En la década pasada, más de 800 periodistas fueron
asesinados por reportar noticias y llevar información a la opinión pública: un
promedio de una muerte por semana. En nueve de cada diez casos, los asesinos
permanecen impunes.
La impunidad da lugar a más asesinatos, y es a menudo
síntoma de conflictos cada vez más agudos y del colapso de la ley y los
sistemas judiciales. La UNESCO
ve con preocupación la impunidad, que daña a la sociedad entera y encubre
abusos, corrupción y crímenes. Por eso exhorta a los gobiernos, a la sociedad
civil, a los medios de comunicación y a todos quienes se preocupan por mantener
el Estado de Derecho a aunar esfuerzos para poner fin a esta situación.
Consciente de las graves consecuencias de la impunidad,
especialmente por lo que respecta a los crímenes contra periodistas, la Asamblea General
de las Naciones Unidas adoptó la A/RES/68/163
en su 68ª sesión en 2013, la cual proclamaba el 2 de noviembre ‘Día
Internacional para poner Fin a la
Impunidad de los Crímenes contra Periodistas’.
En la resolución se instaba a los Estados Miembros a
implementar medidas firmes para luchar contra la actual tendencia a la
impunidad. Tal fecha se escogió en conmemoración del asesinato de dos
periodistas franceses en Mali, el 2 de noviembre de 2013.
En los últimos 10 años, han muerto asesinados más de 800
periodistas y profesionales de los medios, que en su mayoría no eran
corresponsales de guerra.
Los grupos de crimen
organizado, la milicia, personal de seguridad y hasta la policía local suelen
atacar a los profesionales de los medios en situaciones que no son de
conflicto, lo que hace de los periodistas locales un grupo vulnerable. Los
ataques incluyen asesinato, secuestro, acoso, intimidación y arresto y
detención ilegal.
En su mayoría, estas agresiones no se han investigado y
permanecen impunes. Esta impunidad alimenta el ciclo de violencia contra los
periodistas, profesionales de los medios y periodistas ciudadanos. La
autocensura que deriva de ello priva a la sociedad de información y trae
consecuencias negativas adicionales a la libertad de prensa.
Aunque la gran mayoría de los ataques mortales contra
periodistas y profesionales de los medios permanecen impunes, la UNESCO ha observado un
aumento en el número de Estados que muestran más voluntad de dar seguimiento a
estos crímenes e informar sobre ellos
Esta señal alentadora coincide con el momento en que la UNESCO y sus socios se
preparan para celebrar, el 2 de noviembre, el Día Internacional para Poner Fin
a la Impunidad
de los Crímenes contra Periodistas y procede del Informe de la Directora General
sobre la seguridad de los periodistas y el peligro de la impunidad que se
presentará el 17 de noviembre a los miembros del Consejo Intergubernamental del
Programa Internacional de Desarrollo de la Comunicación
(PIDC).
Este informe, que se publica cada dos años desde 2008,
destaca que menos de uno de cada diez asesinatos de periodistas se resuelve por
la vía judicial. Esto, según la información facilitada por los Estados que han
respondido a los pedidos de información de la Directora General
sobre el seguimiento judicial que se da a estos casos.
En el informe de este año 40 de los 62 países en los que se
produjeron asesinatos de periodistas debidos a su profesión, han respondido a
los pedidos de información de la Directora General. En 2014, fecha del informe
anterior, sólo 16 de los 59 países implicados habían informado.
Desde 2006, la Directora General de la UNESCO ha recibido información
cumulativa de 59 Estados relativa a 402 asesinatos, menos de la mitad de
los 827 que se produjeron en el último decenio. Sin embargo, solo 63 de
los 402 casos se han resuelto, lo que representa 16% de los casos de los que se
tiene información y sólo 8% de los asesinatos condenados por la UNESCO.
Dado que 92% de los incidentes en los que se usó la
violencia para amordazar la libertad de expresión y privar al público de su
derecho a recibir información permanecen impunes, el resultado es que se alienta
a los criminales a que continúen asesinando.
La UNESCO
ha pedido en repetidas ocasiones a sus Estados Miembros que no ahorren
esfuerzos en la persecución de quienes asesinan a periodistas. El incremento en
las respuestas de estos mismos Estados Miembros y la toma de medidas judiciales
contra los implicados en esos asesinatos que se observa en 2015 muestra que se
está prestando cada vez mayor atención a estos pedidos de la UNESCO y de las Naciones
Unidas en su conjunto.
La UNESCO
promueve activamente la seguridad de todos los periodistas y considera que
tienen derecho a trabajar exentos de cualquier amenaza de violencia y a
garantizar el derecho de libertad de expresión de todos.
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