domingo, 27 de octubre de 2019

Nuevo ensayo político dilucida la relación ejército ciudadanía


¿Es el ejército chileno una institución representativa para la sociedad?

Es una de las preguntas con que Gabriel Salazar, en su libro El ejército de Chile y la soberanía popular, intenta desentrañar la relación que existe entre el Ejército y la ciudadanía chilena

En el libro, publicado por el sello Debate, Gabriel Salazar documenta y contrarresta las perspectivas conservadoras y tradicionales sobre el Ejército, con los hechos que han querido ser olvidados de la memoria del país. De esta manera, el historiador hace dialogar la representatividad de la institución con las clases política y civil y el sangriento vínculo que ha tenido con el bajo pueblo.

El texto, escrito como ensayo histórico, propone “un análisis serio, documentado, pero sujeto a la interpretación libre del historiador, y en un estilo también libre”, que invita a cuestionarnos cómo debería constituirse la seguridad interior del país, en tiempos de globalización y desconfianza.

Gabriel Salazar estudió historia y geografía, filosofía y sociología en la Universidad de Chile. Es doctor en historia económica y social de la University of Hull. Militante del MIR (1970-1979, luego prisionero político (1975-1976) y exiliado (1976-1984).

Tras su retorno a Chile fue investigador y docente en la ONG Sur Profesionales Consultores (1985-2005) y colaborador en los talleres del Centro de Investigación y Desarrollo Educacional (CIDE) y Educación y Comunicaciones (ECO) siendo docente entre otras instituciones, en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica de Chile.

Entre sus libros destacan Labradores, peones y proletarios (1985); Historia contemporánea de Chile (1999-2002, junto a Julio Pinto, cinco volúmenes); Construcción de Estado en Chile (2006); Ser niño "huacho" en la historia de Chile (2007); Conversaciones con Carlos Altamirano (2010), La enervante levedad histórica de la clase política civil (Chile, 1900-1973) (2015) y La historia desde abajo y desde adentro (2017).

En 2001 y 2016 recibió el Premio Municipal de Santiago y en 2006 el Premio Nacional de Historia.

viernes, 25 de octubre de 2019

Lunes de cine en el centro Cultural de España

Este mes, el ciclo de cine está dedicado a las migraciones y a la memoria.

El primer film es LA JUNGLA, dirigido por Dani Velázquez y Yves Dimant. Es una película franco belga que tiene una duración de 65 minutos. Antes de la película se proyectará Infill & Full set de Hai Duc Dao (14min). Se transmitirá el lunes 04 de noviembre de 19:30 a 21:00 horas.

Calais es un punto neurálgico para el transporte de mercaderías y personas entre el Reino Unido y el continente.

La Jungla de Calais es el campo de refugiados más grande de Europa Occidental y allí, malviven más de 7.000 personas en una situación lamentable.

Este proyecto audiovisual, nació con la voluntad de denunciar esta situación y dar voz a aquellos que no la pueden transmitir habitualmente.

El lunes 11 de noviembre será el turno de THE MARCH OF HOPE del director alemán Jim Kroft. Antes de la película de 90 minutos de duración, se proyectará el corto “I am a foreigner too ” de Nasim Ostovar (3min)

Este documental aborda la difícil situación de los refugiados desde la perspectiva más improbable.
Dos amigos salieron con la esperanza de aprender de primera mano sobre la vida de los refugiados en Europa. Durante el rodaje, la “crisis de los refugiados” llegaría a su apoteosis cuando se acuerda el Pacto UE-Turquía y la “ruta balcánica” se cierra.

En enero de 2016, dos amigos partieron para conocer de primera mano las vidas de los refugiados en Europa. Con un par de cámaras y una pequeña camioneta amarilla, el viaje los conduciría de Lesbos a Idomeni y luego a través de los Balcanes.

Con el trasfondo del pacto de la UE con Turquía y el cierre de la "Ruta de los Balcanes", la película explora estos eventos a través de las vidas de los más afectados en el terreno.

