La exposición consta de dos partes. Una de ellas dedicada a la editorial Quimantú y a sus principales publicaciones en la Sala Premio Nobel.
La segunda, que se exhibe en la Galería de Cristal, es la la
muestra “La felicidad de Chile comienza por los niños”, centrada en el rol de
la gráfica en la visibilización de nuevas imágenes de la infancia chilena entre
1970 y 1973, además de su papel en la difusión de políticas públicas que
buscaban mejorar su situación.
La importancia de esta empresa editorial y
su impacto en la cultural del país llevó a la Biblioteca Nacional a realizar la
exposición llamada "Quimantú: 50 años de la revolución de los
libros", realizada por la editora e investigadora, María Isabel Molina.
En el sitio Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional. se explica que "el nombre del proyecto editorial surgió
gracias a "Luz María Hurtado quien (…) encontró en un libro del padre
Félix José de Augusta (1860-1935) las voces Kim y antú, que
juntas significaban 'sol del saber'" en mapudungun (Molina, p. 33), tras
ser consideradas distintas denominaciones para la editora, como "Gran
Editorial del Estado", "Camilo Henríquez" o "Editorial
Estatal".
La exhibición se centra en el trabajo de afichistas chilenos como Vicente y Antonio Larrea, Luis Albornoz, Waldo González y Mario Quiroz, además de publicaciones infantiles de Quimantú como La Firme y Cabrochico, fotografías de Armindo Cardoso, y publicidades y registros musicales de la época, piezas todas ellas pertenecientes a las colecciones de la Biblioteca Nacional.
En la inauguración Soledad Abarca de la
Fuente, directora de la Biblioteca Nacional de Chile, expresó que “el 12 de
febrero de 1971 se firmó el convenio por el cual el Estado compró la editorial
Zig - Zag, la que se encontraba sumida en conflictos laborales y deudas.
La información fue dada a conocer al día siguiente en la prensa y el presidente Salvador Allende explicó la importancia de este hito cultural.
"La firma del convenio que hace al Estado chileno, a través de la Corporación de Fomento de la Producción, dueño de una parte sustancial de los activos de la empresa Zig - Zag y de algunas marcas de revistas, abre un nuevo capítulo en la evolución de la industria editorial chilena.En efecto, esta importante adquisición n la Biblioteca Nacional de
equipos y locales será la base para la Editorial del Estado".
Ese fue el punto de partida de lo que
sería una de las empresas culturales más importantes y significativas de
nuestra historia, la Editorial Quimantú”.
“Luego del Golpe de Estado de 1973, la
editorial fue cerrada e intervenida por los efectivos militares, sus libros
destruidos y en ese contexto el rol de la Biblioteca Nacional como depositario
y luego de resguardo de la colección completa de las publicaciones de la
Editorial Quimantú, ha sido fundamental para preservar la memoria chilena de un
periodo tan especial de nuestra historia", añadió Soledad Abarca.
Desde 1971 a 1973 la editorial se transformó en un puente cultural para los sectores de menores recursos de Chile. Su producción a bajo costo transformó a obras desconocidas en productos a los que trabajadores, niños, niñas y estudiantes de cualquier lugar podían acceder; con tirajes que alcanzaban entre 20.000 y 50.000 ejemplares e incluso más.
Entre sus publicaciones destacan colecciones de libros como Nosotros los chilenos, Quimantú para todos, Cuadernos de Educación Popular, Camino Abierto, Clásicos del Pensamiento Social, y Cuncuna, entre otras. Además, publicó revistas como la infantil Cabrochico (1971-1972); la revista juvenil Onda (1971-1973); Paloma (1972-1973), orientada a público femenino; La Quinta Rueda (1972-1973), revista cultural; Ahora (1971) y Mayoría (1971-1973), revistas informativas de contenido ideológico; La firme (1971-1973); o la revista de deportes Estadio (1941-1982).
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