jueves, 21 de febrero de 2019

La Patria de cristal: comprendiendo el Chile que somos


Uno de los vacíos que deja la historia oficial de los países, es no poder contar la cotidianeidad de los personajes históricos, no poder mostrarlos despojados de los bronces y pedestales que siempre ocultan su dimensión de carne y hueso y, además, no pueden constatar por sí mismo los hechos que estudian, porque no pudieron estar allí, no los vivieron o no los presenciaron y para sus estudios siempre han dependido de los testimonios que escribieron otros.

¿Cómo fueron sus vidas? ¿Cuáles fueron sus pasiones, miedos, debilidades? ¿De qué manera sus acciones modelaron el destino de Chile en un siglo clave para la historia de nuestro país, en un siglo donde el amor y la muerte fueron los grandes temas?

Son algunas de las respuestas que intenta dar Elizabeth Subercaseaux en su novela “La Patria de Cristal”, publicada por Editorial Catalonia al hacer un recorrido por la historia de Chile, desde su Independencia hasta la muerte del presidente José Miguel Balmaceda en 1891.

En este libro, el relato nos va mostrando a los protagonistas, aristócratas coloniales, héroes, próceres, aventureros a través de las vidas de los diferentes integrantes de una misma familia, narrando hechos y mostrando a los personajes tal cual ocurrieron, contados a través de la vida de sus próceres y que se muestran como los seres humanos que eran, es decir, con sus luces y sombras.

En este libro, la autora consigue que el lector conozca más que al personaje histórico, a las personas que existieron con un relato íntimo, revelador y apasionante que se mezcla con uno de los tiempos más importantes de la historia chilena como fue el de la construcción de la identidad y la institucionalidad chilena.
 
El carácter tímido y depresivo de O’Higgins; Portales transgresor acérrimo, de hablar grosero y vulgar; Andrés Bello sabio y algo mujeriego; Javiera Carrera matrona, líder oculta de la revolución independentista son entre muchos otros, los perfiles que la autora reconstruye a partir de una exhaustiva investigación de más de cuatro años.

¿Por qué pone al cristal como nombre de la novela? Porque señala lo frágil y delicada que fue la patria cuando dio sus primeros pasos luego de la Independencia y a la transparencia de un relato, que consigue eliminar sutilmente esa opacidad propia de nuestra historiografía más tradicional y que no puede (o no quiere mostrar las debilidades de los héroes).

En la narración, con un lenguaje ameno y trasparente, se muestra a un mundo donde las pasiones que desata la lucha por el poder, se unen a los adulterios y amoríos realizados en la sombra de los enormes caserones señoriales del siglo XIX.

Elizabeth Subercaseaux pone como hilo conductor, la historia de una familia con la que nos relata los hechos más importantes del período en nuestro país.

A través de la familia de Beatriz de Toro y Zambrano, mujer de carácter fuerte que, a pesar de ser de una familia perteneciente a la aristocracia chilena, es enemiga de la esclavitud y será a través de ella, que conoceremos a los personajes más importantes de la Historia de este periodo en Chile porque ella representa a una época, en que las mujeres aun cuando están relegadas al interior de las casas y aparentemente no tienen ningún poder, son ellas las que sostienen el orden familiar ya que traman, tejen, urden y atan las historias de las familias y los destinos de los personajes, aunque eso las lleve a la destrucción.

En aquella época, Chile no era más que un pequeño país perteneciente al reinado de España, forjado por criollos cuyas familias llevan ya muchos años en el país lo que hace que poco a poco, entre la juventud de estas familias, surja un fuerte deseo de independizarse de la Corona española.

El regreso del joven Bernardo O’Higgins desde Europa, lugar al que su Padre lo había enviado a estudiar, comienza a traer los aires de cambios en el país. Los hermanos Carrera, comandados por Javiera, Manuel Rodríguez, etc., serán parte fundamental de esta etapa, en la que además de enfrentarse con los españoles, tendrán duros enfrentamientos entre ellos. O’Higgins, por un lado, y los Carrera y Rodríguez por otro, ya que estos lo menosprecian, quien para ellos es "El huacho".

El relato, permite al lector conversar con hechos del ámbito público y con la vida privada de una familia que se entreteje con el desarrollo social de Chile. Además, de conocer pasajes desconocidos de la historia nacional, podrá ver a esos “héroes” como personas de carne y hueso, apasionados, enamorados, débiles y asustados, como un personaje más de cualquier novela.

La autora nos muestra los conflictos entre los distintos personajes, traiciones, en algunos casos por ansias de poder y en otros, solo por buscar un bien mayor pudiendo el lector, leer cuales eran los puntos de vista de cada uno y así tener una idea de sus motivaciones y la trama logra exponer, la idiosincrasia del país, la esclavitud, la diferencia de clases y la discriminación, muchos temas que hoy en día siguen vigentes y que nos permiten entender un poco como hemos llegado a ser el país que somos.

También, el lector será testigo de las grandes batallas que libraron nuestros héroes emocionándose con el valor y la entrega que tuvieron hacia su país, dando la vida en muchos casos en favor de la causa.

Todo, bajo la sombra de un cóndor que simboliza la muerte y que cada cierto tiempo sobrevuela los paisajes de Chile del siglo XIX.


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