"Se habla muy poco sobre la violencia que recae sobre ellas, en medio de la criminalización de la mal llamada «zona roja»", comenta la autora.
"Ellas son las que quedan solas cuando sus maridos son encarcelados y eso desestabiliza la economía de sus hogares entre otras cosas. Cuando entran los Carabineros —y hoy la Policía de Investigaciones— les rompen los sacos de harina, sacan a sus hijos e hijas en plena noche. Son apuntadas con armas y golpeadas, incluso las niñas", agrega la autora.
En estas páginas, la periodista se adentra en la intimidad de activistas, madres, abuelas, machis, protectoras del bosque, esposas y hermanas mapuche y, desde ahí, permite a los lectores conocer sus comunidades, su cotidianeidad y su cosmovisión. "Ellas dan una lucha con mucha dignidad desde sus territorios", cuenta la autora.
Respecto del origen de esta investigación, Carolina
explica que “mi segundo apellido es mapuche, soy mapuche y parecía honesto
sincerar el lugar desde donde una escribe, es un gesto político. Mi interés en
el tema también radicaba en que soy feminista, antirracista y creía que
era necesario salir de la caricatura que tienen en Chile sobre cómo se habitan
ciertos territorios y cuerpos. También sobre el silencio que hay acerca de
hechos recientes como el asesinato de Emilia Bau Herrera".
En este sentido, la autora expresa que "hay que tomar una posición frente a lo que contamos, pues las historias no nacen del aire. Me gusta el periodismo situado, porque el periodismo debe entender los movimientos sociales y los cambios en las sociedades, debe ir de la mano con los acontecimientos".
Corazón de weichan permite a los lectores conocer
los crudos, dolorosos y emocionantes relatos de un grupo de mujeres que, de
distintas maneras, hoy defienden el libre desarrollo de su identidad
indígena.
"Las mujeres mapuche experimentan el racismo
como primera opresión, es algo de todos los días y esa lucha te puede costar la
vida. La resistencia no es una elección, es la única forma de habitar el
Wallmapu", afirma Carolina.
El amor por la naturaleza y la familia, el miedo,
la inseguridad que las rodea, la discriminación, la injusticia y la
represión policial de la que son víctimas son algunos de los temas que se
abordan en las crónicas que componen este libro. Asimismo, la publicación
revisa, desde la perspectiva de las protagonistas de los relatos, casos
emblemáticos como la "Operación Huracán" o el asesinato de Camilo
Catrillanca.
"En las entrevistas me di cuenta que surgían dolores atávicos con hechos como el asesinato de Camilo Catrillanca. Ese episodio marcó a muchas lamngen. No hubo casi ninguna que no mencionara el tema, algo que en algún momento fue tabú entre ellas: el miedo a perder un hijo", detalla la autora.
De acuerdo con Carolina, las mujeres mapuche "se
erigen hoy como la voz de los saberes, pero con un rol preponderante en la
lucha por el medio ambiente, en la visibilización de los presos mapuche y alzan
la voz en contra de la represión".
Es el caso, ejemplifica la autora, de Vania Queipul, Ada Huentecol, Griselda Calhueque y las hermanas Ñancul, cuyos testimonios registra la publicación. "Muchas de ellas han pagado con cárcel la persecución que es una parte de la violencia estatal. En medio de todo eso están detrás de la revitalización del mapuzungun, que en zonas mapuche —como la mapuche huilliche— fue extirpado por los colonos. Son mujeres orgullosas de su cultura", destaca Carolina.
Carolina Rojas Neculhual es periodista y tiene
más de quince años de experiencia en crónica e investigación sobre temas de
violencia de género. Derechos humanos, desigualdad e impacto social. Escribió
durante siete años en La Nación, luego en El Dínamo. Sus reportajes han sido
publicados en The Clinic, Gatopardo, Revista Ñ, Cosecha Roja, revista Paula,
Página 12, revista Anfibia y Piauí. Ha sido becaria de la Fundación Gabo y es
autora del libro Abandonados: Vida y muerte al interior del Sename. Ha recibido
el premio Pobre al que no cambie la mirada, 2016, en categoría Mejor reportaje
y excelencia periodística. También ganó el premio MAGS 2016 de la Asociación
Nacional de Prensa por el Mejor reportaje de revista femenina. Actualmente es
directora de La Otra diaria.