Hace 30 años que la empresa Methanex produjo
y vendió la primera gota de metanol en Magallanes.
Para conmemorarlo, la empresa publicó el
libro “30 Años de historia en rostros Magallánicos”, en el cual el fotógrafo chileno
Cristóbal Olivares capturó, a través de su lente, la esencia de las vidas de 30
personas que han dado vida a Punta Arenas.
“Son muchas más las personas que merecen
estar en este libro, pero a través de sus retratos hemos querido homenajear a
todos los Magallánicos”, escribe Alejandro Larrive, Gerente General de Methanex
Chile
Durante estos treinta años, la empresa ha trabajado
en diferentes áreas del ámbito social, como la inclusión y la educación,
necesarias para el desarrollo de una sociedad integradora y capacitada.
También se ha enfocado en la eficiencia
energética y el cuidado del medio ambiente, indispensables para el crecimiento
de ciudadanos responsables y comprometidos con el entorno.
“La fuerza y compromiso de los habitantes
de la región es un ejemplo para seguir, porque la identidad magallánica es algo
especial que se vive intensamente en Punta Arenas. Como dice su himno, escrito
por el compositor José Bohr, es una "joya que la engarzan nieve, viento y
mar, y que brilla con fulgores en el cielo austral”, comenta en el libro el
ejecutivo.“Como una forma de agradecer a Punta Arenas y a su gente, hemos querido dejar un testimonio que pretende expresar el carácter de la ciudad. Quisimos capturar historias que reflejaran el temple y el espíritu de quienes han escrito el pasado, viven el presente y forjan el futuro de Punta Arenas; quienes forman la identidad de la región más austral de Chile”, añade Alejandro Larrive.
Para el fotógrafo Cristóbal Olivares y su
equipo, el viaje “comenzó con una primera fotografía desde la ventana de un
avión hacia la inmensidad de su territorio.
En secreto, cada uno de nosotros pretende,
en algún momento de la vida, retirarse en la Patagonia, pero mientras tanto,
aprovechamos cada oportunidad de visitarla de manera intensa.
Magallanes no solo atrae por la vastedad
de su tierra y su paisaje, sino que principalmente por las historias que
cuentan sus habitantes, todos migrantes provenientes de múltiples territorios: el
último lustrabotas, un boxeador de 95 años y su aprendiz, uno de los últimos
kawéskar, la última cooperativa de ovejeros, una joven nadadora, un buscador de
tesoros, los actuales responsables de administrar el cementerio más hermoso de
Latinoamérica, mujeres y hombres representantes de las artes, la cultura y las
ciencias, entre muchos otros.
Todos con vibrantes relatos de vida que han ido construyendo
la identidad del territorio austral de Chile, de esta “isla rodeada de tierra”,
como metafóricamente la llama el escritor Óscar Barrientos.
Durante varias semanas recorrimos caminos
resbalosos y congelados por el frío del invierno, pasamos días despejados,
nublados, lluviosos, y nevados, y nos empapamos de ese espíritu tan bien
relatado por Fernando Ferrer en el Canto a Magallanes. “¿Cómo imaginas tú que
el pionero enfrentó el desafío de construir la región?”, se pregunta en el
inicio de este himno”
“Aunque este libro no busca responder esa
interrogante, estamos seguros que las 30 historias y fotografías que siguen a
continuación dan testimonio sobre cómo se construyó esta identidad.
Agradecemos a todas las personas que nos
abrieron sus puertas y nos contaron sus relatos más íntimos. Sabemos que hay
infinitas historias dando vueltas por alguna parte de la región, tan
merecedoras de estar acá como las que a continuación les compartimos.
Esperamos, algún día, ir por ellas”, finaliza
Cristóbal Olivares.