La exposición “Mi cabeza. Fotografías de un
proceso vital” que se presenta en el Centro Cultural Las Condes, entre el 8 de
junio y el 30 de julio, es el resultado de ocho meses en los cuales, el lente
de cuatro fotógrafos captó el recorrido de una mujer con cáncer que transformó
el dolor en alegría al poner su cabeza como soporte pictórico.
Presentada por la Corporación Cultural
de Las Condes, la muestra reúne setenta fotografías, en color y blanco y negro,
realizadas por el colectivo Trimagen, integrado por Teodoro Schmidt, Julia
Lafée, Samuel Shats y Javier Moreta, y se complementa con videos de backstage y
de entrevistas.
Entre los pintores que intervinieron la cabeza
de María Teresa se destacan Mario Toral, Gonzalo Cienfuegos, Benjamín Lira,
Carmen Aldunate, Totoy Zamudio, Malú Stewart, Josefina Fontecilla, Maite
Izquierdo, Guadalupe Valdés, Carmen Vicuña, Soledad Errázuriz y Clo Baeza.
Además, participaron familiares, alumnos,
pacientes oncológicos e incluso uno de sus médicos. Un total de 34 personas
intervinieron en esta innovadora propuesta.
Las intervenciones fueron hechas en la clínica,
en talleres de pintores y en el estudio fotográfico de Trimagen.
Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural
de Las Condes expresa que “esta es una exposición con múltiples lecturas. Pone
en escena la excelencia fotográfica de cuatro autores, el delicado trabajo de
pintores reconocidos e interpela al espectador.
Emociona, provoca y conduce a la reflexión en
torno al significado de la vida y la muerte. Al recorrerla, sabemos que la
cabeza de la autora del proyecto no fue pintada por razones estéticas o
creativas, sino que su intención fue mucho más profunda. Entonces, lo que vemos
se transforma, adquiere otro matiz, incluso cuestiona la frivolidad y nos
enfrenta a la más potente humanidad”.
Por su parte, María Teresa Claro dijo sobre este
proceso vital, registrado en fotografías, “cuando a una persona le dicen
cáncer, lo primero que se viene a la mente es una cabeza calva y luego la
mascarilla. Es una asociación visual directa. El objetivo de esto, era
desmitificar esto. Quitarle la asociación al dolor, al duelo”.
Ante la pérdida del cabello, producto del
tratamiento de un cáncer mamario, la profesora de arte María Teresa Claro
decidió poner su cabeza a disposición de quienes quisieran pintarla.
Es decir, que su cabeza fuera soporte de un
trabajo artístico y así transformar el dolor en algo positivo. Tanto pintores
consagrados como emergentes y personas de su entorno, acogieron el llamado y
participaron en este inédito proyecto en el cual se conjugaron su cabeza, que
simula un soporte o lienzo, las obras de los pintores y la mirada de los
fotógrafos.
Según señala Teodoro Schmidt, en representación
de los fotógrafos participantes, “se buscaron perspectivas donde conversan
permanentemente la obra de los autores, con la paz y espiritualidad de Teresa.
El resultado son creaciones únicas e irrepetibles con volúmenes esféricos
fascinantes”.
María Teresa Claro Lyon es profesora de arte en
un colegio. Está casada y es madre de cinco hijos. Le detectaron un cáncer de
mama en marzo del 2014. El tratamiento que se le dio fue el de operación,
quimioterapia y radioterapia, y fue tratada en la Clínica Santa María.
“Me encantaría que las personas que tuvieran
cáncer pudieran experimentar lo que esto significó para mí, que es que, desde
el punto de vista terapéutico, pude salir de la enfermedad”, explica Teresa.
Al recordar cuando ponía su cabeza en manos de
los artistas, sostiene que “por un minuto en sus vidas su tela era mi cabeza,
pero mi piel tiene sensaciones, por lo tanto, era para ellos tela viva, que
podía transmitir lo que una tela de género no puede
hacer”.
La exposición estará abierta al público entre el
8 de junio y el 30 de julio de 2017 en las salas de exposición del Centro
Cultural de las Condes (Apoquindo 6570) de martes a domingo entre las 10:30 y
las 19:00 horas. La entrada es liberada.
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