En los próximos años, Chile será conocido
en el mundo por producir el té verde orgánico más austral del mundo, originario
de la Región
de La Araucanía. Esta
iniciativa es ejecutada por la empresa Index Salus a través del
cofinanciamiento de la
Fundación para la Innovación Agraria
(FIA), del Ministerio de Agricultura.
El proyecto se llama “Desarrollo de una
plantación comercial de té orgánico (Camellia sinensis) para elaboración de té
verde diferenciado por alta calidad y bajo contenido de cafeína en la comuna de
Villarrica. La iniciativa —en la que también participa el laboratorio Green
Vitro— tiene un costo total de $166.463.207 al cual FIA aportó con un 65,7%.
En Chile, sólo se importa té verde como
materia prima a granel, el cual es envasado y comercializado por dos empresas
que dominan el mercado del té negro. Por lo tanto, Index Salus se propuso
cultivar y propagar un té verde orgánico con valor agregado.
Comercialmente, la variedad con que
trabaja la empresa se caracteriza por su
alto contenido de antioxidantes y bajo nivel de cafeína, que lo hace similar al
té japonés Bancha, el cual también posee hasta un 2% de cafeína. Sensorialmente,
sus atributos son el color amarillo, un aroma intenso y gusto levemente amargo.
La empresa importó cerca de 5.000
plantas, en 2003, desde Estados Unidos y actualmente, cerca de 1.000 se
adaptaron bien al suelo y clima.
Con respecto a las fortalezas del
producto local, el gerente general de Index Salus, Peter Brunner, señaló que
“están relacionadas con el tipo de suelo —volcánico con acidez o pH bajo— y la
alta pluviometría. Estos son los factores responsables de que nuestro té verde
haya desarrollado características similares al Bacha japonés”. Además, el ejecutivo
puntualizó que hay dos variedades que se volvieron muy resistentes y se
desarrollaron adecuadamente en los predios.
Dada la experiencia, una vez establecida
la plantación, recién al tercer año es posible cosechar con fines comerciales.
Según estimaciones, de una planta es posible obtener cerca de 1,5 a 1,8 kg frascos de té, es
decir, 5.000 a
6.000 kg/há. En relación al producto seco, serían 1.400 a 1.500 kg de hojas y
brotes.
Brunner indicó que los mercados para el
ingreso del producto serían Chile, Europa, Estados Unidos y Canadá, debido a
las relaciones comerciales de la empresa con esos países. Incluso los clientes
manifestaron gran interés por una bebida con estas características.
A nivel internacional, el té verde se
vende a un valor equivalente a entre $5.000 y $6.000 por kilo, por sus
propiedades orgánicas y calidad sensorial.
El gerente general agregó que el envasado
se efectuará en bolsitas, como corte TBC para infusiones, y, tal vez, en forma
de hojas para prepararlo en teteras. En el caso de clientes en el extranjero,
posiblemente se podría exportar a granel como un corte fino o como hojas
enteras.
Juan Carlos Galaz, ejecutivo de innovación
y supervisor del proyecto, precisó que “este proyecto es un ejemplo de la
aplicación de innovación en la diversificación de la oferta productiva nacional, al cultivarse
un producto que no existía previamente en el país y sobre el cual se pensaba
que las condiciones de clima nacionales no eran adecuadas para su cultivo, lo
que está siendo desmentido con esta experiencia”.
En este caso, la materia prima requiere
un tratamiento especial. Una vez cosechado el té, debe ser llevado a una línea
de proceso, donde se efectúa un corte enzimático, enrulado y secado, para luego
hacer un corte fino apto para envasarlo en bolsitas individuales.
Para ello, el proyecto contempla
determinar procesos de elaboración a través de la adquisición de un prototipo
de máquina procesadora, de manera de hacer más rentable la producción,
asegurando bajos niveles de cafeína, calidad e inocuidad final del producto.
A nivel agronómico, la propuesta tiene
por objetivo establecer e implementar los procedimientos para un manejo
comercial del cultivo de té para optimizar el rendimiento y calidad de la
materia prima. Además, está contemplado, crear y validar técnicas eficientes de
multiplicación in vitro y vegetativa de plantas, basadas en la selección de
ecotipos con menor contenido de cafeína.
La Fundación para la Innovación Agraria (FIA), que pertenece al Ministerio
de Agricultura, es la agencia sectorial de fomento a la innovación y su
objetivo es contribuir al incremento de la competitividad de la agricultura
nacional. Su actividad, se centra en el
fomento de los procesos de innovación y en actuar sobre el entorno y
condiciones que los favorecen. Todo ello a través de financiamiento de
iniciativas, de la generación de estrategias y la transferencia de información
y resultados de proyectos y programas innovadores.
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