Lo anterior en virtud de su Valor Universal
Excepcional al corresponder a un ejemplo sobresaliente de la interacción de un
grupo de cazadores-recolectores marinos con uno de los ambientes más secos del
mundo y ser un testimonio único de la compleja espiritualidad de una tradición
cultural ya desaparecida -la Cultura Chinchorro- expresada a través de los
cementerios en los que se encuentran cuerpos momificados natural y
artificialmente.
La ministra de las Culturas, las Artes y el
Patrimonio, Consuelo Valdés, celebró este importante hito: “Esta es una gran
noticia para Chile, es un reconocimiento al esfuerzo sostenido del Estado, de
la Universidad de Tarapacá y de muchos actores locales, y constituye también un
aliciente para continuar trabajando para la proyección de este patrimonio
cultural milenario y magnífico.
Esta declaratoria aporta una tipología poco
representada en la Lista de Patrimonio Mundial, correspondiente a culturas de
cazadores recolectores tempranos que dan cuenta de la excepcional adaptación de
los seres humanos a medioambientes extremos, a la par que exponen la compleja
cosmovisión de estas culturas y su relación con la muerte”.
Reconocemos el esfuerzo de nuestros investigadores y
de sus equipos, así como el esfuerzo de las instituciones regionales y
nacionales, que han apostado por potenciar a la cultura Chinchorro.
En esta magnífica ocasión reiteramos nuestro total
compromiso con el rescate, conservación y puesta en valor permanente de nuestra
milenaria cultura, que hoy saluda a la humanidad toda”.
De esta forma, Chile consigue el séptimo
reconocimiento de parte de UNESCO como parte de la Lista de Patrimonio Mundial,
el máximo grado de protección patrimonial debido a su “valor universal
excepcional”, sumándose así a los sitios Oficinas salitreras Humberstone y
Santa Laura; el Parque Nacional Rapa Nui; las Iglesias de Chiloé; Campamento
Sewell; Área histórica de la ciudad-puerto de Valparaíso; y a Qhapaq
Ñan-Sistema Vial Andino.
Los asentamientos de la Cultura Chinchorro nominados
como Sitio de Patrimonio Mundial son tres: Faldeos del Morro (1) y el Museo
Colón 10 (2), los que se encuentran en el entorno urbano de Arica y destacan
por ser los cementerios más importantes y representativos de la tradición
funeraria Chinchorro- y se suma la desembocadura del río Camarones (3), ubicado
en la zona rural de la comuna de Camarones, donde es posible encontrar
distintos vestigios de esta cultura, tantos funerarios como habitacionales, los
que se conservan en un ambiente y paisaje similar a la época que lo habitaron.
Junto a la elaboración del expediente, Chile fue
avanzando en otros pasos clave para la protección del bien y la nominación ante
UNESCO y que fueron enviados y considerados por el Comité de Patrimonio Mundial
para su decisión.
Es así como en 2019 se conformó la Corporación
Chinchorro Marka, que agrupa a la UTA y a las corporaciones culturales de los
municipios de Arica y Camarones, contando con el apoyo del Ministerio de las
Culturas. Dicha corporación estará a cargo de administrar la gestión de los
asentamientos arqueológicos de la Cultura Chinchorro y ya redactó un Plan de
Manejo para proteger y preservar el Sitio.
Entre diciembre de 2020 y febrero de 2021 se llevaron
a cabo a cabo diferentes instancias de evaluación por parte de UNESCO, entre
las que se contó una misión del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de
UNESCO (ICOMOS) para conocer en terreno las condiciones de autenticidad,
integridad y gestión de estos vestigios arqueológicos.
Asimismo, parte de los bienes postulados son propiedad
del Estado de Chile y ya cuentan con la máxima protección patrimonial que
otorga el país en la categoría Monumento Arqueológico reconocida en la Ley
17.288 de Monumentos Nacionales.
Desde las comunidades de Arica y Camarones, sus ediles
destacaron la importancia de esta nominación para el desarrollo comunal y el
resguardo de estos tesoros arqueológicos.
Gerardo Espíndola, alcalde de Arica subrayó: “Para
nosotros como ariqueños es clave contar con este reconocimiento de este valor
material que tenemos hoy día de la Cultura Chinchorro, no solo de su proceso de
momificación, sino que el valor que ha significado para quienes vivimos en
nuestro territorio y cómo este pueblo logra trascender para nuestro país, pero
sobre todo para el mundo, a través de este reconocimiento que entrega la
UNESCO”.
El edil de la comuna de Camarones Cristian Zavala
señaló que “nos encontramos en un momento histórico con mucha relevancia para
nuestra región y para nuestro Chile. Esta nominación de la Cultura Chinchorrro,
del sistema de momificación más antiguo del mundo, es fundamental para el
desarrollo de cultural de nuestras localidades”.
La Cultura Chinchorro se desarrolló hace más de 7 mil
años por cazadores recolectores marinos que se asentaron y habitaron en la
costa del desierto de Atacama, el más árido del mundo, aprovechando los
abundantes recursos marinos que proporciona la corriente de Humboldt. Esta
profusión de materias primas les permitió generar asentamientos semipermanentes
en las desembocaduras de los escasos ríos y quebradas de la zona, con una tecnología
marítima especializada, cuyas frágiles evidencias se han podido preservar
gracias a las excepcionales condiciones climáticas del norte de Chile.
El Subsecretario del Patrimonio Cultural, Emilio De la Cerda, -quien actúa como punto focal ante UNESCO en estas materias- destacó en su intervención durante la sesión del Comité que estos tres componentes incluyen la evidencia arqueológica conocida más antigua del mundo de momificación artificial de cuerpos.
En los cementerios chinchorro hay cuerpos momificados debido al medio ambiente y a la momificación humana artificial. Esto último es notable debido a la antigüedad y la técnica, pues los Chinchorro fueron innovadores en cuanto a la momificación artificial.
Con el tiempo
perfeccionaron prácticas mortuorias complejas, para crear momias “artificiales”
que poseían cualidades materiales, escultóricas y estéticas que presumiblemente
reflejaban el papel fundamental de los muertos en su sociedad.
Por las evidencias del lugar de entierro, a pocos centímetros de la superficie, y cerca o en los lugares en que vivían, y por el desgaste y reparaciones que presentan, los especialistas plantean que estas momias seguían formando parte de la vida comunitaria o familiar de los Chinchorro, en que eran desenterradas para ciertas ocasiones y posteriormente vueltas a sepultar. Este proceso de momificación es más antiguo que el de las momias egipcias.
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