Hace un tiempo, LOM Ediciones publicó el tercer volumen de
la biografía de León Trotsky escrita por el historiador Isaac Deutscher que
cubre los últimos doce años de la vida de este personaje que está
indisolublemente unido a la historia de la Revolución Rusa.
Lev Davidovich Bronstein, conocido también como Trotsky nació
el 7 de noviembre de 1879 en Yákovka (Ucrania) en el seno de una
familia de judíos rusos, y falleció el 21 de agosto de 1940 en ciudad de
México.
Era una persona inteligente, intelectualmente muy sólido y
escrupulosamente honesto en su pensamiento intelectual y su manera de proceder
en la política. Dio muestra de considerables talentos organizativos al frente
del Ejército Rojo, y fue también un pensador profundo, cuyo pensamiento ha
tenido una influencia enorme al punto que ciertas partes de este, han sido tan
asimiladas en la vida cotidiana que pocos conocen su origen.
Trotski se convirtió,
según palabras de A. J. P. Taylor, “en un personaje arrogante, culto, excelente
escritor, orador fulgurante, siendo el mejor líder que la revolución haya producido”.
Fue detenido varias veces y desterrado a Siberia; pero consiguió huir de allí en 1902 y se unió en Londres a Lenin, que ya aparecía como jefe de la oposición socialdemócrata en el exilio y aunque discrepaba de su concepción autoritaria del partido, colaboró con él e intentó en vano reconciliar a la facción que dirigía (los bolcheviques) con la facción rival de la socialdemocracia rusa (los mencheviques).
Regresó a Rusia para participar en la Revolución de 1905 (en
la cual organizó el primer soviet o consejo revolucionario). Al fracasar
la revolución, fue deportado otra vez a Siberia y nuevamente se escapó (1906).
Tras recorrer medio mundo entrando en contacto con los focos de conspiradores
revolucionarios, se trasladó a Rusia en cuanto estalló la Revolución de febrero
de 1917 que derrocó al zar Nicolás II.
Aunque Lenin ocupó el poder, Trotski desempeñó un
papel crucial en el gobierno soviético hasta la muerte de aquél. Como primer
comisario de Asuntos Exteriores de la
Rusia bolchevique (1917-18), negoció con los alemanes la Paz de Brest-Litovsk, que
retiró al país de la Primera Guerra Mundial.
Luego fue comisario de Guerra (1918-25), cargo desde el cual
organizó el Ejército Rojo en condiciones muy difíciles y derrotó en una larga
guerra civil a los llamados
ejércitos blancos (contrarrevolucionarios) y a sus aliados
occidentales (1918-20). Su labor fue, por tanto, crucial para la supervivencia
del primer Estado comunista del mundo.y fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja.
Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente
a Iósif Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le causó el
exilio.
En su exilio de la Unión Soviética, fue el líder de un
movimiento internacional de izquierda revolucionaria identificado con el nombre
de trotskismo y caracterizado por la idea de la “revolución permanente”.
El desarrollo del libro de Deutscher, muestra la
consolidación del régimen stalinista en la URSS y el enfrentamiento entre Stalin y Trosky
por instaurar una versión del comunismo.
Básicamente, la revolución permanente y la
internacionalización de la misma, son sus planteamientos. Trotsky justifica el
paso de la revolución de febrero a la de octubre sin solución de continuidad
(primer pilar), las transformaciones sociales como profundización permanente en
todos los ámbitos hacia el socialismo (segundo pilar), de forma paulatina pero
sin descanso. Por ello, se opone a la Nueva Política Económica y defiende el comunismo
de guerra. Defiende la globalización de los sistemas económicos porque el
capitalismo sobrepasa todas las fronteras. La revolución, debe extenderse a los
eslabones fuertes y débiles del capitalismo.
Trotsky veía al estalinismo como una doctrina que apoyaba la
construcción del socialismo en un solo país, y sostenía que éste representaba
la visión de un grupo social emergente en la Unión Soviética.
Según el artículo “Las ideas de Trotsky hoy en día,
publicado en el blog del Centro de estudios, investigaciones y publicaciones
León Trotsky “El hecho de que analizara los eventos políticos, la economía
política de la época o la sociología de la revolución, lo convirtió
probablemente en el pensador de izquierda más importante del siglo XX.”
En este volumen, Deutscher se ocupa más bien de la vida
privada de Trotsky porque su vida familiar fue inseparable de sus avatares
políticos. El relato está construido sobre la correspondencia que el pensador
ruso tuvo con su esposa y sus hijos, archivo que el mismo Trotsky traspasó en
vida a la Universidad
de Harvard.
Además, Deutscher, en el libro, analiza hechos como la
industrialización y colectivización de la URSS, las grandes purgas políticas, el colapso
del movimiento obrero alemán y europeo por el surgimiento del nazismo que le da
al relato una contextualización histórica.
Este relato muestra el drama íntimo, personal y familiar que
vivió Trotsky tras su expulsión de la
URSS ya que se revela que era continuamente vigilado por sus
enemigos políticos llegando incluso a presionar a los países a donde llegaba,
para que no fuera aceptado como refugiado político.
En la ciudad de México, fue amigo del pintor mexicano Diego
Rivera y de Frida Kahlo viviendo en un palacete, defendido y guardado como
fortaleza, con guardaespaldas armados. Sin
embargo, eso no impidió que el agente soviético Kótov, que desde México dirigía
las operaciones contra Trotski, le ordenara al español Ramón Mercader, que
había logrado infiltrarse en la casa como amigo de una de las secretarias, que
acabara con Trosky.
Mercader lo atacó el 20 de agosto de 1940 con un piolet, que
hundió en su cabeza; pero éste pudo reaccionar y pidió ayuda. Trotski falleció
el día siguiente. Mercader permaneció en la cárcel en México durante 20
años.
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