Como tal, el documental es una perspectiva profundamente personal y emocional sobre la crisis de los refugiados, pero visto desde la perspectiva poco probable de una pequeña furgoneta amarilla. Su historia se lleva a través de las amistades hechas con los refugiados, y su trama secundaria es un elogio al trabajo de los trabajadores humanitarios, voluntarios y locales, cuyo trabajo se olvida con demasiada frecuencia.

En un ambiente de miedo, odio y sospecha en Europa, "La Marcha de la Esperanza" es una celebración de todo lo que nos hace humanos, y un desafío en el cine para la xenofobia que crece en la Europa moderna.

El tercer film es TOGETHER APART cuya directora es la estadounidense Maren Wickwire. Antes de esta película, se proyectará el corto “La unidad de los pájaros” de Cruz Lisandro Morena (29min)
Together Apart es un retrato familiar íntimo de dos mujeres Igorot de las Cordilleras, que salieron de Filipinas para buscar trabajo en el extranjero. Como el puesto de avanzada más oriental de la Unión Europea, Chipre tiene uno de los salarios más bajos para los trabajadores domésticos migrantes, pero aún recluta a un gran número de trabajadores.

Guil Ann, una mujer de veinticinco años de las Cordilleras en Filipinas, sigue a su propia madre Carren al otro lado del mundo. Solo unos meses después de que madre e hija se reúnan en Chipre, eventos inesperados conducen a la partida de Carren.

Cambiando entre el presente temporal y la imaginación futura de los migrantes en serie, la película contempla nociones de autoengaño, pertenencia y cuidado,

La última película de este ciclo es “LESA HUMANIDAD” que se transmitirá el lunes 25. Su director es el español Héctor Faver y antes de la película, se proyectará “Block 24” de Fernando Pozo (12min)
Los crímenes sin resolver del franquismo y la necesidad de una Ley de Memoria Histórica que haga justicia con las víctimas son los temas que subyacen en este necesario documental.

Dar voz y visibilidad a las víctimas del Franquismo, recoger sus testimonios, acabar con la indiferencia de buena parte de la sociedad y restituir su derecho a la memoria y a la justicia son los objetivos del proyecto de documental "Lesa humanidad", un documental sobre memoria histórica y justicia universal. 

¿Qué sucede cuando los derechos humanos se violan de una forma continuada y sistemáticamente y si estos delitos de genocidio acaecieron en un pasado reciente y si, además, existieran leyes enmarcadas dentro de un marco democrático que ampararan la impunidad y exoneraran a los genocidas?

 La jurisdicción universal puede conformar una gran motivación que pueda accionar e impulsar resoluciones judiciales que velen por la reparación de las víctimas que han sufrido la indefensión y se les ha coartado su libertad como ser humano.

Dar voz y visibilidad a las víctimas del franquismo, recoger sus testimonios, acabar con la indiferencia de buena parte de la sociedad y restituir su derecho a la memoria y a la justicia, son los objetivos del proyecto de documental “Lesa humanidad”.

 Un documental, sin ánimo de lucro, sobre memoria histórica y justicia universal

miércoles, 23 de octubre de 2019

De Ñuñohue a la Reina: caminando sobre la historia de la capital chilena.


La ciudad, no es sólo un objeto de estudio muy importante de las ciencias sociales, sino, un problema que ha ocupado y preocupado a los hombres desde que éstos decidieron asentarse formando agrupamientos estables.

Los asentamientos humanos, aún en sus formas más simples, requieren de un mínimo de acuerdos sociales para asegurar el equilibrio del grupo y que, de la fragilidad o solidez de dichos acuerdos, depende fundamentalmente la estabilidad necesaria para la convivencia adecuada.

Por ello, la ciudad debe entenderse como un fenómeno vivo y permanente, íntimamente ligado a la cultura con la que comparte la característica de la complejidad, lo que invita a acometer su estudio desde múltiples puntos de vista.

Asimismo, son numerosas las definiciones que se han formulado sobre la ciudad a lo largo de la Historia, dependiendo del elemento constitutivo sobre el que se fijara la atención. Por ejemplo, algunos autores han destacado el elemento material (la pavimentación, el cierre amurallado, los equipamientos), mientras que otros han atendido a las relaciones sociales o a visiones utópico-filosóficas del fenómeno urbano.

