Color, orden y naturaleza son los ejes que atraviesan
la exposición Geocromía, que la artista chilena Ximena Izquierdo presenta entre
el 27 de mayo y el 24 de julio en el Museo Nacional de Bellas Artes, invitando
a reflexionar en torno a la memoria y la necesidad de permanencia de los
paisajes del altiplano chileno.
Geocromía nació de un proyecto Fondart (2020) de
investigación para observar, analizar y clasificar científicamente un objeto de
estudio particular: el suelo y las rocas. De esta forma, vinculó artes
visuales, geografía y geología.
Consciente de la inevitable modificación del paisaje
debido al cambio climático u otros factores que amenazan al medioambiente la
artista, maravillada y conectada profundamente con la naturaleza, recorrió el
altiplano, específicamente San Pedro de Atacama y sus alrededores, buscando una
forma de registrar sus colores infinitos utilizando una unidad de medida.
Con este fin recurrió al catálogo de colores de Albert
Henry Munsell (1858-1918), pintor y profesor de arte estadounidense, quien
elaboró un sistema para determinar el color del suelo.
Con este manual, la autora seleccionó suelos y rocas y
catastró metódicamente los colores nortinos. Así surgió una serie de obras, en
las que la naturaleza intervino, moldeando, ejerciendo presión o variando las
gamas de tintes con el paso del tiempo.
“Encontrar la visualidad en el medio natural me obliga
a traspasar hacia las disciplinas de la ciencia, donde todo es casual, sin
propósito, pero donde todo cobra un sentido regular, las leyes que llevan a
cómo se estructura la materia, leyes que pueden ser establecidas por la
posibilidad que nos proporciona la naturaleza de ser conocida hasta su más
profunda intimidad”, explica Ximena Izquierdo.
La muestra la integran sus trabajos con cartones y
papeles de celulosa que enterró y expuso en el desierto durante dos años,
permitiendo que agua, vientos, hielo y gravedad dejaran su huella.
También elaboró murales de gran formato con líneas rectas, a modo de siluetas
cartográficas de colores afines, uniendo las 11 zonas de las que se extrajeron
las muestras. Las rectas las pintó con hollín rescatado de las quemas de
cerámica de la zona, gracias a la colaboración de Soledad Christie, artista y
alfarera local.
Este pigmento también lo aplicó en un gran mapa de la
zona explorada, en el que a la vez utilizó tierra blanca de los Pucará de
Quitor y tierra de color.
Un gran mesón con muestras de los suelos clasificados
se despliega al centro de la sala. Lo complementa con un video en el que cada
color identificado se nombra como en un largo poema y extensas fichas
estructuradas de acuerdo al contexto geográfico y geológico.
Ximena Izquierdo Silva (1961) es Diseñadora Gráfica
titulada en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (1985). Realizó
estudios en grabado en metal en el Taller 99 entre 1990 y 1992.
Posee estudios en Artes Aplicadas en Université de
Strasbourg, Francia 1995-1996. Obtuvo el magíster en Artes Visuales de la
Universidad de Chile en 2011. Ejerció la docencia por 14 años en la Universidad
Finis Terrae.
Ha ganado premios en Chile y en el extranjero, y
realizado exposiciones en museos y centros de exhibición internacionales. Entre
otras destacan Memoria Calcográfica (Universidad de Talca,
2012), Residuos Calcográficos (MAVI, 2014), Velar la Serra
Tramuntana, (Fundación Pilar y Joan Miró; España, 2016), Velar lo insular (Centro
Cultural de España, 2017) y Este mar cordillerano, esta cordillera oceánica… (Galería
Patricia Ready, 2019).