jueves, 12 de mayo de 2022

Instalación lumínica aborda la revuelta social con un tono sensible

 Una estructura de más de tres metros de altura aloja “Luces de la revuelta”, una Instalación lumínica-documental que busca evidenciar los hechos vividos durante la revuelta de octubre de 2019, centrándose en las mutilaciones oculares.

Por medio de una serie fotográfica expuesta a través de mirillas ubicadas en las murallas de la estructura, se pueden observar 24 imágenes que evidencian momentos del estallido social tomadas por Diego Reyes.

Estos orificios se mezclan con cientos de otros agujeros que representan las trayectorias de los proyectiles disparados por Carabineros por medio de haces lumínicos programados digitalmente para generar una experiencia inmersiva.

La intervención arquitectónica busca generar un espacio de introspección y análisis personal y colectivo, mediante el uso de la luz, proyecciones y fotografías como elementos que provocan un cambio en la ciudad, reproduciendo de forma sencilla y respetuosa las lesiones oculares ocurridas durante los cuatro primeros meses del estallido social.

Esta instalación urbana propone dos experiencias artísticas culturales: una desde su exterior y otra desde su interior. 

Por fuera, la estructura es de líneas simples, rectas y ordenadas. En contraposición, la experiencia interior posee una materialidad irregular, fría y no reconocida.

Acercándose a los agujeros de 15mm cada uno, se podrán observar imágenes de los sucesos ocurridos y una atmósfera sonora con audio descripciones para cada fotografía, proceso en el que trabajó además Lorenzo Morales, persona ciega que ayudó a hacer de este proyecto una experiencia inclusiva y respetuosa.

La muestra busca inducir a una reflexión sobre las mutilaciones oculares producidas por parte del Estado de Chile y poner en valor la memoria y la importancia de los derechos fundamentales de todo ser humano.

Durante el recorrido por el pabellón metálico de 12 metros de largo, “se pueden observar diversos detalles que evocan este momento por medio de las luces, la textura de los materiales, el tamaño de la estructura y las fotografías que uno encuentra dentro de este espacio sinuoso”, explica Macarena  Henríquez, fundadora del taller Kunhek.

Matías Segura, integrante del colectivo, asegura que "la estructura intenta reflejar una grieta, una división, que ocurre desde la revuelta social en Chile y que aborda específicamente los traumas oculares y trayectorias de balas, que afectaron a más de 400 personas. 

Tratamos de resignificarlo desde un tono más sensible para darle dignidad a las y los afectados".

La instalación se puede visitar durante todo el día de forma gratuita, sin embargo, cuando oscurece, se transforma en una experiencia llena de luz.

 11 al 29 Mayo: Plaza Zócalo. Gratis, por orden de llegada. Lu a Do – 9 a 22 h. 

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