Si hay un consenso, es que existe una relación básica entre la presión demográfica y la cristalización de los primeros núcleos urbanos y estos procesos se producen y reproducen, de manera independiente en el tiempo y en el espacio.

El fenómeno urbano, la ciudad, es el apoyo fundamental para la transformación global de la sociedad porque la ciudad, está unida así al nacimiento de la sociedad clasista, al estado, a las relaciones de dominio, a la escritura, a la historia.

Cada tipo de sociedad implica una ciudad característica unida, inexorablemente, con su propia estructura social ya que, en cada sociedad, destaca un elemento de la estructura social: el económico, el político o el ideológico, dando lugar a un tipo de ciudad característico y a unos elementos urbanos dominantes.

La ciudad capitalista es un centro de acumulación de capital, un instrumento colectivo de reproducción social, el modo de usar el espacio más favorable para la reproducción económica y un centro de distribución e intercambio de mercancías.

Hace tiempo, el periodista Carlos Álvarez Cortés y el licenciado en Historia Juan Pablo Ormazábal en conjunto con Mandrágora, publicaron el libro “De Ñuñohue a La Reina. Viaje al patrimonio cultural e identidad de una comuna”.

El libro, es una aproximación a la historia de la comuna de La Reina, desde su historia prehispánica, pasando por los hechos históricos de los siglos XIX y XX y los personajes que la habitaron tocando la historia, patrimonio y estilo de vida de esa comuna y de sus habitantes.

“Ñuñoa es el origen de todo lo que hoy está a los pies de la cordillera, desde el Mapocho al Maipo, incluida La Reina. Ñuñoa es la derivación de Ñuñohue - “lugar de ñuños”-, nombre que los indígenas le daban a esa tierra donde se daba la flor llamada ñuño”, dice Carlos Álvarez.

La Reina fue creada en 1964, instalándose sobre las tierras más remotas de lo que hasta entonces administraba Ñuñoa. “Larraín sería el origen de la denominación de La Reina, o visto desde el ángulo contrario, La Reina habría surgido como deformación del apellido Larraín, según anota el historiador, investigador y ensayista René León Echaiz en el libro: “Ñuñohue” (1972).

“Su primer alcalde fue el arquitecto Eduardo Castillo Velasco, quien se dedicó a solucionar los problemas que había: los vecinos más alejados de la entonces Ñuñoa se sentían postergados, los servicios comunales y el transporte no llegaban tan lejos, y los bordes de Arrieta y Tobalaba eran basurales”, comenta Álvarez.

Cuando se creó La Reina en el gobierno de Frei Montalva, Castillo Velasco impulsó la urbanización, los suministros de agua y electricidad, los servicios de retiro de basura. “En el fondo humanizó la vida de esos extramuros, que siempre tuvo una identidad: quienes llegaron a La Reina vinieron a pensar, a crear y a vivir de una manera”, dice el autor.

 Los Egaña, los Larraín y los Arrieta, que tienen avenidas con sus nombres, o los Maroto, cuya casa de 1920 hoy es la sede del Club de Jazz. “Pero también los vecinos habituales, que hasta hoy defienden el estilo de vida a escala humana”, concluye.

Ñuñoa presenció grandes cambios durante el siglo XX. Pasó de albergar a gran parte de la clase alta santiaguina hasta mediados de 1970 (quienes han ido emigrando al sector nororiente de la capital) para convertirse en una comuna fundamentalmente de clase media, media alta. En tanto que su enorme crecimiento demográfico hacia 1980 (más de 600 mil habitantes) produjo su división en varias comunas.

Egaña, Arrieta, Maroto y Larraín, cuatro linajes que aquí se consideran una suerte de nobleza criolla de la precordillera. Son las familias propietarias de estas tierras al oriente de la ciudad y que protagonizaron, la historia de la comuna de La Reina, en este caso la prehistoria de un territorio delimitado oficialmente apenas en 1964. Y entre esos apellidos, posiblemente Larraín sea el más referencial.

 “La familia fue fundamental en el desarrollo cultural de la zona, no solo con las tertulias literarias y musicales que realizaron en la casona entre 1889 y 1933, y a las que asistían músicos e intelectuales extranjeros, como Ortega y Gasset. También se ocuparon de la cultura popular con la construcción del Teatro Circo Peñalolén, dedicado a la gente que vivía allí y trabajaba las tierras.

