Por ello, un grupo de científicos
liderados por el Dr. José Garcés-Vargas, investigador del Centro de
Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la
Universidad Austral de Chile (UACh), permaneció durante tres semanas en la base
Profesor Julio Escudero, en el marco de la Expedición Científica Antártica
(ECA) desarrollada por el Instituto Antártico Chileno (INACH).
Dentro de sus actividades, los
investigadores realizaron una transecta oceanográfica en bahía Fildes, Isla Rey
Jorge, Antártica. Los trabajos se llevaron a cabo desde el glaciar Collins
hasta el estrecho de Bransfield, a bordo de la embarcación Karpuj. Desde allí,
se recolectaron muestras de agua a siete profundidades (hasta 25 metros) y se desplegó
una red para arrastre de zooplancton entre las estaciones.
Además, en el lugar se lanzó un CTD para el monitoreo de temperatura, salinidad y otras variables oceanográficas de toda la columna de agua, instalándose adicionalmente una trampa de sedimentación.
En esta oportunidad, por primera vez en
bahía Fildes, los científicos utilizaron un sistema de derivadores
oceanográficos, lo que permitió obtener la velocidad de las corrientes superficiales.
“A través de un dispositivo portátil
inREACH Mini asociado a estos derivadores, pudimos observar cómo van trazándose
las rutas en tiempo real. Además de eso, al interior del derivador anexamos
otro sistema de posicionamiento GPS a alta resolución temporal junto a un
sensor que permitió medir la temperatura superficial”, explicó el Dr. Garcés-Vargas,
también académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la UACh.
El investigador manifestó que los instrumentos utilizados son cruciales para desarrollar este tipo de investigación, debido a que “es importante establecer a qué se debe la circulación dentro de la bahía.
Esto no solo podría ayudar en materia de
navegación y planificación de embarcaciones alrededor de la zona, sino que también
nos permitiría saber más sobre la deriva de especies como el plancton, que se
mueven con las corrientes”.
“Considerando que el movimiento de las mareas y la influencia del viento son los principales forzantes que estarían manejando las corrientes superficiales de la bahía, este primer estudio plantearía nuevas interrogantes sobre los organismos que habitan allí.
En casos excepcionales como algún tipo de derrame, podremos determinar el comportamiento de la parte superficial de las aguas antárticas”, concluyó el Dr. Garcés-Vargas.Si bien el trabajo en el estrecho de Bransfield ha finalizado, el equipo de científicos seguirá durante estos meses realizando actividades en terreno y laboratorio.
El investigador Emilio Alarcón se trasladó hasta la base Yelcho (Antártica) para la recuperación de datos oceanográficos, recambio de sensores y el estudio de la productividad primaria en la zona, mientras la bióloga marina Valeska Vásquez se encargará de analizar los resultados correspondientes al arrastre de zooplancton.
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