El domingo 10 de noviembre finalizó la 33ª versión de la Feria Internacional
del Libro de Santiago (FILSA) con un balance más que positivo en ventas y
número de público ya que más de 300 mil perosnas visitaron la Feria durante 17 días
ininterrumpidos
de actividades.
de actividades.
Junto con la presencia de autores extranjeros y nacionales, hubo
una agenda cultural orientada a motivar al público hacia la lectura a través de
actividades tan diversas como talleres, conversatorios, teatro y música.
Arturo Infante, Presidente de la Cámara Chilena del
Libro, expresó que “ha sido la mejor feria que hemos tenido en estos 33 años,
cumpliéndose todas las expectativas y sew confirmó que tener al lector como
gran invitado, fue todo un acierto”.
"Más de 25 mil personas que no habían venido asistieron
este año, llegando a sobrepasar los 300 mil visitantes, lo que confirma a la
feria como el evento cultural más importante de Chile. Además, se incluyeron a más
de 600 actividades durante 17 días
ininterrumpidos, y se logro contactar al
público con más de 30 escritores extranjeros de primer nivel y con más de 250
escritores chilenos haciendo que el público repletara las actividades y se
llevaran casi todos los libros, dejando sin stock, por ejemplo, al stand de las
ediciones independientes argentinas”, agregó Infante.
En ese sentido, varias de las editoriales y librerías
presentes este año reportaron un importante incremento en sus ventas producto
de las ofertas y también de los lanzamientos que muchos escritores hicieron en
el contexto de FILSA. Pablo Simonetti,
Alejandra Costamagna, Pedro Lemebel, Óscar Hahn, Alejandra Matus, Raúl Sohr,
Rafael Gumucio y María Olivia Monckeberg, fueron algunos de los autores
chilenos más demandados en sus presentaciones y firmas.
Ildelfonso Falcones, Alonso Salazar, Santiago Posteguillo,
Juan Sasturaín, Juan Villoro, Ricardo Piglia, Javier Moro, Jon Lee Anderson,
Leila Guerriero y Francisco Goldman, también acapararon la atención de quienes
asitieron masivamente a sus actividades, entre ellas varios conversatorios como
los del ciclo "Diálogos Latinoamericanos”, organizados junto al Consejo
Nacional de la Cultura
y las Artes.
Este año FILSA tuvo un giro en su propuesta programática al
designar al lector como "invitado de honor” en vez de un país como era la
costumbre.
Eso significó replantearse por completo los espacios de la feria
para hacerlos más acogedores, en la modulación de los 160 stands dispuestos en la Estación Mapocho
además, de sumar espacios como el "Foro de la Palabra”, para las
presentaciones literarias más importantes, y el Pabellón Infantil y Juvenil,
con más de mil metros cuadrados y donde tuvieron lugar espectáculos infantiles
y talleres de fomento a la lectura.
"Todos los espacios nuevos fueron un éxito; el pabellón
infantil que estuvo lleno de niños pintando, escuchando cuentos y viendo obras
de teatro; el Foro de la
Palabra y el sector de
las editoriales independientes que estuvo pleno de gente casi todos los días”,
explicó el Presidente de la
Cámara Chilena del Libro.
Además hubo conversatorios sobre gastronomía y fútbol, un
ciclo de cine chileno y español, exposiciones fotográficas, y recitales
musicales a cargo de artistas tan variados como Manuel García, Javiera Mena,
Inti-Illimani histórico, Los Jaivas, Álex Anwandter y el cantautor argentino
Kevin Johansen en una presentación conjunta con el ilustrador Alberto Montt.
En FILSA también se realizó las Jornadas Profesionales y de
Educación, la entrega de la
Medalla Colibrí, de los Premios a la Edición y del Premio
Iberoamericano de Literatura José Donoso a Pedro Lemebel.
También fue sede del III Encuentro Iberoamericano de
Directores de Ferias, donde participaron representantes de Argentina, Brasil,
Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Uruguay, España, del
Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe
(CERLALC), y del Grupo Interamericano de Editores.
El programa cultural llegó a su fin con la presentación de
la obra teatral "Víctor sin Víctor Jara”.