Había espectáculos de esparcimiento familiar, baile y teatro”, cuenta Santiago Marín Arrieta, bisnieto del primer propietario, don José Arrieta Perera, quien en 1870 le compró esas tierras a doña Margarita Egaña, hija de Mariano Egaña.

El clan Parra Sandoval, Delia del Carril, Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Margot Loyola, Vicente Bianchi, Roberto Bravo, Nemesio Antúnez, Roberto Pohlhammer han sido algunos de los vecinos ilustres de esta comuna.

Entre los hitos patrimoniales están la antigua Villa Grimaldi, la casa de la familia Maroto (actual Club de Jazz); la casa de la familia de Gregorio Ossa (actual Casa de la Cultura de Ñuñoa), con los hermosos jardines del parque Juan XXIII.

Además, está el Monasterio de San Rafael de las Carmelitas Descalzas, cuya campana más antigua data de 1771, el colegio La Salle, la Villa Paidahue, donde falleció el presidente Juan Antonio Ríos, entre muchas obras que sería largo de nombrar.

 Este libro, es un rescate patrimonial importante que es útil para conocer el patrimonio que tienen los santiaguinos y de esa manera aprender a amar y conservar parte importante de la historia patrimonial de la capital chilena.





martes, 22 de octubre de 2019

Publican obras de Franz Kafka: haciendo inventario.


Franz Kafka (Praga, Imperio austrohúngaro 3 de julio de 1883- Kierling, Austria, 3 de junio de 1924) fue uno de los autores más influyentes de la literatura universal del siglo XX, siendo pionero en la fusión de elementos realistas con fantásticos y tiene como principales temas los conflictos paternofiliales, la ansiedad, el existencialismo, la brutalidad física y psicológica, la culpa, la filosofía del absurdo, la burocracia y las transformaciones espirituales.

A pesar del tiempo, el contenido de sus obras no es afectado por el tiempo más bien pareciera que se actualizara cada vez que una persona las lee porque, a cada lector le abre nuevas interpretaciones sobre todo porque el hilo conductor de la obra kafkiana es la destrucción y la deshumanización de los seres humanos por el poder y su estructura, influenciado, seguramente, por el contexto antisemita y pre-nazi en el que vivió Kafka.

¿De qué nos habla Kafka en su obra? ¿Se refiere acaso a un individuo que es mera víctima de un poderoso aparato burocrático, como sostiene la percepción generalizada acerca de qué es lo «kafkiano»?

Es lo que intenta dilucidar Roberto Chacana en su libro “Kafka. La lucha por ascender”, publicado por Ediciones UACh, dentro de su Colección Austral Universitaria de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades.

En el volumen publicado, Chacana toma distancia de esa lectura y analiza el papel de victimario y de villano que, bajo determinadas circunstancias, pueden llegar a desempeñar los personajes de este autor.

Aquí, surge la noción de «la lucha por ascender», es decir, la frenética y despiadada agonía que acometen ciertos personajes, con tal de ver realizado el principal anhelo que los mueve: alcanzar la posición más elevada dentro del aparato administrativo en el que están inmersos.

Más que un texto «sobre» Kafka, este es un libro «desde» Kafka, pues, gracias a una rica selección de citas y a un exhaustivo análisis, muestra desde el interior de esta obra cuáles son los métodos utilizados por el personaje kafkiano y por el sistema burocrático: el primero para ascender, el segundo para hacerlo fracasar.

Se trata de una novedosa lectura de la obra completa (novelas, narraciones, diarios y correspondencia) de uno de los mayores escritores del siglo XX, y que tiene la virtud de relevar la poco analizada figura del individuo rampante que se desplaza por sus páginas.

 Una de las numerosas paradojas de la recepción de la obra de Kafka, es que precisamente clasificar sus cartas por destinatarios parecía aliviar al lector: el que no sabía mucho sobre Kafka podía leer con buena conciencia las Cartas a Felice como novela epistolar, el título del libro como el título de una obra y eso, es probablemente lo que hacían la mayoría de los lectores.

