El holandés errante o el holandés
volador (De Vliegende Hollander en neerlandés y The
Flying Dutchman en inglés) es un barco fantasma, protagonista de
una leyenda muy extendida alrededor del mundo.
Según la tradición, es un barco que no pudo
volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo. El
velero es siempre oteado en la distancia, a veces resplandeciendo con una luz
fantasmal. Si otro barco lo saluda, su tripulación tratará de hacer llegar sus mensajes
a tierra, a personas muertas siglos atrás.
Es esta leyenda que Franco Vaccarini toma para
construir su novela “El misterio del holandés errante” que publicada por
editorial Pictus, intenta desentrañar este misterio que navega en todos los
mares y en todas las épocas.
La trama, nos sitúa en la ciudad de Londres en
el siglo diecinueve. Charles, un
periodista de poca monta, descubre la terrible leyenda de un capitán y un buque
fantasmas condenados a navegar por toda la eternidad, aterrorizando a cuanto
navío se les cruce en el camino.
Con la ayuda de una extraña condesa, se
embarca en busca de una crónica que lo ayude a evitar hundirse en la pobreza.
Para ello deberá poner en juego su propia vida y probar que es capaz de
enfrentarse con el mal y salir airoso.
Las versiones de la leyenda son innumerables,
pero la original comenzó con el capitán de un barco holandés, un capitán
burgués de Holanda llamado Willem van der Decken, quien hizo un pacto con el
diablo para poder surcar siempre los mares sin importar los retos
naturales que pusiera Dios, en su travesía.
Pero Dios, omnisciente, se entera de esto
y en castigo, lo condena a navegar eternamente sin rumbo y sin tocar tierra,
por lo que recibe el nombre de «Holandés Errante».
De acuerdo con ciertas fuentes, el capitán
holandés Bernard Fokke (del siglo XVII) sirvió de modelo para el comandante del
buque fantasma, porque era célebre por la extraña velocidad de crucero que
alcanzaba en las travesías entre Holanda y Java, por lo que se sospechaba que
había firmado un trato con el demonio. En algunas versiones holandesas del
mito, el capitán recibe el nombre de Falkenburg.
Marryat, en su versión, le da el nombre de van
der Decken (que significa «en cubierta»), y recibe el de Ramhout van Dam en la
versión de Washington Irving. Unos y otros no se ponen de acuerdo a la hora de
llamar «holandés errante» al barco o al capitán.
Asimismo se dice que éste juró, de cara a una
tormenta, que no daría marcha atrás hasta doblar el cabo de Buena
Esperanza, aunque le tomase hasta el día del Juicio Final hacerlo.
Se ha hablado también de un horrible crimen
cometido a bordo del barco e incluso, de una terrible epidemia que infectó a la
tripulación, a la que por ese motivo no se permitió desembarcar en ningún
puerto, siendo condenados desde entonces —barco y marineros— a navegar
eternamente, sin posibilidad de pisar tierra.