tendrá a FICValdivia como su primer festival en el mundo, lo cual
nos enorgullece enormemente.
Todas estas películas, estarán disponibles de manera
online para todo el territorio latinoamericano y si las condiciones sanitarias
así lo permiten, también serán exhibidas de manera presencial en Valdivia.
El Festival Internacional de Cine de Valdivia es
fundado y organizado por la Universidad Austral de Chile; producido por el Centro Cultural de Promoción Cinematográfica
de Valdivia; invita la Ilustre Municipalidad de Valdivia, el Gobierno Regional
de Los Ríos y Codeproval.
Este festival es financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual y el Programa Otras Instituciones Colaboradoras del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y el aliado principal Direct TV y el auspiciador oficial es BancoEstado.
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