En cada una de estas correspondencias, el lector se mueve dentro de un cosmos cuasi literario: lee una historia que tiene un principio y un fin y en medio, líneas de tensión, nudos dramáticos, demoras y bruscos cambios.

Aunque las respuestas falten casi siempre, no molesta al lector porque, precisamente, la extraordinaria intensidad verbal, el cuidado que Kafka pone hasta en el más fugaz de los saludos, hace olvidar al lector que, en modo alguno, está sumergiéndose en la vida interiorizada de un hombre aislado, sino en un tejido de relaciones sociales y psíquicas.

Surge desde el análisis de estos textos, la cotidianidad kafkiana como es la lucha nocturna contra la negación de la inspiración literaria, el trabajo de oficinista en una compañía de seguros de Praga, las exigencias de su familia, sus intensas lecturas, su confrontación con el sionismo, contra la tuberculosis y nos da cuenta, de los escenarios en los que se estremecía Kafka.

Kafka es un escritor que sirvió de puente entre el manierismo de finales del siglo XIX de imágenes y contornos inciertos a una escritura, con metáforas más precisas llegando a una densidad y concentración que se lee con emoción y con sorpresa.

Es pues hora de hacer inventario..., una razón más para que la nueva edición sea un acontecimiento, no sólo para el mercado del libro, sino para nuestra memoria cultural. Este cargamento era demasiado valioso, aunque no nos estuviera destinado a nosotros.

ROBERTO CHACANA ARANCIBIA (1968), es psicólogo por la U. de Concepción y Dr. en Psicología por la U. Complutense de Madrid. 

Es profesor del Instituto de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. Austral de Chile. Posee una vasta trayectoria en la investigación de la obra de Franz Kafka y asimismo de Julio Cortázar, destacando diversas ponencias en congresos, proyectos de investigación, y más de una decena de artículos académicos en revistas del área.

Es autor de los libros La familia de Kafka. Lealtad y sacrificio (2012), Emancipación de la familia de origen. Lealtad, traición y sacrificio filial en Franz Kafka y Julio Cortázar (2007) y del poemario Punto cero (1996).



Patagonia: la frontera final.


Tomas Eloy Martínez describió a la Patagonia chilena, como “el último Dorado”, caracterizado por siglos como un espacio donde todo es posible o bien, como escribió Ramón Díaz Eterovich en su novela “Correr tras el viento”, la Patagonia es un lugar que “para venir a estas tierras necesitas de un pasado para olvidar”.

En el centro de esta suposición estaba que era un lugar para comenzar una nueva vida luego de vivir abandonos y olvidos.

En la introducción, el autor establece que “la utopía de crear una historia borrando el pasado hasta volverlo prehistoria caracterizó las acciones de los Estados colonizadores y colonos en las primeras siete décadas de la ocupación de la Patagonia.

En el caso de Chile, fue entendido como una expansión territorial hacia el Sur en donde, el territorio termina en la Antártica. En el caso argentino, las actividades comerciales de un solitario marino, fueron convertidas en actos soberanos sobre las costas del Atlántico.

Desde 1520, Patagonia alimentó fantasías europeas con imágenes de gigantes que poblaban un territorio maldito. Ni el imperio español, ni Argentina ni Chile consiguieron, hasta fines del siglo XIX, penetrar las estepas.

¿Cómo fue posible la ocupación chilena y argentina del extremo sur americano? Esa es una de las principales preguntas que el investigador Alberto Harambour intenta responder en su nuevo libro “Soberanías Fronterizas. Estados y Capital en la Colonización de Patagonia (Argentina y Chile, 1830 – 1922)” que ha sido publicado por Ediciones UACh como parte de su Colección Austral Universitaria de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades. 

Basado en una extensa investigación en archivos regionales, nacionales e internacionales, este libro, analiza transnacionalmente los procesos que hicieron posible la ocupación argentina y chilena del extremo sur americano.

El libro cobra especial relevancia en el contexto en que Chile se prepara para conmemorar el 2020 los 500 años del paso de Hernando de Magallanes por el estrecho que lleva su nombre. Según la investigación, este hecho histórico “es importante para España, pero tiene muy poco impacto en la Patagonia”.

