En ellos, Ana se encuentra sentada sobre su cama, peinando su larga cabellera, la secuencia muestra gestos cotidianos, de autocuidado, en un entorno íntimo que la cobija.
Cuatro miembros de su familia fueron detenidos, torturados y luego desaparecidos por la dictadura civil militar en 1976. Josch, había visto cientos de imágenes de prensa de sus luchas y búsquedas, pero jamás un retrato con esa potencia de vida, ternura y cariño.
Mariela le comentó que “se peinaba todos los días pensando en Manuel, su compañero, esperando encontrarlo y que aquellos momentos le daban el coraje para seguir la lucha”.
Mariela Rivera además de fotógrafa es profesora de biodanza, algo que también se plasma en su obra, ya que toma fotografías sintiéndolas en su cuerpo, pues para ella todo vuelve siempre a pasar por el corazón.
En sus recorridos por comunidades, poblaciones o en sus relaciones humanas, la artista ha ido construyendo un archivo valioso que visibiliza acontecimientos sociales y políticos de Chile. Mariela comenzó a fotografiar en los años 80 con una cámara prestada, pero gran parte de su archivo se concentra en los últimos 30 años en Chile.
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