lunes, 28 de octubre de 2024

Programa Músicos Solidarios de FOJI amplía cobertura de presentaciones

 La iniciativa que partió por un convenio con la Clínica Santa María, actualmente se presenta también en el Hospital Roberto del Río, en la Escuela Arnaldo Falabella, Escuela Pacto Andino y en Encuentros del Servicio Nacional del Adulto Mayor.

 “Se me cayeron las lágrimas, fue muy emocionante”, dijo Rosa Moreno luego de escuchar al cuarteto de cuerdas del Programa Músicos Solidarios (PMS) de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI) que cerró el III Encuentro de la Comunidad de Centros Diurnos en la Región Metropolitana del Servicio Nacional de Adulto Mayor. 

Constanza Bustos, coordinadora del PMS declaró que este programa “tiene el objetivo de llevar la música clásica como regalo a aquellos espacios donde no muchas veces tienen acceso a ella. Para ello, nosotros vamos hasta estos lugares como hospitales y clínicas, escuelas, y como en este caso que nos presentamos para una red de hogares y condominios de viviendas tuteladas del Senama”. 

Senama, la Escuela Arnaldo Falabella y la Escuela Pacto Andino son nuevas colaboraciones que se adhirieron este año al programa, sumándose a la Clínica Santa María y la Corporación de Amigos del Hospital Roberto del Río (COAR). 

Marcela Celis, Jefa del Área Psicosocial de FOJI, expresó que “estamos muy contentos de poder contar con nuevos espacios a los cuales acercar la música porque fomenta vínculos sociales y de cooperación. En el caso de los adultos mayores, la música los ayuda con la memoria y les rememora recuerdos; para quienes están en centro de salud, la música clásica les reduce el estrés y la ansiedad; y a los niños les ayuda en la concentración y potencia la creatividad”. 

Compromiso social 

El compositor y director ejecutivo, Pablo Aranda, declaró que “este programa es la encarnación misma de uno de nuestros valores como Fundación, que es el Compromiso Social. Estas actividades brindan a nuestros becados la oportunidad de devolver a la comunidad lo que FOJI les ha entregado”.

Así lo manifestó Óscar Mora (19), violinista en la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional (OSNJ) de FOJI: “Entré al PMS apenas tuve la oportunidad y el tiempo. Decidí participar para ver cómo la música llega a las personas.

Me gusta la idea de conectar, de ver la felicidad que les da escuchar temas que conocen. Es una forma muy interesante de cohesionarnos más allá de lo que pueden hacer las diferencias sociales o políticas. Es simplemente sentir la música”. 

Palabras con las que concuerda Lucía Rodríguez (17) violista en la OSNJ, quien dijo que “me motivó participar del programa el poder alegrar la vida de otras personas, hacer un cambio positivo en gente que tal vez no tiene acceso a conciertos o de pronto no pueden salir de sus casas o donde estén ubicados. 

Además, la experiencia es diferente en el escenario. Por ejemplo, hoy nos tiraban besos y nos decían que les recordábamos a sus nietos. La energía es distinta”. 

Otra oportunidad que dan las presentaciones del PMS es que los becados puedan ejercitar el tocar frente a público. 

“Generalmente las orquestas son grupos grandes, de 70 músicos, lo que es muy distinto a tocar en un cuarteto, donde cada partitura es única y no lo repite otro instrumento. Es una experiencia que les ayuda a soltar los nervios y perder el miedo escénico”, explicó la coordinadora del PMS. 

En esa línea, Gisell González (16) cellista en la OSNJ, declaró: “Me llama la atención sentir el cariño de la gente que la está pasando bien mientras nosotros también lo disfrutamos y conectamos. Aquí la preparación es más de instinto, de conexión y escuchar al otro porque no hay una guía definitiva.

En la orquesta tenemos al director, mientras que acá todo es miradas y observación, respiramos juntos, nos reímos y es un sentimiento bonito, es mas de amistad y de grupo”. 

Además, este programa permite a los becados elegir alguna de las obras que tocarán junto a sus compañeros. 

Una de las piezas interpretadas por los becados fue Die with a Smile de Lady Gaga y Bruno Mars, que fue arreglada para el cuarteto por Catalina Ruíz (21), violinista de la OSNJ. 

“Es muy entretenido hacer arreglos. Antes yo pensaba que podía ser engorroso, pero después me di cuenta de que es bastante entretenido porque aprendo otras cosas. Por ejemplo, con esto ahora sé cómo se leen otros instrumentos y sus texturas”, confesó Catalina.

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