“Por más de 300 años, el Estrecho fue prácticamente inútil para las comunicaciones globales. Su importancia comienza a mediados del siglo XIX. Desde esa perspectiva, el 21 de octubre de 1520 es una fecha marginal, con impacto en el imaginario sobre los gigantes antropófagos, que serían los ‘Patagones. Luego se produce la invención de esta tradición de conmemoración, que es muy reciente”, señala el autor.

Aunque fundamental para los imaginarios nacionalistas de cada Estado, los esfuerzos de colonización austral resultaron en sucesivos fracasos. Todo se transformó en la década de 1880 porque la navegación a vapor y la invasión ovina desde Malvinas, reprodujo los capitales británicos y cambió radicalmente el paisaje social, geopolítico y ecológico.

Desde entonces, las soberanías del capital y de los Estados se constituyeron recíprocamente, erradicando las indígenas. Luego, la industria lanera favoreció el surgimiento de un movimiento obrero clasista, que desafió el poder ganadero asociado a los funcionarios nacionales.

 Esos ejercicios de soberanía fueron reprimidos por tropas argentinas y chilenas y con ello se impuso, hacia 1922, el límite internacional y nuevas delimitaciones sociales.

Insertando la ocupación de Patagonia en el contexto de la expansión mundial británica, Soberanías Fronterizas relaciona imaginarios y prácticas coloniales europeas y americanas y propone una interpretación novedosa, alejada de la tradicional épica empresarial y nacionalista.

La colonización de la Patagonia, se inserta en el contexto de la consolidación de los estados chileno y argentino junto con su afianzamiento territorial y definición de sus fronteras. Para el autor en la Patagonia, interactuaron tres dimensiones de la soberanía.  En primer lugar, la emergencia del Estado Nacional en el cual, surge la necesidad de diferenciarse del vecino y la de reconocimiento internacional.

La segunda dimensión es el establecimiento de un determinado marco jurídico dentro de ese territorio que excluye a otros estados en la ejecución de los asuntos “internos” y que se realiza a través de personas. Y la tercera, es la imposición de ese marco jurídico o actuar a las personas que habitan ese territorio.

Harambour pretendía escribir sobre la colonización de la Patagonia desde la perspectiva de los no propietarios, los migrantes y pueblos indígenas. Sin embargo, a medida que su investigación avanzaba, se dio cuenta que para desarrollar ese relato era necesario volver a mirar la imaginación imperial, la presencia de los estados chileno y argentino y el establecimiento de la propiedad estanciera.

Paralelamente, narra los sucesivos fracasos colonizadores, que ayudaron a mantener sobre ese territorio la idea de un espacio salvaje y vacío. Todo ello cambiaría, argumenta, con la irrupción ganadera pulsada por los capitales británicos y la expansión mundial del Imperio, a través de la navegación a vapor.

El libro comprende desde las expediciones de FitzRoy y Darwin hasta la violencia estatal y privada que puso fin a la “Patagonia rebelde” entre 1919 y 1922.

“Este relato se aleja de la tradicional épica empresarial y nacionalista de la colonización, que la presenta como una Edad de Oro, de armonía social. Por un lado, aparece la corrupción y el racismo como elementos claves de la colonización, y por otro la negación de derechos a los pueblos indígenas, primero, y a los trabajadores migrantes, después.

De hecho, la inaugura el Rey de la Patagonia, José Menéndez, en 1920, junto al monumento a Magallanes y a sí mismo, en la Plaza de Armas de Punta Arenas”, aseguró Harambour, quien además recordó que fue la navegación a vapor la que permitió el uso del Estrecho.

Alberto Harambour Ross (1972), es académico de la Universidad Austral de Chile e investigador del centro FONDAP-Ideal. Completó sus estudios de magíster y doctorado en la Universidad del Estado de Nueva York, Stony Brook. Se ha especializado en historia social y transnacional de América Latina, y su investigación más reciente aborda procesos de colonización y resistencia en Amazonía, Chaco y Patagonia.

