viernes, 8 de febrero de 2019

Paulo Brunetti presenta su primer cortometraje en CINELEBU


Hace 18 años, en 2001, el actor argentino Paulo Brunetti recibió un libro que le cambió la vida: “Nadar de Noche”, escrito una década antes por el reconocido escritor trasandino Juan Forn, obra que está compuesta por ocho cuentos, pero donde el último lo dejó con cierta obsesión por llevarlo a la pantalla.

Luego de años pensándolo, el sueño se hizo realidad, y tuvo como fruto su primer cortometraje homónimo, protagonizada por él mismo y por José Secall.

Con una duración de 20 minutos, se presentó a la 19ª versión del Festival Internacional de Cine de Lebu, CINELEBU, a desarrollarse en Lebu, Cañete y Concepción entre el 15 y el 21 de febrero, donde quedó clasificado para la competencia de Ficción Regional.

“El libro me lo regaló mi maestro y me gustó mucho, siempre le puse imágenes en mi cabeza” confiesa Brunetti.

“Siempre venía a mi recuerdo el último cuento y la segunda vez que me tocó trabajar con Pepe Secall, quise que actuara y luego se fueron abriendo los caminos para realizarlo”, agrega.

La historia se desarrolla en Panguipulli y Rapel, y según Brunetti “la idea es que este corto sea la antesala de un largometraje que ya se está empezando a escribir, una especie de ejercicio para luego hacer una película más larga”.

El cortometraje, tiene como eje central la conversación de un padre con su hijo.

“Es un corto donde queremos movilizar a la gente; a mí me emociona la persona mayor, la relación que podemos tener con las personas mayores, porque respeto la historia, la sabiduría y lo que uno aprende, además de lo que nos deja”, indica el actor-director.

Sobre lo que sucede en la conversación, el autor señala que “no quiero contar lo que le pasa al padre para no dar el secreto que tiene el corto, pero puedo adelantar que es una conversación muy linda y los lugares donde la hemos mostrado tiene como denominador común que encuentran muy emotivo el tener una conversación así con el padre”.

Finalmente, “Nadar de Noche”, es una metáfora de lo que pasa, y si cuento el por qué, cuento lo que le pasa al padre, y quiero dar la sorpresa al público”.

Para definir el cortometraje, Brunetti es enfático en decir que “es un corto emotivo, un trabajo que me sigue emocionando, y es muy emocionante haberle puesto por fin las imágenes a esas palabras que me daban vuelta en la cabeza”.

Sobre la invitación a ver el cortometraje, Brunetti sostiene que “uno cuando invita al cine es para emocionarse, y yo cuando hablo de emocionarse no es que caiga una lagrima, sino que reírse es emocionarse también. La invitación es a pasar un buen rato y si hay una pequeña frase del corto que te toque, que te sienta identificado, que te prepare para algo, el objetivo está cumplido, y creo que es emoción, emoción pura, y hay que dejarse llevar por la historia”.


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