Parece lo que realizaría a diario una persona
cualquiera, salvo que la historia representada en una cuidada animación
stop-motion, está inspirada en uno de los personajes más complejos y siniestros
de la dictadura chilena, Ingrid Olderock, mayor de Carabineros y ex agente
de la DINA en la década los ‘70.
Sus labores las ejerció, principalmente, en el lugar
de torturas llamado La venda sexy, tristemente célebre por utilizar animales en
vejaciones a los derechos humanos.
Es esta historia inspirada en hechos reales, la que
desarrolla el corto animado, Bestia. A través de un trabajo detallado de
cada uno de los elementos fabricados para dar vida a la sucesión de pequeños
hitos cotidianos, la inexpresiva protagonista, vive su día y de a poco mostrará
la relación con su perro, su cuerpo, las personas y sus miedos.
“... trata a su perro como un humano y a los humanos
que tortura como bestias” alude Variety en una descripción de la
protagonista de este cortometraje que es parte de la selección oficial
del Festival Chilemonos (8 al 25 de julio) y que competirá junto a
otras 20 realizaciones en la categoría Cortometrajes Latinoamericanos.
Para Hugo Covarrubias “Bestia expresa, a
través de un personaje con muchas aristas, el producto en carne de una sociedad
macabra” y agrega: “en su cotidiano, nos introducimos en su mente y exploramos
los miedos, frustraciones, sueños y delirios de este complejo personaje de piel
de porcelana que pronto se verá resquebrajada, guardando en sus grietas su vida
al servicio de la dictadura”.
Bestia es el tercer trabajo de Hugo Covarrubias como director y el primero que incluye a Martín Erazo (La Patogallina) como coguionista. Los anteriores fueron El Almohadón de plumas (2007) y La Noche boca arriba (2013), ambos adaptaciones que ofrecieron luces de una línea escalofriante que continuaría con Bestia, su último trabajo audiovisual.
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