Una comuna de sacrificio ambiental, de derrames petroleros y
amenazas al ecosistema, así se ha hecho conocida Quintero por mucho tiempo, una
de las ciudades puerto más importante del país, con una población cercana a las
26 mil personas.
La ciudadanía de Quintero, a través de este registro quieren
resaltar que son mucho más que eso y que cuentan con un patrimonio venerado por
pescadores, buzos y la comunidad, que los lleva a encender fuegos artificiales
para dar curso a una fiesta religiosa única en el mundo.
Para el viernes 16 de diciembre a las 19.30 horas está
programado el lanzamiento del documental “Quintero y el mar de los deseos”,
trabajo conjunto en que el periodista y realizador audiovisual Mario Valenzuela
junto al senador Francisco Chahuán abordan el fenómeno cultural y religioso que
genera entre los habitantes de esa comuna y sus alrededores la figura de El
Cristo Sumergido de Quintero.
De cuatro metros de altura, la imponente y sobrecogedora
escultura que yace en el lecho marino se ha convertido en un faro espiritual
que atrae a miles de fieles cada noche de 31 de enero, quienes se congregan en
una localidad que suele hacer noticia solo por tratarse de una zona de
sacrificio ambiental.
El documental, de 55 minutos, será estrenado en el Centro de
Eventos Ex Cine Prat de Quintero y sus impulsores están en conversaciones con un
canal de la región para transmitirlo. Esta nueva obra es una mirada íntima a
Quintero, a su gente y a quienes han sido pieza fundamental en la historia del
Cristo sumergido.
Ha pasado más de una década desde que Raúl Veas habitante de
esta ciudad puerto, pidió un deseo, que fue crear en el fondo de la bahía un
Cristo sumergido. El deseo se hizo realidad gracias a la ayuda de varios
actores de la ciudad que motivados por la fe, dieron vida a una imagen de
Cristo sumergida a 12
metros de profundidad.
Sin embargo, jamás supusieron el impacto que este deseo
tendría para la gente. El Cristo sumergido de Quintero, de cuatro metros de
altura, imponente y sobrecogedor en el lecho marino, se ha convertido en un
faro espiritual que no deja indiferente a nadie. Pescadores, los buzos y la
comunidad lo veneran con todas sus fuerzas.
Cada noche del 31 de enero la bahía se enciende con los
fuegos artificiales y son miles las personas que celebran al Cristo sumergido
con una fiesta religiosa, única en el mundo
Francisco Chahuán expresa que “la comunidad entera se une e
invierte su tiempo sacrificándose por mantener viva esta fiesta que da
esperanza a los quinteranos”
Por otra parte, Maria Valenzuela, director del audio visual
expreso que “la obra tiene una duración de 50 minutos, fue registrada en 35mm
digital y se espera que los chilenos puedan conocer un aspecto distinto y más
amable que ayude a rescatar el orgullo de Quintero”.
Para Quintero, el Cristo Sumergido significa un sentido
patrimonial ya que no es solo una escultura montada bajo el agua sino que para
todos los que gestaron esta idea ya que ahora, se ha transformado en un lugar
de peregrinación para los pescadores.
Lugar de recogimiento y espiritualidad, la idea nació en la
mente del buzo profesional chileno Raúl Veas, oriundo de la zona de Quintero, quien
quiso algo similar a lo que vio alguna vez en Italia y, con esta motivación fue
que consiguió apoyo social, cristiano y también financiero y luego presentó su
proyecto al municipio el año 2004 y logró la aprobación de construir un
santuario chileno en el fondo del mar.
Este se encuentra ubicado en la Bahía de Quintero y es una
estatua de Cristo, que se encuentra en el fondo del océano, para dar su
bendición submarina.
Se trata de una enorme escultura religiosa de Cristo,
llamada el Cristo Sumergido. Fue hecha por el escultor Mario Calderón quien
previamente mostró su idea de escultura a la comunidad, la que fue acogida con
mucho entusiasmo por esta.
El Cristo Sumergido está hecho de hormigón armado y acero,
su altura es de 4.5
metros y pesa 11 toneladas, está instalado sobre una
plataforma que simula una gran concha de ostra, tiene los brazos extendidos y
elevados al cielo y los pliegues de su ropa parece que siguieran el movimiento
del mar con sus olas.
Cada 31 de enero la comunidad de Quintero se reúne para
celebrar una misa en el mar la que se dedica al día nacional del buzo, las
personas ofrecen ofrendas de flores y en la noche se hace una fiesta.
El santuario sirve como lugar de oración para los pescadores
antes de iniciar sus labores, para los buzos, quienes incluso han ido a depositar
los cofres con las cenizas de anteriores buzos fallecidos, también se presenta
como atractivo turístico para quienes gustan del buceo deportivo y, para la
comunidad cristiana en general, como lugar de recogimiento y oración.
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