Es autor del libro Un viaje a las colonias. Memorias y diarios de un ovejero escocés en Malvinas, Patagonia y Tierra del Fuego (1878-1898) (2016) y ha publicado más de veinte artículos en distintos países. Sus trabajos se encuentran disponibles en uach.academia.edu/AHarambour



Voces desde el frente. Crónicas de la Segunda Guerra Mundial


Elisa Mönckeberg, Juan Ignacio De la Carrera y Fabio Neri, en 316 páginas a ochenta años del inicio de la Segunda Guerra Mundial, hacen que el lector descubra cómo los chilenos se enteraron del conflicto bélico que golpeó hasta los rincones más apartados del planeta a través de esta publicación de El Mercurio Ediciones

Relatos acelerados y elocuentes que se publicaron en la prensa, como un intento por graficar, con una rigurosidad espeluznante, el sacrificio perpetuado por quienes defendieron su patria.

Crónicas de una cruda realidad que terminarían narrando lo que la historia llamó Segunda Guerra Mundial.

Esta antología reúne una parte mínima, pero representativa, de una serie de textos periodísticos publicados en algunos medios nacionales —principalmente en El Mercurio de Santiago— entre 1939 y 1945.

A través de estas páginas es posible recorrer los principales hitos del conflicto y conocer sobrecogedoras historias humanas. Un rescate histórico no solo de las hazañas, sino también del valor del periodismo que relataba en vivo lo que ocurría.



lunes, 21 de octubre de 2019

Museo de la Memoria incluye relatos de pueblos originarios en su muestra permanente

Más que Nunca es la nueva sala inaugurada por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos Museo y que incluye testimonios de personas pertenecientes a diversos pueblos originarios.

Se trata de la incorporación al Museo de sus memorias indígenas sobre el periodo de la dictadura, la autonomía, el territorio, la identidad, la cultura, y su relación con la sociedad y el Estado chileno.
Bajo la premisa de que el compromiso ético de haber luchado por los derechos humanos durante la dictadura es seguir haciéndolo en el presente, el Museo de la Memoria inauguró este martes una nueva instalación que busca relevar las luchas por los derechos humanos de diversos pueblos originarios que habitan en lo que hoy llamamos Chile.

Se trata de Más que Nunca, un interactivo que reúne testimonios sobre tópicos que van desde la identidad, la discriminación, hasta la relación con la sociedad chilena y el Estado. Todo esto en voz de representantes de los pueblos Quechua, Aymara, Yagán, Colla-Diaguita, Mapuche, Pehuenche, Selk’nam y Kawesqar.

El director ejecutivo del Museo, Francisco Estévez, comentó que “se trata de un proyecto de participación, de diálogo, de encuentro y de construcción social colectiva, a través del cual hemos querido incorporar los testimonios sobre derechos humanos de las personas pertenecientes distintos pueblos indígenas. Esto es posible ya que existe un fuerte vínculo entre las luchas del pasado y las que se dan en la actualidad, porque el compromiso ético de haber luchado por los derechos humanos en tiempos de dictadura, es seguir haciéndolo en democracia”.

En el interactivo, los visitantes podrán dejar sus comentarios respecto a la vulneración de derechos en el presente usando el hashtag #MásQueNuncaMMDH. Al respecto, Estévez señaló que “esta nueva sala del Museo fortalece una experiencia de un compromiso presente con la promoción y defensa de los derechos humanos”.

Este vínculo pasado-presente se hace evidente con mucha más fuerza, puesto que el interactivo dispone los rostros de las personas de los diversos pueblos originarios en contraposición al memorial de víctimas del Museo, donde se encuentran los rostros de cientos de personas detenidas desaparecidas y ejecutadas políticas durante la dictadura chilena, vinculando las defensa por los derechos humanos en el pasado con aquellas que se dan en el presente.

La instalación Más que Nunca irá incorporando nuevas temáticas en la medida que el Museo de la Memoria las trabaje y profundice en su programación anual.


Y, dado que este 2019 la institución está dedicado a relevar el derecho humano a la migración, se espera en 2020 poder incorporar testimonios de migrantes y que en los años sucesivos se incluyan otros vinculados a la diversidad sexual, equidad de género, medioambiente, y tantos otros.

Acción Comics trae de vuelta a Conan El Bárbaro

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